La combinación de alimentos según la Biblia.
En esta serie de tres artículos hemos visto ya lo que dice la ciencia sobre al combinación de alimentos. En el próximo estudiaremos lo que dice la inspiración profética.
En este artículo vamos a buscar información y consejos sobre la combinación de alimentos en la Biblia. Ello resulta trascendente para los creyentes, pues el Libro Sagrado es la guía infalible para todos los asuntos de la vida, incluida la alimentación.
La Biblia contiene la revelación del Creador para el bienestar presente y futuro de los seres humanos. Aunque no es un libro de nutrición, contiene sorprendentes principios y recomendaciones para la alimentación y la salud, como cabe esperar de un Padre infinitamente amoroso y compasivo que se interesa en el bienestar de sus criaturas.
Semillas y frutas
El primer consejo sobre alimentación que encontramos en la Biblia se encuentra justo en su comienzo, en el primer capítulo de su primer libro, el Génesis, en el versículo 29.
En la Nueva Versión Internacional dice así de parte del Creador: “Yo les doy de la tierra todas las plantas que producen semilla y todos los árboles que dan fruto con semilla; todo esto les servirá de alimento”.
“De todo esto podréis comer”, dice en la versión Reina Valera. Aquí encontramos una combinación de alimentos muy valiosa nutricionalmente: semillas y frutas. Tal como vimos en el tema sobre los aspectos científicos de la combinación de alimentos, las vitaminas y otros nutrientes de los cereales y otras semillas se complementan perfectamente con las de las frutas. Sí, el Creador de las plantas y de los seres humanos sabe muy bien que los alimentos que mejor combinan y que más nos convienen son las semillas y las frutas. Posiblemente por eso Jesús mismo eligió la combinación de pan y de jugo de uva, es decir de un cereal y de una fruta, como menú ideal para celebrar la salvación y para anunciar su segunda venida a esta tierra.
Ejemplos de la combinación de semillas y frutas:
- Papilla de cereales con frutas para el bebé.
- Pan integral con compota de manzana para el anciano.
- Tortilla de maíz con aguacate para la merienda.
- Galletas integrales con almendras para los excursionistas.
- Muesli con avena y trozos de fruta para los jóvenes y deportistas.
La combinación de alimentos según la Biblia incluye la mezcla de cereales u otras semillas con frutas. Es la base de una buena nutrición. Los cereales, plantas que dan semilla, y las frutas, son los alimentos que mejor tolera el bebé después de la leche materna. Es con semillas combinadas con frutas como se inicia la alimentación complementaria de los lactantes en muchas regiones el mundo. Ningún otro alimento se tolera mejor que la combinación de semillas y frutas, pues estamos diseñados específicamente para esa dieta desde el origen.
En esa combinación idónea de semillas y frutas podemos ver la sabiduría infinita del “Padre nuestro que estás en los cielos” al que le pedimos que nos dé nuestro pan cotidiano. ¿Quiénes somos nosotros, pobres criaturas mortales, para contradecir el plan de alimentación del Creador, diciendo que no se coma pan con fruta, o arroz con naranja, o garbanzos con tomate, como recomiendan algunos que pretenden ser expertos en nutrición?
El pan de Ezequiel
Otro interesante ejemplo bíblico de combinación de alimentos según la Biblia lo encontramos en el libro de Ezequiel, capítulo 4 y versículo 9. La ciudad de Jerusalén iba a ser asediada y sitiada por el poderoso ejército de Babilonia. Sus habitantes no podrían salir ni entrar en la ciudad. Tendrían que sobrevivir en condiciones muy difíciles combinando acertadamente los escasos alimentos disponibles. Sobrevivir en una ciudad sitiada durante más de un año supone un gran desafío alimentario para no morir de hambre o de desnutrición.
El profeta Ezequiel se encontraba en Jerusalén en el año 587 a. C. cuando Jerusalén fue sitiada por los babilonios. En su misericordia, el Señor se ocupó de la alimentación de su siervo Ezequiel, y le dio una receta, una combinación idónea de alimentos para comer diariamente y sobrevivir así al implacable asedio. Dice el Señor en el libro de Ezequiel 4:9:
“Toma trigo, cebada, habas, lentejas, mijo y avena; viértelos en un recipiente y amásalos para hacer pan, pues ese será tu alimento durante los trescientos noventa días que estarás acostado sobre tu lado izquierdo. Cada día comerás, a una hora fija, una ración de un cuarto de kilo.”
Si, sólo 250 g de esa acertada combinación de alimentos disponibles prescrita por el Señor, iba mantener con vida y salud a Ezequiel durante más de un año.
Cereales y legumbres, una buena combinación
En esta combinación de alimentos ordenada por el Cielo advertimos que hay cereales como el trigo, la cebada, el mijo y la avena, y legumbres de la familia de las leguminosas como las habas y las lentejas. Hoy sabemos que las proteínas de los cereales y de las legumbres, excepto las de la soja, son incompletas en sí mismas, pero que la combinación de ambas da lugar a una proteína completa con todos los aminoácidos esenciales en la proporción idónea necesaria para una buena nutrición.
Sí, cereales y legumbres combinan perfectamente. En ellos hay hidratos de carbono, proteínas y grasas saludables. Ningún problema en comer juntos cereales con legumbres. Mejor combinados que solos. Arroz con lentejas, avena con garbanzos, o maíz con judías, son otros ejemplos de esa combinación idónea de cereales con legumbres. La sabiduría celestial se anticipó en muchos años a la ciencia de la nutrición. Al combinar diversos tipos de alimentos, unos enriquecen a otros. Y el resultado de esa combinación es una capacidad nutritiva superior a la de la suma de sus ingredientes.
El árbol de la vida
Además de la combinación de cereales y frutas en el jardín del Edén, o de cereales y legumbres en el caso de Ezequiel, la combinación más sublime de alimentos que encontramos en la Biblia se encuentra en el libro del Apocalipsis. En los primeros versículos del capítulo 22, el apóstol Juan, autor de este libro, vislumbró la excelsa belleza del paraíso restaurado al que tenemos acceso solamente por los méritos de Jesucristo. En ese paraíso ocupará un lugar destacado el árbol de la vida, que produce 12 frutos y que da hojas dotadas de poder curativo. Frutas y hojas combinadas, es decir frutas y verduras, pues las hojas son el tipo más común de verdura. Hasta en el cielo se combinan los diversos tipos de alimentos vegetales.
Frutas y verduras combinan muy bien para la mayor parte de personas. Frutas con verdura de hoja es lo que comemos habitualmente en una ensalada: el tomate es botánicamente un fruto, y la lechuga es una hoja. Por cierto, las aceitunas, el pimiento, el aguacate e incluso el pepino que se suelen añadir a la ensalada son también frutos que combinan acertadamente con verduras como la lechuga, la escarola o la rúcula.
Otros ejemplos de buenas combinaciones entre frutas y verduras son:
- La manzana con la col, plato típico en el centro y norte de Europa.
- El mango con la espinaca que se come en la India.
Resumen
- No existe ningún fundamento científico para declarar incompatibles entre sí los alimentos sanos como las frutas y las verduras, o las frutas y los cereales u otras semillas.
- Necesitamos forzosamente combinar diversos tipos de alimentos para estar bien nutridos.
- Estamos diseñados para poder digerir a la vez toda una amplia gama de nutrientes.
- Combinar una razonable variedad de alimentos, ya sea formando parte de un menú saludable, o como jugos o ensaladas, resulta beneficioso para la salud y ayuda a prevenir y combatir enfermedades.
- Cada cual debe observarse para determinar si existe algún alimento o combinación que a él particularmente le siente mal.
- En la Biblia se menciona al menos tres veces la combinación entre alimentos saludables.
- Las plantas que dan simiente como los cereales y las plantas que dan fruto con semilla como las frutas, en el jardín del Edén.
- Los cereales con las legumbres en el pan de Ezequiel.
- Y las frutas con las hojas, es decir, las verduras, en el árbol de la vida.
Así que no limites tu menú innecesariamente. Puedes comer perfectamente arroz con naranja, o lechuga con tomate, o nueces con dátiles, o aguacate con limón y cebolla.
Y recuerda: si es sano, combina.
Autor: Dr. Jorge Pamplona, responsable del Departamento de Salud de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España.
Imagen: Photo by Shelby Miller on Unsplash
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Muy buen artículo el problema es la manipulación de los alimentos pues ya no son como los de antes,todo esta modificado genéticamente junto con los pesticidas.
Puede estar tranquila, solo unos pocos alimentos, como ciertas variedades de soja y o de maíz están manipulados genéticamente. Y la mayor parte de ellos se destinan al consumo del ganado. Así que si nos preocupan realmente los transgénicos, lo primero es no comer carne. En cuanto a los pesticidas, se venden muchos alimentos vegetales ecológicos u orgánicos sin pesticidas.
Si que es cierto que muchos vegetales actualmente son resultado de la selección genética o de la hibridación. Pero estos procesos ocurren espontáneamente en la naturaleza cuando el polen de una planta se mezcla con el de otra, y son diferentes a la manipulación genética hecha en un laboratorio.
Me ha encantado el artículo muxhas gracias Dr