El crecimiento en el consumo de videojuegos, o juegos electrónicos, ha despertado la preocupación de varias entidades e incentivaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a clasificar la adicción a los juegos electrónicos como una enfermedad. Esa adicción, así como otras, causa perjuicios en la vida del jugador y afecta a toda la familia. Por eso es importante que los padres sepan cómo proteger su hogar y cómo tratar esa situación en el caso de que se presente. Vea algunas respuestas y sugerencias prácticas de qué se puede hacer.
¿Los videojuegos causan dependencia o adicción?
Sí, los juegos pueden causar dependencia. La adicción a los juegos o Internet Gaming Disorder (IGD, por sus siglas en inglés) está en la Clasificación Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud (CID) y fue anunciada oficialmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2019 para entrar en vigor en enero de 2022.
La IGD está definida como un síndrome clínicamente reconocido y significativo cuando el esquema de comportamiento del juego es de tal naturaleza e intensidad que resulta en angustia acentuada o en deficiencia considerable en el funcionamiento personal, familiar, social, educativo u ocupacional. La IGD es comparable a la dependencia de sustancias químicas. Las personas con ese síndrome persisten en los juegos, independientemente de los efectos perjudiciales.
Por eso, los parientes cercanos necesitan estar atentos al comportamiento del jugador. Generalmente, el adicto es alguien que dedica muchas horas diarias a esa actividad, rehúsa hacer otras actividades, deja de cuidar de su higiene personal, prefiere jugar antes que alimentarse, presenta cambios en el comportamiento (angustia, ansiedad) y cuando no logra jugar manifiesta el síndrome de abstinencia.
¿Cómo tratar la adicción a los videojuegos?
Para los adictos a los juegos electrónicos, la abstinencia causa sufrimiento y algunos síntomas, que pueden ser diferentes para cada persona. Para algunas parece haber una especie de período de «desintoxicación» de tres a cuatro días en los que los síntomas son más graves. Para otros, los síntomas de abstinencia pueden durar varias semanas o meses. Con el abandono del juego y por medio del desarrollo de un programa de recuperación, los efectos desaparecen con el tiempo.
Es necesario algún período para que el cerebro se recupere de lo que el juego excesivo hizo en él, la privación del sueño y el aislamiento social. De cualquier forma, lleve a la persona a una evaluación psiquiátrica.
En el tratamiento para la adicción a los juegos online, sobre todo, es fundamental introducir hábitos saludables en la vida del paciente. Eso es para que la persona pueda deshacerse de la necesidad de recompensa y encuentre esa gratificación en otra actividad. Incentivar la práctica de ejercicios físicos, una alimentación saludable y, especialmente, relaciones donde haya afecto y confianza son las mejores formas de evitar recaídas en el futuro.
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¿La violencia practicada por jóvenes es un resultado de la influencia de los videojuegos?
Los medios de comunicación en general suelen asociar las matanzas practicadas por jóvenes con el hábito de jugar. Esto sucede siempre que una investigación detecta juegos violentos en las computadoras de los criminales. Sin embargo, no se puede probar científicamente que el juego produce el comportamiento violento. La violencia es algo más complejo, pues también involucra aspectos económicos, sociales, culturales, políticos, afectivos, espirituales, etc.
Las investigaciones no indican una relación clara entre juegos y actitudes violentas. Algunos estudiosos concluyen que eso hasta es posible, pero no para todas las personas. Lo que se nota es que las personas violentas son más propensas a tratar con juegos violentos, pero eso no significa que todos los que juegan títulos violentos tengan un comportamiento violento. Un juego puede dejar al niño más agitado, pero ese efecto también tiende a ser temporal.
Aquí va una sugerencia: si usted es padre o madre y ha visto que su hijo juega juegos violentos con frecuencia, analice su comportamiento antes y después del juego. Vea si es una señal de que algo no está bien, o si es una cuestión de seguir a la mayoría, jugando lo que otros amigos están jugando. Converse y oriente.
¿Cómo los padres pueden garantizar el uso saludable de los videojuegos?
Los padres deben estar atentos y saber a qué están jugando los hijos pequeños. Pregúntele a su hijo si comprende el contenido del juego, los aspectos ideológicos, las éticas de género, los asuntos morales, etc. Los padres también pueden crear un acercamiento mayor al jugar con él. Es una oportunidad de interactuar y conocer lo que está consumiendo el niño.
En cuanto a los adolescentes, no es tan fácil supervisarlos. Conversar claramente y orientar es el mejor camino. También puede experimentar jugar con ellos. Esa actividad abre oportunidad para la comunicación.
La adicción y el papel de los padres
Es bastante común que niños y adolescentes sientan placer en jugar, y si se los deja libres, dedicarán una enorme cantidad de tiempo a esa actividad. El juego despierta la sensación de placer, especialmente cuando se conquista o vence un desafío. Sin embargo, el exceso de buscar placer puede transformarse en adicción.
Algunos niños introvertidos y con poca habilidad social se sienten más atraídos por los ambientes de los juegos. En esos espacios virtuales de juegos online logran expresarse y ser reconocidos por sus habilidades como jugadores. Algunos llegan a ser celebridades en ese universo digital de los juegos, mientras en el mundo real son ignorados por los padres y rechazados por los compañeros de la escuela. Esos niños, naturalmente, buscarán estar la mayor cantidad de tiempo posible en el ambiente que mejor los acepta y valora.
No es mi intención responsabilizar a los padres por toda adicción a los juegos electrónicos, pero es necesario considerar la importancia que el cuidado de los hijos tiene en ese proceso de evitar o tratar al adicto. La estructura familiar puede colaborar o evitar mucho ese problema.
Conclusión
Si a un niño le gusta jugar, eso no significa que tiene propensión o se hará adicto. Existe una serie de factores que pueden incentivar o evitar la adicción. Las familias y escuelas tienen un papel importante en ese proceso. También es necesario orientar y enseñar a los niños a consumir los nuevos productos de la tecnología, siempre poniendo reglas y límites. Para eso, los propios educadores también necesitan ser capacitados.
La tecnología, y consecuentemente los videojuegos, pueden ser una bendición cuando se seleccionan sabiamente y son usados de manera controlada. Sin embargo, esa sabiduría no está presente en la cultura de la sociedad de forma general. Es necesario pedir a Dios discernimiento para que el uso de las invenciones humanas no provoque nuestra propia destrucción. «Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada» (Sant. 1:5).
Autor: Carlos Magalhães, Graduado en Publicidad y Propaganda, posee una maestría en Administración por la Fundación Getulio Vargas (FGV), en Brasil, y por años actuó en el segmento de e-Health. Se dedicó al desarrollo de estrategias de evangelismo en Internet por más de diez años. Actualmente, es el director de Marketing Digital de la Sede Sudamericana de la Iglesia Adventista.
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Publicación original: Mi hijo es adicto a los juegos. Y ahora, ¿qué hago?