Skip to main content

… gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración… (Rom.12:12 RVR1960).

Desde la medianoche del día 27 de mayo, España se encuentra de luto oficial en memoria de las miles de víctimas mortales por la pandemia del Covid19. Como señalan diversos medios de comunicación, estos diez días son el periodo de duelo más largo establecido en democracia. Las instituciones públicas guardarán un minuto de silencio, a la vez que la bandera ondeará a media asta en todos los edificios públicos.

Son formas de expresar el dolor al que la sociedad española se ha visto, en mayor o menor grado, sometida. Los meses de marzo, abril y mayo del año 2020 han sido meses de confinamiento, de cifras, de incertidumbre y estrés. También han sido meses de aplausos en los balcones, de reconocimientos y de miedo. Mucho miedo.

Hoy vivimos un luto por los que ya no están. De los más de veinte mil fallecidos en España, 9 eran miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Hermanos y hermanas queridos que descansan en la certeza de la resurrección. Lloramos su pérdida, pero no lo hacemos como aquellos que no tienen esperanza. Nosotros creemos que Jesús murió y resucitó y, por lo tanto, también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.

Unidos en el dolor y en la esperanza

Como familia en la fe, compartimos el dolor de los que sufren y nos gozamos en la esperanza de los que creen. Sabemos que la muerte tiene los días contados, puesto que Él Señor destruirá la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor las lágrimas de todos los rostros; quitará la afrenta de su pueblo de sobre toda la tierra… Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado para que nos salvase; éste es Jehová a quien hemos esperado; nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación. (Is.25:8-9).

La Biblia enseña que el mundo entero está bajo el control del maligno (1ª Jn.5:19) y, en consecuencia, la maldad, el dolor y la muerte abundan a nuestro alrededor. El Covid19 nos ha afectado de cerca y eso causa que, con cariño, la Iglesia Adventista del Séptimo Día se sume a las muestras de respeto y solidaridad que se sucederán a lo largo de los diez días que dure el luto oficial.

Pero más allá del coronavirus, también lamentamos toda la injusticia, la maldad, el odio, la enfermedad, la desigualdad y las miles de causas que acaban con las ilusiones y sueños de los que diariamente mueren en este planeta. Es cierto que hay males que no vemos, que permanecen lejos de nuestro estado de bienestar, pero no queremos ser selectivos en nuestra muestra de dolor.

A pesar de la tristeza por los que no están, queremos también alegrarnos por los que, aún pasándolo mal, están de vuelta en el hogar; hermanos que han pasado largos días en el hospital. Hemos temido por la vida de algunos amigos que han vuelto a nacer tras superar una larga e intensa lucha con la enfermedad. Tienen un largo camino por delante para recuperarse al 100% de las secuelas de los largos días de hospital, pero el amor de las familias que los acompañan, el deseo de volver a adorar juntos en las iglesias y la certeza de que el Señor todavía tiene una misión para ellos, ha de ser una motivación extra en este proceso de recuperación. Damos gracias a Dios por cada una de las personas que han podido superar esta terrible prueba.

Gratitud

Por último, la Iglesia Adventista del Séptimo Día expresa, como ha venido haciendo en los últimos meses, su gratitud y reconocimiento por todas aquellas personas que han dado un paso al frente durante estos días de pandemia. No bastan unas líneas para reconocer a todos los que han cobrado un protagonismo especial durante estos meses, pero permitid que mencionemos algunos sectores de trabajo:

  • Servicios de salud y personal sanitario: Nadie os ha podido hacer sombra estos meses. Aunque pronto volverá el fútbol y volveréis a un inmerecido segundo plano, Dios ha registrado cada sonrisa y cada lágrima, así como el amor y la profesionalidad con la que habéis actuado. Gracias.
  • Servicios: Al personal de limpieza que, aún siendo poco reconocido, es imprescindible. Gracias.
  • Alimentación y comercio: A los trabajadores y trabajadoras de supermercados, repartidores y agricultores. En España, por regla general, estar confinado en casa no es algo tan traumático, puesto que lo imprescindible siempre está al alcance de la mano. Gracias.
  • Educación: Clases online, tutoriales, videos de youtube… Colegios cerrados, pero aulas virtuales abiertas. Gracias, equipos docentes, por vuestra labor. ¡Bravo!
  • Fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado: Más allá de hacer cumplir la ley, en los períodos de necesidad surgen aquellos hombres y mujeres que ejercen su profesión con compasión y solidaridad.
  • Voluntariado solidario (ADRA): A los cientos de voluntarios que solidariamente han contribuido a mejorar las condiciones de vida de los más vulnerables. Porque convertís las crisis en oportunidad. Muchas gracias.
  • Pastores: No habéis dejado de trabajar preparando temas, haciendo llamadas, atendiendo a enfermos y predicando ante la cámara. Aunque cerramos las iglesias, nadie ha “cerrado” vuestra vocación. Dios os bendiga.

Vivan alegres por la esperanza que tienen; soporten con valor los sufrimientos; no dejen nunca de orar. (Rom.12:12, DHH).

Autor: Óscar López, presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España.
Imagen: Photo by Marc-Olivier Jodoin on Unsplash

Revista Adventista de España