En el actual número de la Revista Adventista, primera en edición exclusivamente digital, centramos la atención en la “transformación” que Dios realiza en el ser humano, o al menos podría realizar si le permitimos trabajar en nuestro carácter a través del Espíritu Santo.
Cuando eso sucede, surgen de forma automática y natural los dones espirituales, tema que el Ptr. Javier Moliner, director del área de evangelización de la Unión Adventista Española, trata en este número.
La transformación que el ser humano sufre o experimenta a lo largo de la vida, si bien es a nivel cognitivo y espiritual, no puede estar desligada de lo físico. Crecemos, envejecemos, experimentamos cambios de forma constante. Cada experiencia nos cambia, bien el rostro, la expresión, la actitud, afectando todo nuestro ser. Para entender también este aspecto, contamos con los consejos de la Dra. María Somolinos enfatizando la importancia de la actividad física.
La Biblia tiene también mucho que decir en estos otros aspectos que influyen en la transformación del carácter: la comida y la bebida. Desde una perspectiva teológica, magistralmente tratada por el doctor en teología Ángel Manuel Rodríguez, veremos cómo Dios no sólo se preocupa por la instrucción espiritual de sus hijos e hijas, también por la instrucción complementaria que facilita la primera, cómo debemos cuidarnos para tener mejor salud y por lo tanto, disposición y capacidad de ser transformados.
El descanso forma parte de todo ciclo activo y sobre todo, de transformación. El descanso sabático también tiene su importancia y protagonismo en este aspecto, yendo más allá del descanso meramente físico. Para desgranar este tema contamos con el artículo de Juan Torróntegui “El sábado y el reposo de Dios en Juan”.
En el presente número, haremos un repaso de noticias que dan alegría, como la inauguración del templo adventista en el Alto Aragón, concretamente en Sabiñánigo, o celebrar los 13 años que lleva el Centro de Producciones Multimedia compartiendo esperanza a través de diversos medios de comunicación.
Las transformaciones son a veces costosas e incluso dolorosas, pero cuando están bien dirigidas y planificadas, el resultado siempre es positivo. Una vez avanzado el camino de la transformación, miraremos atrás, veremos el lastre dejado atrás en forma de “vicios”, defectos de carácter, malos hábitos, relaciones que han mejorado, etcétera. Sin duda, que el esfuerzo de mejorar, transformar el carácter, merece la pena, pero siempre con la ayuda de Dios.
Imagen: (cc) Juliet_earth/Flickr.