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ENTREVISTA A MARC ESCOLÁ BONET

Siempre he creído que no hay mayor milagro que una persona decida entregar su vida a Dios. Por eso, aunque presenciar un bautismo ha sido algo habitual en mi vida desde mi niñez, nunca dejo de impresionarme ante este rito. Siempre tengo la curiosidad de saber cómo alguien ha conocido a Jesús y ha decidido seguirle.

El sábado pasado tuvo lugar en mi pequeña iglesia de Lleida un bautismo, lo sorprendente de algo tan habitual es que nunca antes había visto a esa persona. Nunca antes había compartido con ella una actividad, una conversación, ni tan siquiera un apretón de manos. ¿Cómo podía haberme pasado inadvertida la presencia de un joven de 18 años en un grupo en el que todos nos conocemos?

Sencillamente porque Marc Escolá, vive en Agramunt, un pueblo situado a 69 km. de Lleida. Su primer contacto con los adventistas fue a través de Internet, y también en ese medio fue profundizando en el estudio de la Biblia y en nuestras creencias. Un día decidió llamar al teléfono de la iglesia adventista más cercana para pedirle al pastor que lo bautizara. En esos momentos me hubiera gustado observar la cara de sorpresa de nuestro pastor. Pero los milagros como este ocurren en muchos lugares del mundo, aunque nosotros los ignoremos.

Hoy, Marc Escolá sigue siendo el único adventista de su familia y de su pueblo, y aún no le ha dado tiempo de hacer amigos de su edad en la Iglesia de Lleida. Todavía le queda pendiente conocer a los miembros de la comunidad religiosa a la que acaba de incorporarse, pero lo más importante para él es que ha hecho de Jesús su mejor amigo y el referente de su vida. En estos momentos, después de haber finalizado los estudios de Bachillerato, ha decidido tomarse un año sabático porque quiere estudiar teología en la Facultad Adventista de Teología de Sagunto. Dejemos que él mismo nos relate su propia historia.

¿Cómo conociste a los adventistas?

Desde pequeño he crecido en la fe católica. Me eduqué en un colegio de religiosas católico. A pesar de que nunca me consideré católico practicante, siempre creí que los hechos que narra la Biblia eran ciertos; no simplemente relatos literarios o cuentos para niños que hablan de la creación, el diluvio, … Pero cierto día tuve la necesidad de profundizar en sus enseñanzas. Comencé a leer la Biblia y a seguir estudios bíblicos por Internet. La mayoría de ellos, fueron curiosamente, estudios y sermones de pastores adventistas. Así fue como conocí las doctrinas adventistas.

¿Qué significó para tu vida descubrir a ese grupo religioso?

Una gran sorpresa, porque a medida que iba conociendo las creencias de este peculiar grupo me daba cuenta de muchas verdades desconocidas para mi, como la doctrina del Santuario, el Sábado, los escritos de Elena G. White, etc. Algo me decía que lo que esta gente predicaba no eran falacias, y significó la oportunidad de conocer mejor el evangelio y prepararme para la epifanía del Señor.

¿Cómo encontraste la iglesia en la ciudad de Lleida?

Cuando estuve dispuesto en conocer a los adventistas busqué por Internet la Iglesia Adventista más cercana a mí, y dicha iglesia fue la de Lleida.

¿Por qué decidiste llamar al pastor de la Iglesia, sin conocerlo, para que te bautizara?

Indagué sobre el verdadero bautismo y quise dar el paso. Conocer o no al pastor de la Iglesia antes del bautismo no me pareció entonces imprescindible. Yo iba con la idea que si conocía la doctrina a fondo y al Pastor por excelencia nada faltaba. Aunque también consideraba importante el poder relacionarme con él y con el resto de miembros de la iglesia.

¿Qué pensaste cuando descubriste que previo al bautismo debías recibir los estudios bíblicos?

Me pareció muy lógico que antes de hacer el “Pacto con el Señor” debiese recibir instrucción previa. Y dichos estudios me gustaron y me aportaron más conocimiento.

¿Cómo aceptaron tu familia y tus amigos que decidieras cambiar de religión?

A mis compañeros les importó muy poco, ya que ellos tampoco se mueven el ámbito de la religión. Respecto a mis familiares; mi abuela no estaba muy tranquila (ella es católica de toda la vida), mi padre no le dio importancia puesto que tampoco es muy religioso, y a mi madre le pareció bien.

Normalmente primero se conoce a algún integrante de la comunidad religiosa a la que se quiere pertenecer y posteriormente las creencias de dicho grupo, pero en tu caso ha sido a la inversa. ¿Qué esperas de la comunidad adventista de la iglesia de Lleida que hoy te acoge?

Espero que la Iglesia de Cristo sea un cuerpo sano, ejercitado y joven, así como una antorcha que resplandece en lugar oscuro y firme ante cualquier viento de doctrina.

Las nuevas tecnologías pueden ser muy positivas para divulgar el evangelio pero mediante ellas también se puede distorsionar el mensaje de Dios o las creencias de un grupo religioso. ¿Cómo viviste tú esa experiencia en tu conversión? ¿Cómo discriminaste entre lo bueno de lo malo que se habla de los adventistas?

Como he mencionado anteriormente, fue curioso como el Espíritu Santo puso en mí la certeza del mensaje adventista, me sentía atraído. En Internet se escriben muchas cosas de los adventistas desde que son sectas peligrosas hasta que es la misma Babilonia. La mano de Dios y la nitidez de la doctrina adventista me guiaron entre “el valle de sombra de muerte”, entre tantas enseñanzas erróneas hasta la puerta del “redil de las ovejas”.

Marc, te damos la bienvenida a la gran familia que componemos todos los cristianos del mundo, a un “grupo peculiar”, como tú muy bien expresas, que somos los adventistas y a una comunidad pequeña, pero con ganas de conocerte y compartir contigo el amor a Jesús, que es nuestra iglesia de Lleida.

Foto: Bautismo de Marc, oficiando el pastor Daniel Posse. Cortesía de Francisco Narbona

 

Revista Adventista de España