A lo largo de estos días vamos a compartir algunas reflexiones (la reflexión es el primer paso si queremos cambiar, mejorar, crecer). Os invitamos, ante la llegada del nuevo año, a tener estos 21 días de reflexión en torno a nuestras familias, con el propósito de que este próximo año 2020 sea de gran bendición para nuestros hogares.
“Y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!” Pr. 15:23
¿Qué puede ser más sencillo que decir una palabra? Es un simple sonido. Una palabra no tiene por qué ser larga, o dicha en voz alta, o delante de muchas personas. Sin embargo, su efecto puede ser maravilloso o devastador: “La vida y la muerte están en poder de la lengua” (Pr. 18:21).
En el medio familiar se dicen muchas de nuestras palabras. Algunas “destilan benevolencia” (Pr. 10): otras, en algunos casos, se podrían identificar con “como golpes de espada” (Pr. 12:18). Y es muy triste cuando se usan de esta manera.
En el hogar, de una forma especial, las palabras deberían ser suaves, constructivas, de ánimo, expresión de buenos sentimientos, … Tomando un texto del apóstol Pablo a los romanos, deberían ser “para edificación” (Rom. 15: 2). Y es que una palabra tiene un poder más grande que los ladrillos, el cemento y la arena para edificar, para construir algo bonito y valioso.
El libro de proverbios se muestra también extraordinario en este tema, y aun creo que tiene una expresión más contundente y definitiva, cuando leemos: “la lengua sana es árbol de vida” (Pr. 15:4), podríamos decir que las palabras de un padre, de una madre, de un cónyuge, de un hijo, … pueden, si son adecuadas, llegar a ser comparables a un maravilloso “´árbol de vida” para su familia.
Autor: Antonio Martínez, departamental de Familia y 60 Plus de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España.
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