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¡Despierta, Jeremías, despierta! –gritó la mamá–. ¡Levántate ahora! ¡Vas a llegar tarde a la escuela!

– Solo dos minutos más, por favor –rogó Jeremías, mientras giraba sobre la cama. Jeremías tenía que ser sacado de la cama casi todas las mañanas. Perdía el autobús escolar con bastante frecuencia. Pronto, su maestro llamó para decir que Jeremías se dormía en clase varias veces, y que no hacía su tarea.

– ¿Qué te está pasando, hijo? –le pregun­taron su padre y su madre una noche–. ¡Tenemos que hablar!

– Como tienes tu propia computadora, te estás durmiendo muy tarde –dijo la madre, con un tono de tristeza.

– Veo que no estás leyendo tu lección de la Escuela Sabática –intervino el padre.

– Lo siento, papá, estoy demasiado cansado para levantarme –se disculpó Jeremías.

– Jeremías, tenemos que limitar tu tiempo en la computadora a partir de hoy –dijo el padre con firmeza–. Tienes que ir a la cama temprano y descansar lo suficiente.

– ¿Sabías que tu cuerpo es el templo de Dios? –preguntó la madre con seriedad.

– ¿Qué tiene que ver eso con mi sueño? –preguntó Jeremías.

– ¡Muchísimo! –exclamó la mamá–. La Biblia dice que Dios nos creó, y nosotros debemos honrarlo con nuestro tiempo y energía. Cuando no dormimos ocho horas, el cuerpo no descansa lo suficiente como para repararse a sí mismo. Perdemos la concentración, nos sentimos cansados y perdemos el interés por muchas cosas, incluyendo las espirituales.

– Recuerda que funciona de ida y vuelta. Cuando tienes una fe firme en Dios y tu vida espiritual está bien, eres más saludable emocionalmente –añadió el padre con una sonrisa.

– No he estado estudiando la lección de la Escuela Sabática como debería. Y ni siquiera entro a la clase– dijo Jeremías, con su cabeza inclinada.

– Satanás se alegra cuando no cuidas de tu cuerpo ya que, si no tienes energías para ti mismo, mucho menos las tendrás para Jesús –explicó la madre amorosamente.

– Lo siento, mamá. ¿Quieres orar por mí, para que Jesús me dé fuerzas para vivir de forma saludable y no destruir mi cuerpo, que es un templo? –solicitó Jeremías.

–Vamos a hacer eso en este momento –dijo el padre, arrodillándose junto a la familia.

Gema para memorizar:

“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Cor. 10:31).

Actividad

Basado sobre el tema de esta noche (espiritualidad y salud), escribe todas las palabras o las frases que puedas, que muestren que eres un discípulo de Jesús a través de una buena salud.

Respuestas posibles: orar, compartir, ayudar, brillar, escuchar.

Piensa

• ¿De qué manera una vida saludable tiene que ver con nuestro amor por Jesús?

• ¿Qué ejemplo de la Biblia recuerdas que se relaciona con hábitos saludables para tener una fe creciente y honrar a Dios? Encuentra un texto bíblico.

Vive

• Haz una tarjeta de compromiso y decórala. Escribe en ella lo que piensas hacer para pasar más tiempo con Jesús, y luego fírmala. Ponla al lado de tu cama.

• Haz una tabla en la que anotes la hora de irte a la cama cada noche, y tu rendimiento general durante una semana entera. Luego, compara tu rendimiento y observa qué sucedió los días en los que te fuiste a dormir muy tarde.

Revista Adventista de España