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Del 19 al 23 del pasado mes de marzo, ha tenido lugar en la localidad de Pinto, la EXPO BIBLIA. Acompañados de un clima primaveral todos los días que duró el evento, procedimos a llevar a Pinto un conocimiento de las raíces bíblicas de la fe cristiana.

Pinto es una localidad de casi 50.000 habitantes situada a 20 kilómetros de Madrid, que ha experimentado un espectacular crecimiento en los últimos años, debido, en gran parte, a su cercanía con la capital, y al boom económico de años recientes. Su composición, hasta hace un par de décadas, totalmente española y de fe católica, sin embargo, en la actualidad ha notado los flujos migratorios y notándose hoy la presencia de personas procedentes de muchos países en busca de su trabajo diario.

Es a destacar la buena disposición de las autoridades municipales, quienes además de no cobrar ninguna tasa, encontramos plena colaboración y recibiendo, de su parte, sugerencias de posibles lugares para el emplazamiento de la EXPO BIBLIA. Sin embargo, el Señor ya había elegido su lugar. ¡El mejor lugar de Pinto! Y allí, en el parque del Egido de Pinto, en el centro neurálgico de la localidad, procedimos a la instalación de las carpas.

Cuando se planea una EXPO BIBLIA, un equipo de mentes “pensantes” estudia los pros y los contras de todas las actividades. Lo positivo y lo menos positivo. Sin embargo hubo “algo” en lo que nadie pensó. “Algo” con lo que no contamos y fue un regalo del Cielo. Y este “algo” fue la colaboración y ofrecimiento voluntario y desinteresado de personas de otras iglesias que se sumaron a nuestro proyecto, que lo hicieron suyo, y que además de al Señor, a ellos debemos gran parte del buen resultado obtenido. A ellos, muchas gracias. Lo recordaremos siempre.

Una vez espantadas las mariposas en el estómago, los nervios previos a la apertura, observamos para nuestra sorpresa, lo variado y heterodoxo de la composición de los visitantes. Aunque no faltó quien entró por curiosidad, sin embargo, nos encontramos con el interés de muchísimas personas que se definían como católicas, pero que les encantaba cómo les era narrado el tema del arca de Noé, algo que ellos solamente conocían por el nombre. Y qué decir cuando explicábamos el sistema de adoración y sacrificios en el Tabernáculo del desierto.

Si hubo un punto de especial impacto, y especialmente entre los hermanos evangélicos, era el del Tabernáculo del desierto, el Arca de la Alianza y el sacerdocio del Sumo Sacerdote. He de destacar el nivel de preparación de los hermanos a quienes estaban confiadas estas áreas, ya que satisficieron todas las preguntas teológicas que le fueron hechas. Los niños eran quienes hacían las preguntas más impensables…y más lógicas a la vez.

Si impresionante era ver al Sumo Sacerdote y el Arca de la Alianza, en exposición, cuanto más lo eran cuando, por dos veces cada día, por la mañana y por la tarde, el Arca era sacada, portada por cuatro sacerdotes vestidos a la usanza del antiguo Israel, con el Sumo Sacerdote al frente, oscilando el incensario humeante. Toda la comitiva, en su vuelta alrededor del parque, era precedida por otro hermano que iba haciendo sonar el shoffar, el cuerno con el que se convocaba al pueblo. Lo vistoso de la comitiva, unido al impactante sonido del cuerno, causaba un efecto que no dejaba indiferente a nadie. Y allí estábamos nosotros, explicando a las personas que lo contemplaban, el significado de todo aquel paseo ritual.

Además de la exposición temática, abierta por la carpa de la Sociedad Bíblica, donde se mostraban decenas de Biblias escritas en multitud de idiomas, seguía el área del Arca de Noé en una maravillosa reconstrucción a escala, más adelante el visitante se encontraba con una maqueta del Tabernáculo del desierto, con otra maqueta del templo de Herodes, con una reproducción de los hallazgos de textos en el Mar Muerto, y cerraba la exposición una estatua de más de dos metros representando el sueño que tuvo el rey Nabucodonosor y que le fue interpretado por Daniel, dirigido por el Cielo.

Existía una carpa independiente anexa, a modo de auditorio, habilitada para poder ofrecer audiovisuales o charlas de 15 ó 20 minutos sobre un tema bíblico. Y fue en esta carpa donde en el día de la clausura se dispuso una gran mesa compuesta de alimentos de las tierras bíblicas, tales como dátiles, higos, tortas, olivas, etc. y zumo de uva, para ofrecer a todo visitante. A nuestros visitantes musulmanes, esta muestra les encantaba y quedaban asombrados cuando les referíamos que el Dios de la Biblia, define al cerdo como inmundo y condena toda bebida alcohólica, y se preguntaban porqué en este país, que se denomina cristiano, todo el mundo come cerdo y se consume tanto alcohol.

Fueron muchos los factores que intervinieron para que todo saliese bien. Y uno de ellos fue que se dispuso de ollas y sartenes eléctricas y un equipo de voluntarias que preparaban cada día menú para treinta personas y el sábado y domingo, días de máxima afluencia, se ofrecieron más de cuarenta menús para cooperantes y personas que no disponían de recursos. Además esto permitía que nadie tuviese que ir a comer a sus casas o efectuar gastos personales en comidas.

Ha sido una experiencia única, muy bonita, y lo que nos llena de satisfacción es haber visto que ha gustado mucho, a todo creyente de cualquier credo y por encima de cualquier denominación. Además ahí están más de cuarenta contactos de los que pueden salir estudios bíblicos, visitación, y atención personalizada. Y hemos de dar las gracias y todo mérito al Dios de los cielos que por su misericordia nos ha permitido vivir, aprender, disfrutar y después recordar esta experiencia tan bonita.

Durante la Expobiblia de miércoles a domingo tuvimos una 500 personas que pasaron por las carpas, dejándonos 42 teléfonos de contactos para futuros estudios bíblicos.

Revista Adventista de España