Cómo los músculos tonificados y su fuerza pueden ser decisivos en la salud y la calidad de vida.
Una vez vi un programa de televisión en el que el presentador entrevistaba a un individuo que tenía una constitución muscular bien desarrollada. Entonces, le preguntó cuál era la ventaja de tener esa musculatura. El hombre, sin embargo, no respondió y mostró sus músculos a la audiencia.
El presentador continuó preguntando sobre las ventajas y el hombre siguió ignorándolo, pero todavía haciendo sus contracciones musculares en diversas posiciones. Y el programa terminó. No sé si el hombre de los músculos tenía alguna deficiencia en el habla o no entendió la pregunta, pero la impresión final fue que la ventaja de su exuberante musculatura era solo la apariencia o glorificación propia.
Tal vez, el individuo no tenía el conocimiento de los beneficios de tener músculos fuertes, si es que los músculos fueron desarrollados naturalmente y no con el apoyo de hormonas. De cualquier forma, ¿cuáles serían los resultados de tener un aumento de la fuerza muscular? Además de prevenir una serie de enfermedades como la diabetes, la presión alta y las enfermedades cardíacas, la musculatura también ayuda en emergencias y en la prevención de accidentes, especialmente en personas con edad avanzada.
Cómo evaluar su fuerza
Existen varios métodos para evaluar la fuerza muscular. Uno de los más comunes es la prueba de presión manual (hand-grip). La persona simplemente debe apretar el aparato (dinamómetro) que mide la fuerza muscular de la mano, la cual refleja la fuerza muscular general de la persona. La última vez que hice esa prueba, mi resultado fue 87, 8, lo que era normal (muy bueno) para mi edad. Por lo tanto, mis músculos, a pesar de no estar tan desarrollados como los de nuestro amigo del programa de televisión, aún tienen suficiente fuerza para producir resultados que describo a continuación.
Estaba con mis nietos Arly y Oliver en un parque donde había otros niños jugando. Arly, una niña de cinco años, fácilmente encontró una amiguita de su edad para jugar. Esa niña estaba allí con su madre y tres hermanos mayores. Dos de ellos también estaban jugando en el parque mientras el mayor estaba haciendo un entrenamiento de carrera en una pista de atletismo al lado, cronometrado por su madre. Después, llegó la hora de irse y Arly y su nueva amiga tuvieron que despedirse.
Entonces, ellos se fueron, o por lo menos, lo intentaron. Arly, mi nieta, fue al baño y yo me quedé por allí controlando a Oliver, su hermano de 1 año y medio. Oliver, de casualidad, fue detrás de la familia que se estaba yendo porque los niños tenían una pelota de plástico enorme, y él ama las pelotas. Ya estaban todos dentro del auto, pero algo no estaba bien, no lograban encender el vehículo.
De pronto, todos salieron del auto y la primera en salir fue la niña, que vino directamente hacia mí, y me preguntó dónde estaba Arly. Le dije que había ido al baño y así la niña explicó lo que estaba pasando. Su hermano se había sentado encima de la llave del auto y la torció. La madre intentó enderezarla, pero no lo logró.
El uso de la fuerza en emergencias
Luego, la madre salió del auto con una llave torcida que se parecía a un anzuelo de tamaño grande. Entonces ofrecí mi ayuda y la señora me dio la llave para ver qué se podía hacer. La tomé, la torcí con mis manos contra una piedra y pude enderezarla un poco. Entonces le pedí a la madre que encendiera el auto, pero no funcionó. Torcí la llave nuevamente y esta vez quedó recta. La señora intentó nuevamente y pudo encender el auto. Los niños festejaron, ¡incluso Oliver! Todos me agradecieron mucho y se fueron.
Volví con mi familia muy contento por haber podido ayudar, y mucho más por mi fuerza manual que, por primera vez, fue puesta a prueba en la práctica en una emergencia. Mi fuerza muscular está normal, pero… ¿cómo está la suya?
«En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir» (Hechos 20: 35).
Autor: Hildemar Santos, médico y docente de la Faculdad de Salud Pública en la Universidad de Loma Linda, Estados Unidos.
Foto de Sam Moghadam Khamseh en Unsplash
PUBLICACIÓN ORIGINAL: Músculos más allá del espejo