Entrevista a la directora de Primaria del CEAS: Rosana Moliner
Responsable de la dirección de Primaria del Colegio Adventista de Sagunto, situado en el Campus Adventista de Sagunto (CEAS)
EA. ¿Qué opinan de Rosana Moliner sus familiares y amigos?
RM. Por lo que me han dicho alguna vez es que soy una persona sencilla, sensible, cariñosa, y a veces, con genio, jajajajjaaa. Pero, bueno, supongo que habría que preguntarles a ellos.
EA. ¿Cuándo y dónde naciste?
RM: Nací en noviembre. En Puerto de Sagunto (Valencia) hace algunos añitos.
EA. ¿Cómo es tu familia?
RM: Es una familia dentro de los cánones normales. Coincide que ahora vivimos todos en el Puerto, y aunque no nos vemos todos los días, somos de los que quedamos en una casa o en otra para comer paella o cenar de picoteo. Cada uno tiene su vida, su familia, su trabajo pero hacemos un hueco para poder vernos, y hablar. Cuando mis padres vivían en Sevilla o en Madrid y venían al Puerto, era mi madre la que nos convocaba a todos sí o sí. Así que nos juntábamos padres, hermanos, tíos, primos, abuelos… En fin, toda la familia. Supongo que como la mayoría.
EA. ¿Cómo recuerdas tu infancia?
RM. Entrañable. Feliz. Risas. Amigos. Viajes. Cierro los ojos y es de las mejores épocas de mi vida.
EA. ¿Cómo y cuándo conociste al Señor?
RM. En mi casa, de pequeña, nunca se hablaba de Dios, nunca fui a la iglesia, no se contaban historias bíblicas…, sin embargo, sí que tenía inquietudes acerca de quién era Dios, dónde estaba. De alguna manera creía en algo, pero no sabía qué.
Cuando mis padres conocieron la iglesia adventista, el estilo de vida, los principios que la caracterizan…, en definitiva a Jesús… y lo transmitieron en casa, me sentí mucho más identificada con todo eso que con lo que me rodeaba. No tuve que cambiar muchos hábitos, porque en casa, en cuestión de alimentación, por ejemplo, mi madre nos inculcaba y mantenía un estilo de alimentación saludable desde bien pequeños. Tan sólo empecé a ir a la iglesia los sábados; me encantaba ver cómo los adventistas manejaban la Biblia, los conocimientos bíblicos que tenían, todos los mismos principios y hablaban de un Dios que me gustaba. Había encontrado a personas con las que me identificaba y a un Dios verdadero, y de eso ya hace 32 años.
EA. ¿Cuándo, cómo y por qué decidiste dedicar tu vida a la educación infantil?
RM. Mi tía Maribel es maestra de Infantil y cada vez que tenía oportunidad, cuando veníamos de Sevilla, (porque de pequeña vivía allí a causa del trabajo de mi padre), me iba con ella a su clase. Pasaba las tardes con ella. La ayudaba con sus alumnos y era la encargada de repartir los colores, las fichas… Me dejaba corregir los trabajitos; ayudar a los niños, etc. Me encantaba ver lo que hacía en la clase con ellos, lo que les enseñaba y cómo lo enseñaba. Así que, me entró el gusanillo desde bien pequeña. Yo quería enseñar a los niños a leer y a escribir. Ver ese proceso me fascinaba. Siempre he querido ser maestra. Luego, siendo maestra, te das cuenta de todo lo que puedes influir en ellos, todo lo que les puedes transmitir, enseñar… Para mí, es una de las profesiones más gratificantes que existen.
EA. ¿Cómo conociste a tu marido?
RM. A JuanV. lo conocí en la iglesia de Puerto de Sagunto. Es una iglesia pequeña y ya se sabe que en las iglesias pequeñas todos los jóvenes están juntos para todo lo que la iglesia necesite. Por otro lado, él y su hermano eran amigos del mío. Sus padres y los míos, amigos. Participábamos en todas las actividades que se hacían; más tarde formamos parte de la Sociedad de Jóvenes, E.Sabática, salidas… Al principio, él tenía su grupito de amigos y yo el mío. Pero en un momento concreto yo pasé por un mala época y poco a poco fuimos entablando una amistad más estrecha, compartíamos aficiones, nos fuimos conociendo mejor y… llevamos toda la vida juntos.
EA. ¿Qué dirías de tus hijos? ¿Qué aportan a tu vida y a tu ministerio?
RM. Mis hijos son lo más maravilloso que tengo. Es lo mejor que he hecho en mi vida. No podría vivir sin ellos. Son mi prioridad. Son los que me enseñan cada día a valorar lo que tengo, el día a día. De los que aprendo y por los que intento ser mejor persona.
EA. ¿Cuáles son tus mayores deseos en esta vida?
RM. Tengo todo lo que soñé. No puedo pedir nada más. Me gustaría no sufrir o no haber sufrido en ciertos momentos de mi vida, pero eso forma parte del mundo en el que vivimos, así que me conformo con lo que soy y con lo tengo ahora. Para la otra vida venidera tengo muchos planes y toda una eternidad para disfrutarlos.
EA. ¿Qué te apasiona?
RM. Los pequeños detalles que hacen la diferencia. Que me sorprendan. Un rato con los amigos. Una paella en familia. Un paseo por la orilla de la playa. Reír con mis hijos. Una peli con manta, palomitas y chocolate caliente en un día de lluvia.
EA. ¿Qué te disgusta?
RM. La mentira.
EA. ¿Tienes algún hobbie?
RM. Bailo flamenco y sevillanas en una escuela flamenca para pasar el rato. Es un momento que me divierto con las amigas y me olvido un poco del despacho.
También me gusta leer, aunque a veces no tengo tiempo.
EA. ¿Cómo es dirigir un colegio de Primaria?
RM. Yo soy la voz cantante de Primaria pero teniendo un grupo de compañeros entregados, es más llevadero. Hoy, soy yo la que está al frente, pero mañana puede ser cualquiera de ellos y les diría lo que me dijeron a mí. “Entrégate a Dios cada mañana y déjale tus cargas a Él”. Intento hacer mi trabajo bien hecho y de la mejor manera posible. A veces cuesta más, a veces cuesta menos, pero confiada en que el Maestro de los maestros es quien dirige este colegio y es el que está detrás de todas las decisiones tomadas.
EA. ¿Por qué es tan importante la educación en esas primeras etapas de la vida?
RM. En los primeros años de vida es donde se sientan los principios, los hábitos. Es donde tienes ese impacto que ayudará a forjar lo que serás en el futuro sin que uno se dé cuenta de eso. Es de vital importancia la educación que le des a un niño en sus primeros años de vida.
EA. ¿Qué diferencia al Colegio de Primaria del CEAS del resto de colegios de primaria?
RM. En el colegio de Primaria del CEAS se imparte el currículo que exige la ley, al igual que en el resto de colegios. Tenemos buenos profesionales, como en el resto de colegios. Tenemos un entorno privilegiado, como muchos otros colegios. Pero detrás de cada programación, de cada actividad, en todos los Claustros y reuniones, detrás de cada cosa que hacemos, velamos por nuestros alumnos habiéndonos puesto en manos de nuestro Señor. Él es quién dirige nuestros actos, nuestro trabajo, nuestro colegio. No hay otra razón.
EA. Al ser concertado ¿es difícil que los niños adventistas puedan acceder a él?
RM. Al ser un colegio concertado estamos bajo las exigencias de la Ley en cuestión de admisión de alumnos. A veces si es difícil acceder por diversas razones. Pero yo siempre digo que hay que intentarlo. No será la primera vez que se han visto verdaderos milagros. Cosas inexplicables han sucedido y no sabemos por qué. Es complicado exponer este punto en dos palabras; sólo diría que si están decididos a que sus hijos estudien aquí, que lo intenten sin dudarlo, que lo intenten siempre.
EA. ¿Qué parte de la educación tiene lugar en casa y cuál en la escuela? ¿Qué pasa cuando los padres no hacen su parte en el hogar?
RM. La educación se hace en casa. Siempre se hace en casa. Nosotros somos una continuación de esa educación. Trabajamos junto a las familias para llevar a esos niños a lo más alto. Hemos comentado antes que los hábitos, entre otras cosas, se trabajan desde la más tierna edad en casa. Si eso fuera así, en el cole sería mucho más fácil enseñar conocimientos y asignaturas. Cuando los padres no hacen su parte en el hogar, el colegio tiene doble carga, y te aseguro que la hace, pero esa no es nuestra responsabilidad. El colegio debe ser la continuidad del hogar y no la base principal.
Autora: Esther Azón, redactora y editora de contenidos web en HopeMedia, editora y presentadora del Informativo Adventista de España y editora de la Revista Adventista.