¿Qué hacemos como iglesia para prevenir el suicidio? ¿Qué podemos hacer? La Iglesia Adventista del Séptimo Día diseñó, en su momento, una iniciativa de apoyo a la salud mental de los jóvenes y adultos jóvenes durante y DESPUÉS de la pandemia de COVID-19, dado el alto índice de suicidios. Aún hoy, tras la pandemia, «la salud mental sigue siendo una preocupación fundamental». La situación de crisis internacional continúa lamentablemente vigente en el mundo a nivel social, financiero y espiritual.
Decía un joven: «soy estudiante universitario. La pospandemia ha producido desafíos en todos los niveles: salud, finanzas, estudios, iglesia y trabajo. Estoy luchando con un sentido de desesperanza. ¿Vale la pena vivir? ¿Le importa a mi iglesia como nos sentimos los jóvenes en este momento?
¡Un rotundo sí a ambas preguntas! Por la gracia de Dios, y su presencia, ¡vale la pena vivir la vida! Y sí, a la iglesia le interesa profundamente cómo se sienten los jóvenes adventistas en este momento. Durante el último tiempo se ha producido un incremento significativo de angustias psicológicas en todos los grupos etarios. Muchos que ya tenían una afección de salud mental experimentaron una mayor severidad en su problema y una capacidad reducida de funcionar. Es un fenómeno global, y presenta un desafío particular ahora que los servicios de salud mental suelen tener insuficientes fondos y personal.
El mensaje adventista de salud es un paquete integral que abarca el cuerpo y la mente, e incluye el bienestar espiritual, social, emocional y relacional.
Ministerios Adventistas de Salud ha creado deliberadamente una mayor conciencia, y ha llamado a los feligreses y las comunidades a actuar en pro de la salud mental y el bienestar emocional. Tuvimos el privilegio de ser el único grupo protestante presente cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó el informe sobre la prevención del suicidio en Ginebra, en septiembre de 2014.
Este hito destacó el triste hecho de que cada cuarenta segundos, en algún lugar del mundo, alguien muere por suicidio. Se identificó al grupo más vulnerable: los que tienen entre 15 y 29 años.
La esperanza, la compasión y el cuidado de los demás como herramientas de prevención del suicidio
Como herramientas para prevenir el suicidio se mencionaron la esperanza, la compasión y el cuidado de los demás. Todos estos son métodos probados en el ministerio de Cristo para alcanzar a las personas. La prevención también puede verse fortalecida si se alientan factores protectores como las relaciones personales, un sistema personal de creencias y estrategias positivas de afrontamiento.
El estrés económico, el aislamiento social, las menores oportunidades de camaradería y la ansiedad, productos del exceso de noticias, han contribuido al empeoramiento de la situación. Los informes y los llamados a la acción globales en 2020 destacaron un aumento significativo de la depresión, la ansiedad, los trastornos por estrés y traumáticos, el abuso de sustancias y la ideación suicida (respecto de 2018 y 2019). Los jóvenes del grupo etario de 18 a 24 años continúan siendo los más vulnerables, dado que uno de cada cuatro ha contemplado la opción del suicidio durante los últimos treinta días.
A la Iglesia Adventista se le ha encomendado la misión y el ministerio de la salud abarcante. No solo tenemos que compartir el bienestar físico, sino también alimentar la salud mental y emocional. En especial ahora, que los problemas de salud mental son la causa más grande de discapacidad en el mundo. ¡Tenemos que actuar! Y tenemos que hacerlo de manera activa y no crítica, imitando a Jesús.
Por eso, durante la pandemia se lanzó una iniciativa interdepartamental de la Asociación General titulada «Iniciativa de Salud Mental COVID-19», para tratar de suplir esas necesidades. Una campaña que todavía hoy puede ayudar a muchas personas que se encuentran al borde del abismo.
Conoce este proyecto de salud mental, en funcionamiento desde 2020, de la Iglesia Adventista aquí: https://youthaliveportal.org/mentalhealth/es
Autor: Peter N. Landless, médico sudafricano, poseedor de tres especialidades médicas (Cardiología, Medicina familiar y Medicina Interna) que actualmente se desempeña como director del Ministerio de Salud de la Asociación General. Edición de Esther Azón. Teóloga y comunicadora, coeditora de la Revista Adventista de España.
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Publicación original: La crisis de la salud emocional