Foto: (cc) Flickr/Porsche Brosseau. Esquina: Felipe Lemos.
Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran que 800.000 personas se quitan la vida todos los años en el mundo. Eso significa que, cada 40 segundos, alguien se suicida. Y de acuerdo con los datos, la mayoría de los suicidas son mayores de 50 años y las principales víctimas son hombres. Aún más preocupante es constatar que, de acuerdo con el informe, el suicidio es la segunda causa de muerte entre jóvenes entre 15 y 29 años de edad.
El teólogo Arilton de Oliveira, presentador del programa Biblia Fácil, de la TV Nuevo Tiempo, explica que la práctica del suicidio siempre existió y, en el propio registro bíblico, hay varios casos como el de Abimelec (Jueces 9:54), Saúl y su escudero (1 Samuel 31:4 y 15), Ahitofel que era consejero del rey Absalón (2 Samuel 17:23), Sansón (Jueces 16:29,30) y Judas (Mateo 27:5). “De acuerdo con los estudiosos como el Dr. Angel Rodrigues, hay dos aspectos importantes que deben considerarse sobre este tema: lo que causa el suicidio y la cuestión de la justicia de Dios delante de una mente perturbada”, afirma Oliveira.
Según el razonamiento del Dr. Rodrigues, la psicología y la psiquiatría demuestran que el suicidio es, con frecuencia, el resultado de una intensa revolución emocional o un desequilibrio bioquímico asociado a un profundo estado de depresión y temor. “El suicida, en tales circunstancias, no puede ser juzgado por nosotros”, comenta el pastor.
El presentador de Nuevo Tiempo resalta que, bíblicamente, queda claro que la salvación es algo personal y que ningún ser humano puede responder plenamente si alguien que se suicidó será salvo o perdido espiritualmente. “Se debe resaltar, también, que nadie será condenado por un acto aislado, sino por una conducta de vida”, concluye.