“Si no me ayudara Jehová,
Pronto moraría mi alma en el silencio.
Cuando yo decía: Mi pie resbala,
Tu misericordia, oh Jehová; me sustentaba”.
Salmo 94:17-18
El sentimiento de culpabilidad es necesario para poder reconocer el error y pedir perdón y ayuda a Dios. El texto de hoy es un reconocimiento de nuestra imposibilidad de sobrevivir sin Dios bajo ningún concepto, salvo temporalmente en esta vida terrenal. También es un reconocimiento de la disposición de Dios para ayudarnos justo en el momento que estamos en más peligro.
“Cuando mi pie resbala” es el momento en el que estamos cayendo, es el momento mismo de nuestro error, como la mujer sorprendida en adulterio que fue llevada delante de Jesús. Es en ese momento en el que la misericordia, el perdón que ofrece Dios por amor, sin que lo merezcamos en absoluto, nos toma de la mano e impide que caigamos del todo, que quedemos postrados en el barro del pecado y la miseria. Mientras mi pie resbala, mientras me equivoco y caigo, “Tu misericordia … me sustentaba”.
Me encanta notar la diferencia de los tiempos verbales. Yo estoy resbalando ahora, en presente “mi pie resbala”. Pero la misericordia de Dios ya me sustentaba desde antes de caer (tiempo pasado), lo que implica que aún me sigue sosteniendo y me sostendrá. No dejará que caiga del todo o quede caído para siempre. Sólo tenemos que pedir ayuda a Dios.