El director financiero de la sede mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Paul Douglas, contó a los miembros de la Junta Directiva de la Asociación General (GCEXCOM) que estaba feliz en confirmar que la situación financiera de la denominación, al final de agosto de 2021, está mucho mejor que la de hace un año.
“Varias áreas financieras muestran evoluciones positivas año tras año”, afirmó Douglas, “por las cuales solo podemos dar gloria a Dios”. El informe de Douglas, el primero desde que fue elegido para su nueva función en abril de 2021, fue parte de las reuniones del Concilio Anual.
Señales positivas
Entre las señales positivas, de esta nueva situación financiera, Douglas mencionó un aumento del 26% en la tesorería y en inversiones (53 millones de dólares), y una caída del 31% y 66% en las cuentas y títulos a recibir, respectivamente. Otras evoluciones incluyen una disminución del 17% en las cuentas a pagar (4 millones de dólares).
Douglas también enfatizó que los diezmos tuvieron un incremento del 5,2% en relación con agosto del año pasado (7,4% encima de los valores presupuestados). Los gastos asistenciales (los necesarios para operar la sede de la Asociación General y conducir las actividades para servir al campo mundial) son 8,4% menos en agosto de 2021 de lo que era hace un año (16,9% menos que lo presupuestado). Él reconoció que esos números se debieron a una fuerte disminución en los viajes. Sin embargo, Douglas aclaró: “Yo extiendo el crédito a mis colegas en los varios departamentos y servicios en la gestión de sus asignaciones para sacar el máximo provecho de los recursos limitados”.
Al mirar hacia fines de este año, Douglas dijo que él y su equipo creen que las evoluciones positivas continuarán. “Muchos tesoreros de nuestras Divisiones [sedes administrativas responsables por un conjunto de países] están informando aumentos anuales en los diezmos y ofrendas”, afirmó.
Douglas explicó que se esperan esos aumentos porque 2020 fue un año poco común. Aún así, esos aumentos son positivos en comparación con 2019, que generalmente se vería como un año financiero típico. Sin embargo, después del trastorno producido por la pandemia en la situación financiera, “aún en los indicadores positivos, vemos que el abordaje más prudente para nosotros es hacer planes para salir de esto lentamente”, compartió Douglas.
Presupuesto conservador
El tesorero asociado Ray Wahlen habló sobre el presupuesto para 2022 que, según Douglas, sigue un enfoque conservador mientras mantiene el foco en la misión de la Iglesia.
En sus comentarios iniciales, Wahlen dijo que cree que Dios, sin duda, permitió que la Asociación General pasara de algunos momentos financieros desafiantes “a una posición con la cual ni nos atrevíamos a soñar en esta época del año pasado”. “Es algo”, reconoció él, “que alivió el escenario para el presupuesto de 2022, aunque algunos desafíos permanezcan”.
“Una lección que aprendimos con el estrés financiero de los últimos 18 meses es que las […] tres prioridades (misión, crecimiento espiritual y liderazgo) deben guiar nuestras decisiones de gastos, grandes y pequeños”, afirmó Wahlen. “Proyectos que son eficaces y baratos, aunque exitosos, pueden ser un desperdicio de recursos escasos si no están alineados con las prioridades preestablecidas”.
De acuerdo con Wahlen, uno de los ítems que más impactarán el presupuesto de 2022 es que el porcentaje de los fondos que la Asociación General recibe de la División Norteamericana está proyectado para disminuir de 49% a 46% (equivalente a 13,5 millones de dólares). Esto se debe principalmente a las reducciones en el porcentaje de diezmo programado.
Asignaciones que la IASD envía
Con relación a las asignaciones o a los fondos que la Asociación General envía a varias regiones e instituciones de la Iglesia en el mundo, Wahlen compartió que en los próximos 12 a 18 meses, los líderes lanzarán la revisión quinquenal necesaria para determinar cuáles cambios, si los hubiera, son aconsejables.
El dinero que la sede mundial de la Iglesia necesita para financiar programas y actividades locales y alrededor del mundo, fue limitado a 45,6 millones de dólares. Ésto, de acuerdo con el reglamento, es 2% del diezmo bruto mundial de los dos años anteriores. Como porcentaje, permaneció constante, relató Wahlen.
Finalmente explicó que el resultado de las asignaciones de ingresos y gastos es una pérdida proyectada de 16,4 millones de dólares. Ésto resulta en un plan deliberado para absorber las reservas de la Asociación General (o activos líquidos). Es una porción significativa del impacto negativo de la reciente crisis financiera. Sin embargo, representa un progreso de 5,3 millones de dólares para 2021. “La pérdida proyectada, si se hace efectiva, será cubierta por la Reserva Presupuestada”, explicó Wahlen
La Misión, una prioridad
En la última parte de su presentación, Douglas recordó a los líderes adventistas y miembros de la Iglesia que, en medio de la incertidumbre, la misión permanece igual. “Todos los líderes y miembros de la Iglesia necesitan permanecer fieles en apoyar la misión de Dios con sus recursos”, enfatizó. “Debemos movilizar todos los recursos que él provee para cumplir la obra que nos designó.
Douglas entonces apeló a todos los directores financieros, en todos los niveles de la Iglesia, a trabajar con sus colegas administradores y comisiones. El objetivo, dijo él, es abrazar el propósito de alinear los recursos de la Iglesia para causar el mayor impacto para cumplir la misión de Dios. “Trabajaremos incansablemente para garantizar que los recursos estén alineados para hacer de la misión de Dios nuestra prioridad número uno”, afirmó. “Cuando hagamos de la misión de Dios nuestra prioridad número uno, él [enviará] señales de bendiciones para alentar nuestros esfuerzos”.
Autor: Marcos Paseggi, editor en la Adventist Review. Octubre de 2021
NOTA: La versión original de esta noticia fue publicada por la Adventist Review.