Entrevista a Anabel Fernández
Responsable de la dirección de Infantil y Primaria del Colegio Adventista Rigel de Zaragoza.
EA. ¿Cómo te definen tus familiares y amigos?
AF. Trabajadora, organizada, detallista.
EA. ¿Cuándo y dónde naciste? ¿Cómo era/es tu familia? ¿Cómo recuerdas tu infancia?
AF. Nací en Linares, provincia de Jaén un abril de los 60. Soy la segunda de cinco hermanos, tres chicas y dos chicos. Mis padres se trasladaron a Zaragoza cuando yo tenía seis años y recuerdo mi infancia en Linares con nostalgia y mucho cariño. Recuerdo el aroma del orujo de la aceituna prensada, el calor, los patios frescos cubiertos por las parras y racimos de uva. Tinajas de agua fresca y barreños de cinc en los que nos refrescábamos y jugábamos los hermanos. Mi profesora del Colegio Padre Pobeda (Jaén), la señorita Fe, dejó una huella muy importante en mi vida. Recuerdo mi escuela, mi clase y también su olor. Recibí mucho cariño y tuve el privilegio de formar parte de proyectos innovadores educativos que decantan hasta hoy en día la filosofía de dicha escuela. Recuerdo un gran tren pintado en la pared, que traté de imitar en las paredes del Colegio Rigel cuando llegué a las aulas de Infantil.
EA. ¿Cómo y cuándo conociste al Señor?
AF. Fue por el año 81. Pedro Aguerri, primo de mi exmarido, era adventista. Yo estaba recibiendo estudios con Testigos de Jehová y con motivo de la boda de Pedro y Adi Álvarez, fuimos a su casa. Cuando supieron que estaba recibiendo estudios con testigos de Jehová, me propusieron, a la vuelta de su viaje de novios, estudiar y conocer la Bíblia con ellos también. Y así fue, a su vuelta comenzamos a estudiar y un 11 de junio de 1983 nos bautizó el pastor José Augusto Pérez, en la Iglesia de Delicias de la Calle San Rafael de Zaragoza.
EA. ¿Cuándo, cómo y por qué decidiste dedicar tu vida a la educación infantil?
AF. Con la decisión de seguir al Señor, perdí mi empleo de encargada en unos grandes almacenes. Durante el tiempo que estuve en el paro y mientras cuidaba de mis dos hijos en casa, decidí convalidar los estudios de delineante que tenía y enfocarme en el área educativa, ya que a través de mis hijos comprendí la importancia de la impronta de la educación en los niños.
EA. ¿Qué dirías de tus hijos y nietos? ¿Qué aportan a tu vida y a tu ministerio?
AF. Para mí son el motor y la razón de seguir luchando por nuestra escuela en Zaragoza. Creo que educamos para la eternidad, y no hay ningún trabajo más gratificante que el nuestro. Estar presentes en los descubrimientos y en los progresos de los niños, es lo más increíble que un educador puede experimentar. A mis hijos de vez en cuando les recuerdo las cosas importantes de la vida, y todas ellas son las que aprendieron en sus primeros años.
Robert Fulghum escribió un libro titulado “Todo lo que realmente necesito saber lo aprendí en el parvulario” En él podemos encontrar frases inspiradoras en las que vemos que la vida no es tan complicada como los mayores pretendemos hacer. Esto no me canso de compartirlo con los míos y las familias que vienen a la escuela. La base de la vida está en los cimientos y cómo ponemos nuestras semillas en sus corazones.
“….La sabiduría no estaba en la cima de la montaña de la universidad, sino allí, en el arenero. Compártelo todo. Juega limpio. No le pegues a la gente. Vuelve a poner las cosas donde las encontraste. Limpia siempre lo que ensucies. Pide perdón cuando lastimes a alguien…” …Toma cualquiera de estos ítems y tradúcelo en términos adultos sofisticados y aplícalo a tu vida familiar o a tu trabajo, a tu gobierno o a tu mundo y se mantendrá verdadero, claro y firme…….
EA. ¿Cuáles son tus mayores deseos en esta vida?
AF. Vivir mi vida de acuerdo con los designios de mi Dios, y disfrutar de la eternidad con los míos y con todos mis conocidos y seres queridos.
EA. ¿Qué te apasiona?
AF. Me encanta viajar y pasear por la montaña.
EA. ¿Qué te disgusta?
AF. El desorden y la poca formalidad.
EA. ¿Tienes algún hobbie?
AF. Me gustan las manualidades, pero creo que están siendo superadas por los paseos o un buen libro.
EA. ¿Cómo es dirigir el Colegio Adventista Rigel?
AF. Bueno, la dirección del Colegio es muy “fácil” de llevar. No digo que sea una tarea fácil, no lo es, pero la implicación del personal y las responsabilidades compartidas, hacen que la carga se reparta entre todas. Es un privilegio poder estar en el equipo directivo del Colegio Adventista Rigel. Enfrentamos grandes batallas y retos que parecen insalvables, y es ahí, donde milagrosamente vemos claramente la mano de Dios y cómo Él nos cuida como a la niña de sus ojos. Somos sus obreras y Él es el que dirige y nos sostiene.
EA. ¿Qué hace que los padres, incluso no adventistas, lleven a sus hijos al Rigel?
AF. Puedo decir que nuestro centro, aunque pequeñito, está totalmente al día en cuanto a metodologías en nuestra sociedad de la información y el conocimiento. Ofrecemos a todos los alumnos oportunidades para desarrollar sus múltiples inteligencias, y lo más importante, somos una escuela comprometida con la educación integral, favoreciendo en nuestros alumnos el logro de la excelencia humana, física, intelectual, espiritual y social.
EA. ¿Qué habría que potenciar un poquito más en el Rigel?
AF. Pues desde el cuerpo docente, lo que nos gustaría sería que se valorase más el privilegio de tener una escuela de iglesia en nuestra ciudad. A veces nos dejamos llevar por las apariencias de los Centros y nos olvidamos de los contenidos que en ellos se imparten. Por otra parte, desde hace unos cursos estamos trabajando para poder realizar el sueño que nuestros pioneros, hace más de 50 años tuvieron. Tener una escuela que pudiera abarcar todos los niveles como el resto de Centros adventista de España. El Señor sabe los pasos dados y solo esperamos estar en Su camino y poder llegar a ver, para nuestros hijos y nietos, dicho sueño cumplido.
EA. ¿Cómo es el equipo docente del Rigel?
AF. El personal de nuestro Colegio es un conjunto de profesionales capacitadas, creativas y muy entusiastas que ponen cada día sus dones al servicio de Dios. Los niños se encuentran como en casa, recibiendo cariño de todas, desde la cocinera hasta cada una de sus tutoras. Hemos caminado juntas desde hace muchos años y eso nos ayuda a complementarnos fácilmente. Es un privilegio poder tener un entorno de trabajo en el que mi compañera es mi hermana.
EA. ¿Qué futuro deseas para el colegio?
AF. El mejor futuro posible. Deseo que pequeño, o grande, se mantenga activo para que muchos niños y niñas puedan beneficiarse de él. Que puedan crecer en sus aulas aprendiendo mucho más que matemáticas o inglés; que pueda seguir siendo una bendición, como lo ha sido para tantos y tantos niños, y que siga cumpliendo su labor hasta que el Señor venga.
EA. ¿Qué te gustaría pedirle al Señor para este nuevo año 2018?
AF. Que en medio de tanta tristeza, injusticia y dolor, sus bendiciones no dejen de sorprendernos. Que seamos capaces de ver su mano en medio de la adversidad y nos mantengamos siempre fieles a Él, cumpliendo con la misión que nos ha encargado, con la fuerza de su Gracia.
Autora: Esther Azón, redactora y editora de contenidos web en HopeMedia, editora y presentadora del Informativo Adventista de España y editora de la Revista Adventista.
Gran ejemplo de amor a Cristo y a la educación.