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Génesis 39:2-3 «Pero Jehová estaba con José, y fue varón próspero. Él estaba en la casa de su señor, el egipcio, quien vio que Jehová estaba con él y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano».

Muchos creen que la prosperidad es sinónimo de riqueza, comodidad, abundancia, placeres, comidas exóticas, etc.; pero desde un punto de vista bíblico, esta es una imagen muy distorsionada, en realidad, la prosperidad es un fruto de la fidelidad, y muy distinta a como el mundo la presenta. Un buen ejemplo de ello es la vida de José.

1. La fidelidad se aprende en el hogar
Una de las grandes lecciones que aprendemos en la vida de José, es que no se nace con la fidelidad, es algo que se aprende; José aprendió a ser fiel a Dios en casa de sus padres, siendo un hijo obediente, sincero, honesto y sobre todo, el ejemplo de su padre, le enseñó a confiar plenamente en Dios.

2. Fidelidad en el lugar de trabajo
José llegó en situaciones muy adversas a la tierra de Egipto, sus hermanos lo vendieron y llegó como esclavo a la casa de Potifar, capitán de la guardia del rey, quien no tardó en descubrir que «… Jehová estaba con José y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar…» (Génesis 39:3).

3. Fidelidad a los principios
Cuando todo parecía ir muy bien, José se había ganado la confianza de Potifar poniéndolo a cargo de todos sus bienes, Satanás buscó un agente externo para atacar a José, la esposa de Potifar, quien quiso seducirlo, pero no pudo (Génesis 39:8-9), posteriormente lo calumnió y engañando a su esposo metió a José en la cárcel.

4. Fidelidad en la cárcel
¿Quién podría decir que se es próspero estando en la cárcel? Eso es exactamente lo que la Biblia dice acerca de José, que «halló gracia ante el encargado de la cárcel» y «lo puso a cargo de todos los presos… porque Jehová estaba con José… y todo lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.» (Génesis 39:21-23).

5. Fidelidad en el palacio
Prodigiosamente Dios lo sacó de la cárcel, para llevarlo ante la presencia del faraón, quien estaba perturbado por unos sueños que había tenido, pero al descifrárselos, el faraón notó la sabiduría y poder divinos que estaban sobre él y lo nombró gobernador de Egipto, el segundo después de él (Génesis 41:40-42). Sin duda, José también fue fiel a Dios en el palacio, como gobernante y todo lo que hacía prosperaba.

Llamado

Ni en los momentos más críticos de su vida José dejó de ser fiel a Dios. Es posible que estés atravesando una situación difícil en estos momentos y no sabes qué hacer. Hoy te invito a aferrarte al Señor como José, recuerda que la fidelidad no depende de las circunstancias, ni del lugar donde te encuentres, es una decisión, un pacto que haces con Dios, con la segura promesa de que Jehová estará contigo como estuvo con José y todo lo que hagas prosperará. Te invito a hacer votos de fidelidad con nuestro Dios.

Revista Adventista de España