El porcentaje de personas no religiosas en España ha aumentado y es el más alto de la historia. Un dato triste, pero a la vez una oportunidad para la esperanza y un llamado a la misión, comenzando por nosotros mismos.
El término «religión» proviene del latín, del verbo religare, que significa `atar de nuevo´o `conectar de nuevo´. La religión pretente conectar, o reconectar a las personas con Dios. Una persona religiosa es aquella que está conectada a Dios, o que desea estarlo.
Según datos de la noticia: Las personas no religiosas son mayoría por primera vez en Cataluña, el 51,3% según un informe, del Segre.com, en España se ha alcanzado una cifra histórica y los no creyentes ya son cuatro de cada diez.
Son datos recogidos de un informe de la Fundació Ferrer i Guàrdia sobre la laicidad elaborado a partir de datos obtenidos de varias fuentes, como barómetros del CIS.
Dice la noticia que «en todo el Estado, el porcentaje de personas no religiosas es el 41,5% y se supera por primera vez el umbral del 40%. Se trata de la cifra más alta de la serie histórica. Destaca también que en la última edición del análisis de la fundación la franja de 35 a 44 años supera por primera vez el 50% de no religiosos. Del total de población española, el 54,2% es católico, el 15,9% ateo, el 13% agnóstico, el 12,7% indiferente o no creyente, el 2,8% creyendo de una religión diferente de la católica y el 1,5% no lo especifica».
Además, según este medio, Cataluña y País Vasco tienen ya mayorías no religiosas. «Por primera vez, en Cataluña (51,3%) y en el País Vasco (51%) son mayoría las personas con opciones de conciencia no religiosa. Con más de un 45% de población, las Islas Baleares y la Comunidad de Madrid, son las otras dos comunidades autónomas con mayor porcentaje de personas no religiosas».
Los lugares más religiosos
Pero no desesperemos, porque El Segre también nos informa de que «las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla tienen más de un 70% de personas religiosas, seguidas de las comunidades autónomas de Extremadura (68,3%) y Castilla -la Mancha (66,9%)». Y aunque, evidentemente, la religiosidad de Ceuta y Melilla no es el cristianismo, lo cierto es que todavía hay gente que busca a Dios.
Los jóvenes, cada vez menos interesados en la religión
Continúa aportando El Segre datos interesantes, como que «en el año 1980 la población que se consideraba no religiosa era mucho menor: sólo el 8,5%. Desde entonces, la proporción de personas no creyentes se ha incrementado hasta la cifra actual del 41,5%». Además, dice que «el 59,9% de las personas entre 18 y 34 años se declara no religioso. Esta posición también la manifiestan, por primera vez, más del 50% de las personas de entre 35 y 44 años».
Sin embargo, afirma que «en las franjas de población de más edad, la proporción de personas religiosas todavía es mayoría, destacando la franja de 75 años o más, donde prácticamente 8 de cada 10 personas sí son religiosas».
Sin duda, debemos preguntarnos qué está pasando, ¿por qué las personas mayores siguen siendo religiosas y los jóvenes lo son cada vez menos?
Las personas con menos recursos, las más creyentes
Dice la noticia que «son mayoritariamente no creyentes, seis de cada diez, las personas que se identifican subjetivamente como clase trabajadora. En las clases media y media-alta, hay más personas que se declaran no religiosas que religiosas. Con todo, el índice más alto de personas creyentes está entre los que se identifican de clase baja, en más de un 61% de los casos».
Además, «En todo el Estado español el alumnado que cursa actividades alternativas a la asignatura de religión se eleva hasta el 40,7% en el caso de primaria y en el 44,7% a la ESO» y «durante el bachillerato, prácticamente 7 de cada 10 alumnos de los centros públicos y casi la mitad de alumnado de centros privados escoge no cursar la asignatura de la religión».
Más nacimientos fuera del matrimonio
Y, tal vez, como consecuencia del cambio de valores de nuestra sociedad, en ese desligamiento de la religión, la noticia se hace eco también de otro interesante dato: «El 2022 es el primer año donde existe un mayor porcentaje de nacimientos fuera del matrimonio, siendo esta cifra del 50,1% en el Estado. El año 1990 representaba sólo 1 de cada 10 nacimientos, y esta proporción no ha parado de aumentar hasta el 50,1% actual».
Sin lugar a dudas, padres sin valores religiosos educarán a hijos sin esos valores.
Bueno, ¿y cuál es el problema? El problema reside en la polarización de una sociedad en declive moral.
La familia es la base de la sociedad, es donde se cimentan los valores, los principios, el conocimiento de lo que está bien y lo que está mal. Valores como el honor, la honradez, el trabajo bien hecho, la responsabilidad, etc. están en profundo declive. Y eso tiene consecuencias sociales.
La sociedad rechaza la religión y como conscuencia va dejando de lado, poco a poco, los valores y principios bíblicos que la han sustentado durante siglos. Sin la roca de los siglos que es la Palabra de Dios, los valores y principios cambian y se diluyen. Lo que ayer estaba mal, hoy está bien y mañana ¿quién sabe?
Las causas
En España, como en muchos otros países occidentales, hay varios factores que han contribuido al declive en la religiosidad y el abandono de la religión. Algunos de estos motivos incluyen:
Secularización
Ha habido un aumento en la secularización, donde las personas tienden a separar la religión de la vida cotidiana y la toma de decisiones. La influencia de la religión en la sociedad ha disminuido, especialmente entre las generaciones más jóvenes.
Crisis de confianza en las instituciones religiosas
Escándalos de abuso sexual por parte de líderes religiosos y otras irregularidades han erosionado la confianza en las instituciones religiosas. Esto ha llevado a que algunas personas abandonen la religión organizada en busca de una espiritualidad más personal y menos institucionalizada.
Avances científicos
El aumento en la difusión del conocimiento científico mal entendido ha llevado a una disminución en la creencia en conceptos religiosos tradicionales. Las personas pueden creen encontrar respuestas a sus preguntas sobre el mundo a través de la ciencia exlcuyendo a Dios. No son conscientes de que la ciencia, en realidad es la manera que tiene el ser humano de buscar a Dios a través del estudio de Su creación. La ciencia mal entendida, bajo una cosmovisión repleta de prejuicios y equivocada.
Educación
La educación, sin duda, es básica (Proverbios 22:6; Deuteronomio 6:7-9), y hoy en día a los niños les educa la televisión, con contenidos poco deseables de violencia, sexo y espiritismo. «La caja tonta les atonta» llena sus cerebros de basura, y en todos los hogares donde ambos padres trabajan los niños pasan demasiadas horas delante de la pantalla o de los videojuegos (drogas digitales, reprogramación mental).
Cambio en los valores sociales
Las actitudes hacia temas como la sexualidad, el matrimonio, el aborto y los roles de género han cambiado en las últimas décadas, y muchas veces estos cambios entran en conflicto con las enseñanzas bíblicas. Como resultado, algunas personas han abandonado la religión.
Globalización y multiculturalismo
La exposición a diferentes culturas y religiones a través de la globalización ha llevado a una mayor diversidad religiosa y cultural en España. Esto ha provocado que algunas personas cuestionen la validez de su propia fe y se abran a otras perspectivas religiosas o incluso adopten una postura más secular.
Cambio generacional
Las generaciones más jóvenes tienden a ser menos religiosas que las generaciones anteriores.
Posiblemente, también hay pocas oportunidades de afianzar una relación real con Dios en medio de una sociedad de «bienestar» (y digo esto, consciente de que los precios han subido y muchos españoles lo están pasando mal). Nuestros abuelos vivieron una guerra y nuestros padres una postguerra, y tuvieron que aferrarse de la mano de Dios porque, muchas veces, no les quedaba nada más. Cuando las cosas van «bien», nos olvidamos de Dios.
Los abusos cometidos por ciertas religiones
Abusos que claman al cielo, y que sin duda han afectado la fe de muchas personas.
Infoxicación
Hay una creciente disponibilidad de información y recursos en línea que permiten a las personas explorar diferentes puntos de vista. Vivimos en un mundo infoxicado y pleno de información sesgada y distorsionada que sirve a los fines de los más poderosos.
En resumen, el declive en la religiosidad en España puede atribuirse a una combinación de factores socioculturales, educativos y generacionales que han llevado a un cambio en las actitudes y creencias de la población hacia la religión.