Muerte, juicio y la segunda venida de Cristo.
Cómo entender el papel de Cristo después de su ascensión, de acuerdo con el texto bíblico, y lo que significa su intercesión y la relación con el juicio y el segundo advenimiento.
Este artículo es un breve comentario de la secuencia bíblica muerte, juicio, segunda venida de Cristo. “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan” (Hebreos 9:27, 28).
A continuación algunas consideraciones introductorias. La carta a los hebreos fue escrita en tiempo de crisis, después del concilio de Jerusalén, y evidentemente antes de la destrucción del templo por los romanos.[1] “Los Cristianos judíos todavía observaban las fiestas, sacrificaban como antes y eran celosos de la ley ceremonial (Hechos 15)”.[2] Ignoraban que por la muerte de Cristo cesaron oficialmente los ritos simbólicos y tipológicos que señalaban al Señor y su sacrificio, y que después de su ascensión pasó a oficiar como Sumo Sacerdote en un santuario real que está en el cielo (Mateo 27:51; Hebreos 8:1, 2; 10:11-13).[3]
Jesús en el Santuario
El autor sagrado no se detiene a explicar en qué lugar del Santuario celestial ofició Jesús después de su ascensión. Debido a que los lectores estaban familiarizados con el libro de Levítico y el ritual del Santuario terrenal sería evidente concluir que el ministerio celestial de Cristo se inició en el lugar santo. El uso de la palabra hágia para el lugar santo sin el artículo, y la expresión hágia hagion para el lugar santísimo (9:1-7) “sugiere que el autor de Hebreos entendía que el Santuario celestial era una estructura dividida en dos partes”.[4] Pero, en el libro de Hebreos “el ministerio de dos fases no es parte del propósito del autor, aunque él nada diga que lo invalide”.[5] El autor tampoco “hace ningún intento de detallar el significado antitípico del santuario levítico”, porque su propósito es explicar el motivo de la cesación del mismo.[6]
Él quería animar a los cristianos judíos a “correr con paciencia la carrera” que les estaba “por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe” (Hebreos 12:1, 2). Para eso debía hacer que sus lectores miraran a Jesús, su legítimo Sumo Sacerdote que estaba oficiando en el verdadero santuario, que está en el cielo. (Hebreos 8:1, 2).[7]
Juicio
La primera parte del texto, en análisis, comienza con la expresión “de la manera que”, y la segunda, con “así también”. Esas palabras proveen a los lectores la seguridad de dos eventos en el futuro, el juicio y la segunda venida de Cristo. El texto “de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”, es una declaración explícita de que no hay vida después de la muerte, sino una perspectiva de juicio.[8] Por otro lado, no implica que el juicio sea inmediatamente después de la muerte de cada persona. “Hebreos no da indicaciones sobre acontecimientos escatológicos en el tiempo”.[9]
No era el propósito de la persona divina del Espíritu Santo establecer en Hebreos una fecha para el juicio del ministerio de Cristo en el lugar santísimo del Santuario celestial, lo que involucra un juicio investigador y la purificación del santuario, pues a través del libro profético apocalíptico de Daniel, ya se había indicado que comenzaría en 1844 (2Pedro 1:20, 21; Daniel 8:13, 14; 9:24-27).[10] El hecho de que el juicio venga después de la muerte tampoco significa que todos morirán antes de él, pues, en el momento de la segunda venida de Cristo habrá personas vivas que serán trasladadas, sin la experiencia de la muerte (1 Tesalonicenses 4:17).
Sin embargo, los que queden vivos hasta el retorno del Señor, no estarán exentos de ese proceso legal (2 Corintios 5:10).[11] Cristo hizo la promesa: “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra” (Apocalipsis 22:12).[12] Sin duda, la expresión juicio investigador pre-advenimiento usada por los adventistas del séptimo día es apropiada, porque es antes de la segunda venida de Cristo cuando se definirá quienes recibirán la bendición de la recompensa final.[13]
Sin miedo
A propósito, no necesitamos tener miedo del juicio, porque en él se hará justicia a los santos del Altísimo, concediéndoles el reino (Daniel 7:22).[14] De hecho, en el juicio, quien está verdaderamente en Cristo, “no vendrá a condenación”, sino solo los que estén desprovistos de la justicia del Señor (Juan 5:24; Mateo 22:11-14).[15] Tan ciertamente como pecado, muerte y juicio son realidades universales, “así también Cristo”, se ofreció “una sola vez para llevar los pecados de muchos”. En relación a los seres humanos, si todos mueren es porque todos pecaron (Romanos 3:23), pues “la paga del pecado es muerte” (6:23; 5:12). Sin embargo, la muerte de Cristo queda fuera de esta regla, pues, él es el segundo Adán (Romanos 5:14; 1 Corintios 15:22).
Sin pecado
Cristo nació sin pecado, aunque con naturaleza mucho más debilitada que la de Adán, continuó sin pecado, libre de toda corrupción e inclinación al mal, de lo contrario él también necesitaría salvación (Hebreos 7:26, 27).[16] A pesar de eso, “por nosotros se hizo pecado” (2 Corintios 5:21), y al recibir sobre sí la carga de nuestros pecados y culpa, sufrió el castigo que nosotros merecíamos (Isaías 53:4, 5). Siendo verdaderamente Dios y verdaderamente hombre[17] (Juan 1:1-3; 1 Juan 5:20; Juan 1:14; Hebreos 2:14; 1 Juan 4:2, 3), para librarnos de nuestros pecados, experimentó una muerte real, voluntaria, vicaria y expiatoria (Gálatas 1:4; Efesios 1:7).[18]
Después de su resurrección y ascensión, necesariamente[19], Cristo comenzó a actuar como Sumo Sacerdote en el Santuario celestial (Hebreos 4:14-16; 8:1,2).[20] Sin duda, su sacrificio fue aceptado por el Padre, de lo contrario, no podría ser nuestro abogado junto a él (Hebreos 10:12-18; 1Juan 2:1).[21] Aunque, “la sangre de Cristo es la moneda corriente en el Cielo en lo que se refiere a nuestra salvación”[22], y a pesar de que esa inversión en favor de los pecadores, su sacrificio, es suficiente para salvar a todos, infelizmente no será eficiente en todos. Beneficiará solo a “muchos”, los que lo buscaron, y de él recibieron arrepentimiento y liberación de los pecados (Juan 1:29; 1 Juan 1:9).[23]
Segunda venida de Cristo
Finalmente, en seguida después que el juicio termine, Jesús “aparecerá por segunda vez, sin pecado”. La primera vez, sin pecado, indica la impecabilidad de Cristo, pero en este contexto, la segunda vez, sin pecado, indica que es en el proceso del juicio, y no en la cruz, que los registros de los pecados serán eliminados para siempre (Daniel 7:10; 8:13, 14).[24] Por medio de su mediación y juicio tratando definitivamente el asunto del pecado, Cristo “aparecerá por segunda vez, […] para salvar a los que le esperan”. Otra evidencia de que nadie necesita perder la seguridad de su salvación ante la perspectiva del juicio, es la descripción de los creyentes fieles que esperan el regreso del Señor para la salvación.
Así como el juicio debería ocurrir después de la muerte, la segunda venida de Cristo ocurrirá después del juicio (Apocalipsis 14:6, 20). Su venida es tan segura como su muerte. Será la culminación del proceso de la redención en favor de sus siervos que murieron, y de los que lo esperan para salvación. ¡La venida de nuestro amado Señor y Salvador Jesucristo será el gran clímax de la historia!
Aparecerá
La palabra aparecerá, traducción del término griego ὀπτάνομαι (optanomai) se presenta en tiempo futuro, y modo indicativo, porque se refiere a un hecho real que ocurrirá en el futuro. De las 58 menciones de la misma palabra en el Nuevo Testamento, 53 veces se refieren explícitamente a una aparición personal, real, visible, y audible, por ejemplo: Mateo 17:3; 24:30; 26:64; 28:7, 10; Lucas 1:11; 21:27; 24:34; Hechos 26:16; 1 Corintios 15:6; 1Juan 3:2; Apocalipsis 1:7.[25]
La manifestación del Señor Jesucristo será mundialmente visible, desde el oriente hasta el occidente, y totalmente audible (Hechos 1:11; Apocalipsis 1:7; Mateo 24:27, 30, 31; 1Tesalonicenses 4:16). El Rey de reyes y Señor de señores, vendrá con poder y gloria, acompañado por todos los ángeles celestiales (Apocalipsis 19:16; Mateo 24:30).
Apreciado lector, ¿qué seguridad tiene ante la realidad de la muerte, del juicio, y de la segunda venida de Cristo? ¿Ya aceptó a Jesús como su Señor y Salvador? Mire hacia él, crucificado, muerto, resucitado, que intercede por los pecadores, que regresará en gloria, y tome ahora su decisión.
Autor: Wilson Borba. Fue profesor y director del Seminario Adventista en Ecuador, y hoy es docente y director del Seminario Adventista Latinoamericano de Teología (SALT) de la Faculdade Adventista da Amazônia (Faama), en Brasil.
Imagen: Photo by Aaron Burden on Unsplash
Referencias
[1]Francis D. Nichol, ed., Comentário bíblico adventista do sétimo dia, 1ª ed. (Tatuí, SP: Casa Publicadora Brasileira, 2014), 7: 417, 416. En adelante: Comentário bíblico adventista do sétimo dia.
[2]Ibíd., 417.
[3]Edward Heppenstall, Nuestro sacerdote (Villa Libertador San Martín, Argentina: Editorial Ceapé), 28. En adelante: Heppenstall.
[4]Ángel Manuel Rodriguez, “Santuário”, em Tratado de teologia adventista do sétimo dia, editado por Raoul Dederen, 1ª ed. (Tatuí, SP: Casa Publicadora Brasileira, 2011), 436. En adelante: Tratado de teologia adventista do sétimo dia. https://noticias.adventistas.org/pt/coluna/
Wilson-Borba/o-santuario-que-esta-no-ceu/.
[5]Frank H. Holbrook, ed., A luz de hebreus, 2ª ed. (Engenheiro Coelho, São Paulo: Unaspress, 2013), 7. En adelante: A luz de hebreus.
[6]Ibíd.
[7]Heppenstall, 28.
[8]Questões sobre doutrina, 1ª ed.(Tatuí, SP: Casa Publicadora Brasileira, 2009), 352-416. En adelante: Questões sobre doutrina; Norman Gulley, Christ Is Coming (Hagerstows, MD: Review and Herald Publishing Association, 1998), 283-298.
[9]A luz de hebreus, 232.
[10]Gerhard F. Hasel, “Julgamento Divino” em Tratado de teologia adventista do sétimo dia, 929; William H. Shea, Daniel (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2009), 183-188. En adelante: Shea; http://noticias.adventistas.org/pt/coluna/wilson-borba/22-de-outubro-de-1844/.
[11]Elena G. White, El conflicto de los siglos, 1ª ed. 3ª Reim. (Asociación Casa Editora Sudamericana, 2000), 537. En adelante: El conflicto.
[12]Ibíd. 540.
(sigue)
[13]João Antonio Rodrigues Alves, O juízo investigativo pré-advento (Cachoeira, BA: CePlib, 2008).
[14]Shea, 216, 217; Frank H. Holbrook, O sacerdócio expiatório de Jesus Cristo, 1ª ed. (Tatuí, SP: Casa Publicadora Brasileira, 2013), 218-220. A seguir: Holbrook.
[15]La palabra krisis traducida por condenación en Juan 5:24 también se traduce por juicio; y tiene otras connotaciones como acusación (Judas 9; 2Ped. 2:11), y condenación del infierno (Mat. 23:33; Mar. 3:29; Juan 5:29). Questões sobre doutrina, 301, 302.
[16]Tratado de teologia adventista do sétimo dia, 185.
[17]Heppenstall, 28.
[18]Vicaria, es decir, sustitutiva. Sobre expiación ver: Questões sobre doutrina, 250-260.
[19]Ibíd., 269-283; Heppenstall, 29.
[20]Ibíd., 28.
[21]Elena de White, Los hechos de los apóstoles, 1ª ed., (Asociación Casa Editora Sudamericana, 1997), 53, 204, 267, 494.
[22]Holbrook, 7.
[23]“El arrepentimiento comprende tristeza por el pecado y abandono del mismo”. Elena de White, El camino a Cristo, 19ª ed. (Asociación Casa Editora Sudamericana, 1976), 21; El conflicto de los siglos, 537.
[24]Holbrook, 194.
[25]J. Strong, The exhaustive concordance of the Bible: Showing every word of the text of the common English version of the canonical books, and every occurrence of each word in regular order, electronic ed. G3700 (Ontario: Woodside Bible Fellowship, 1996).
Noticia original: Muerte, juicio y la segunda venida de Cristo