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Señas de fe: La experiencia de Jeffrey Jordan, un delegado Sordo, en el Congreso de la Asociación General 2022. «Cada persona tiene una posibilidad que Dios puede usar».

En un momento digno de destacar, Jeffrey Jordan se paró al micrófono para abogar para que las iglesias sean un lugar más acogedor para las personas con discapacidades. Al hablar como el primer delegado Sordo en un Congreso de la Asociación General, Jordan realizó una apasionada defensa en pro de la inclusividad porque, según lo ve él, «cada persona tiene una posibilidad que Dios puede utilizar».

Jordan quiso luchar contra el estigma de identificar a los individuos tan solo por su discapacidad. Debemos verlos como personas con sus propias pasiones, intereses y personalidades únicas, con posibilidades dadas por el mismo Dios.

Cuando se tomó el votó durante el Congreso para “crear oportunidades y recomendar maneras de ayudar en el descubrimiento de funciones o ministerios que traigan un sentido de significado y realización”, Jordan se sintió feliz de ver que su iglesia se puso de parte de un grupo que a menudo permanece al margen.

Un modelo para otros

Como primer delegado Sordo, Jordan dijo que se siente honrado de ser representante de los millones de Sordos en el mundo.

Jordan, que nació y creció en California, era el único Sordo de su familia. Mientras era estudiante en la Universidad Estatal de California en Northridge, participó del ministerio laico para los Sordos en la Iglesia Adventista del Séptimo día de Northridge. Otros estudiantes Sordos asistieron y fueron bendecidos de tener su propio culto en la iglesia. Allí él les predicaba de tanto en tanto. Durante esa época, conoció a su futura esposa, que estaba siguiendo estudios para dedicarse a la interpretación de Lenguaje de Señas.

Se sintió llamado al ministerio, y se matriculó en el Seminario Teológico Adventista de la Universidad de Andrews. La Universidad le brindó intérpretes de señas para las clases, y terminó graduándose con su título de maestría en teología pastoral.

Jordan llegó a ser pastor de la Congregación de Sordos de Southern en Tennessee, que hoy tiene 77 miembros, y que otros siguen cada semana en línea. Además de sus responsabilidades pastorales, es coordinador asociado del Ministerio Adventista de Posibilidades de la Asociación General.

Eliminando estigmas

Jordan dice que espera continuar creando conciencia sobre la comunidad de la fe compuesta por Sordos, para que entiendan que son un grupo con un lenguaje específico y una cultura específica que puedan ayudar en el funcionamiento de la iglesia.

«Quiero que los que pueden oír comprendan que mi iglesia, su iglesia, incluye a los Sordos», dice. «Pueden actuar y funcionar como una iglesia donde todos oyen, ya sea con ceremonias especiales —bodas, funerales— o los cultos regulares».

La vida como delegado sordo

La mayoría de los delegados se pueden mover por el salón mientras siguen atendiendo a lo que está sucediendo en el escenario. Pero ese es un desafío para alguien que consigue toda la información por medio de sus ojos.

«Otras personas tienen la ventaja de que pueden hacer varias cosas a la vez: pueden escribir, o pueden hacer otras cosas mientras siguen escuchando», dice Jeffrey Jordan. «Es diferente para mí, porque tengo que depender de mi intérprete».

Pero, dice: «Seré honesto contigo: aunque me cansa, he disfrutado mucho de este momento».

Autor: Marcos Paseggi, Adventist Review

 

PUBLICACIÓN ORIGINAL: Señas de fe

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