Discriminación, ¿cómo hablar con tu hijo?
Si bien gran parte de esta conversación suele ser incómoda, los padres cristianos tenemos la responsabilidad y la oportunidad excepcional de enseñar a nuestros hijos a apreciar la hermosa diversidad de todos los hijos de Dios.
La discriminación suele producirse por prejuicios equivocados sobre raza, sexo, clase social, nivel intelectual, etc. Cualquier diferencia mal entendida puede convertirse en un motivo para despreciar al otro. Esto es común socialmente, aunque cada vez más personas luchan contra ello. Los cristianos deberíamos ser adalides de la aceptación del otro. Cristo es nuestro maestro. Aceptaba a todo el mundo sin importar raza, clase, nivel cultural… De hecho, era frecuente verle acompañado por aquellas más rechazadas socialmente. Los prejuicios humanos no le afectaban. Él amaba a todo el mundo, incluso a quienes no le querían a él.
Los padres cristianos debemos encontrar formas de hablar de este importante tema con nuestros hijos a medida que crecen, porque es nuestra responsabilidad educarles para que sean cada día más semejantes a Cristo. Los niños aprenderán de nuestros mensajes y, sobre todo de nuestro ejemplo. Al final, lo que digamos será siempre menos importante que lo que hagamos. Nada hay más poderoso que el ejemplo.
Discriminación. ¿Cómo aprenden los niños a discriminar?
Desde una edad muy temprana, los niños aprenden sobre las diferencias entre los seres humanos de sus primeros maestros: sus padres. Los prejuicios, o la carencia de ellos, se heredan.
El aprendizaje temprano está determinado por la biología. Y de alguna manera, aprender sobre prejuicios y discriminación se vuelve mucho más difícil si ese aprendizaje se lleva a cabo en un momento posterior. Los conceptos aprendidos en la infancia suelen perdurar en el tiempo.
Evolución de la comprensión de las diferencias
Ya a los 6 meses, el cerebro de un bebé puede detectar diferencias basadas en la raza.
Entre los 2 y los 4 años, los niños comienzan a internalizar ciertos prejuicios, o la ausencia de ellos.
A la edad de 12 años muchos niños fijan en sus creencias, dando a los padres una década para dar forma al proceso de aprendizaje.
¡Cuidado! De la misma manera que aprender un nuevo idioma es más fácil cuando uno está inmerso en el entorno donde se habla el idioma, los niños expuestos a la sociedad ganarán fluidez en los prejuicios raciales incluso si sus padres no hacen nada.
Entonces… ¿Qué podemos hacer? No podemos sacar a nuestros hijos de la sociedad en la que viven.
Estrategias para ayudar a los niños a lidiar con los prejuicios
Tres estrategias muy importantes que los padres pueden emplear para ayudar a sus hijos a lidiar con los prejuicios son:
1. Hable con sus hijos y reconozca que existen distinciones y prejuicios raciales, de clase social, culturales, etc.
2. Confronte sus propios prejuicios y modele cómo quiere que sus hijos se comporten en respuesta a otros que pueden ser diferentes a ellos. Estudien juntos el carácter de Cristo y su manera de tratar a las personas.
3. Anime a sus hijos a desafiar los estereotipos y prejuicios siendo amables y compasivos cuando se comuniquen con personas de todos los grupos raciales, étnicos, sociales y culturales, tal como hacía Jesús.[1]
Cuando los padres ejercen la empatía, la compasión y la bondad hacia los demás, independientemente de su raza, etnia, clase social, cultura, etc., envían un mensaje poderoso que desarrolla el carácter de sus hijos contra el poderoso mal de la discriminación que no pueden evitar ver en la sociedad.
Los niños deben ser capaces de usar la empatía, la compasión y la amabilidad. Herramientas que utilizó Cristo en este mundo y que los cristianos estamos llamados a desarrollar y poner en práctica.
Los niños están escuchando
Elena de White reflexiona: “El Señor Jesús vino a nuestro mundo para salvar a hombres y mujeres de todas las nacionalidades. Murió tanto por la gente de color como por la raza blanca. Jesús vino a iluminar el mundo entero. . . . Él los ama a todos, y no hace diferencia entre blancos y negros.” [2]
Como padres cristianos podemos guiar a nuestros hijos a un futuro preferencial en las relaciones interpersonales. Sabemos muy bien que los niños escuchan lo que sucede en la sociedad que los rodea. Escuchan conversaciones de adultos, ven imágenes en YouTube o las noticias de la televisión. Los adultos cristianos debemos enseñarles a gestionar adecuadamente toda esa información a la luz del ejemplo de Cristo.
Cómo ayudar a tus hijos a entender
Debe hablar con sus hijos antes de que se enteren de lo que está sucediendo en el mundo por otras personas u otras fuentes. Cuando hable con sus hijos, tenga en cuenta los siguientes puntos:
- Hable con su hijo. Es posible que desee preguntarles a sus hijos qué saben, qué han visto y cómo se sienten. Tal vez ya en su clase hay algún problema de discriminación con algún niño “diferente”, o quizás ellos sean los distintos. Dígales que entiende cómo se pueden sentir y valide los sentimientos y emociones que puedan estar experimentando. Usted conoce mejor a su hijo/hijos y sabe qué información pueden manejar. Cuando trate con niños más pequeños, tómese el tiempo para compartir con ellos con paciencia lo que está haciendo para mantener segura a su familia. Cuando trate con preadolescentes y niños mayores, pregúnteles si alguna vez han experimentado malos tratos, clasismo o racismo, o si les ha sucedido a otra persona.
- Explíqueles que no es malo ser diferente. Ser distintos es precisamente lo que nos hace iguales. Todos somos iguales, porque todos somos diferentes.
- Esté atento a los cambios en el comportamiento de su hijo. Algunos niños pueden volverse más hostiles, mientras que otros pueden inhibirse o tener miedo. Si le preocupa que su hijo pueda estar pasando por un momento difícil consulte con un psicólogo infantil cristiano.
- Limite y gestione lo que su hijo ve en los medios. Evite dejar la televisión encendida de fondo. Nunca la deje de “niñera” mientras hace otras cosas. Lo mismo con Internet.
- Con niños mayores y adolescentes, debe mirar con ellos y hablar juntos sobre lo que están viendo. Preste especial atención a sus observaciones y comparta su propia perspectiva sobre lo que está sucediendo. Use cortes comerciales o pause el video para tener breves discusiones sobre lo que están viendo o acaban de presenciar en la televisión.
- Con los niños más pequeños, limite el tiempo que ven televisión y el uso de teléfonos inteligentes o tabletas, especialmente cuando están dando las noticias. Asegúrese de que cualquier medio que estén consumiendo esté en las áreas comunes de su hogar donde pueda controlarlos fácil y rápidamente.
- Sea consciente de sus propias emociones. Como adulto, es vital entender lo que piensa y lo que siente. Inconscientemente lo trasladará a los niños.
- Está bien admitir que las personas son tratadas de manera diferente según el color de su piel, su origen étnico, su casta, su tribu, su nivel socio-económico o cultural, su género o dónde podrían vivir. Dé ejemplos de dónde está sucediendo esto actualmente, si sabe.
- Esta es también una excelente oportunidad para mostrar a sus hijos cómo marcar una diferencia positiva. Desafíe sus propios prejuicios y comparta con sus hijos cómo le gustaría que trataran a las personas que son de un país, cultura, raza, tribu o clase social diferente.
- Decidan como familia, cómo pueden involucrarse para ser agentes de cambio contra la discriminación en su sociedad.
- Aproveche los recursos a su alcance. Además de la vida de Jesús que pueden ver juntos en la Biblia, pueden usar El Deseado de Todas las Gentes (EGW) y otros buenos libros o recursos, que pueden ayudarle a comunicarse de manera efectiva con sus hijos.
- Es un buen momento para recordarles a sus hijos que nadie es perfecto. Solamente Cristo.
- Estudien juntos, en oración, el amor y la actitud de Jesús hacia las personas y decidanse a reflejar Su carácter.
Recuerde
Todos podemos trabajar juntos contra la discriminación. [4] Esto es especialmente importante para las personas que representamos a Jesucristo. Como declara Jesús: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:35, NVI).[3]
Para los padres cristianos que trabajan mediante el poder y la gracia de Dios para criar a sus hijos en Cristo, las relaciones interraciales, con personas de difrerentes clases sociales, etc. la lucha contra la discriminación puede convertirse en el catalizador de la transformación en nuestros hogares, iglesias e instituciones. Tal realidad creará espacios llenos de armonía, reconciliación y paz marcados por el inestimable e inquebrantable amor de Dios.
Lo contrario a la discriminación es el amor. En Cristo todos somos iguales. Él murió por cada ser humano, sin exclusión posible.
Traducción y edición de Esther Azón, teóloga y comunicadora. Coeditora y redactora de Revista.adventista.es y QueCurso.es, gestora de las redes sociales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España y asistente de dirección y producción en HopeMedia España, a partir de un artículo de Willie y Elaine Oliver (responsables de los Ministerios de la Familia Adventista en la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día en Silver Spring, Maryland).
Imagen: Photo by Gemma Chua-Tran on Unsplash
Artículo basado en: Parenting Children for Christian Interracial Friendships
NOTAS
[1] Ashaunta Anderson y Jacqueline Dougé (25 de junio de 2020), “Talking to Children About Racial Bias”, Academia Estadounidense de Pediatría, healthychildren.org, consultado el 13 de agosto de 2020. [2] Ellen G. White, Selected Messages (Washington, D.C.: Review and Herald Pub. Assn., 1958), libro 2, p. 487. [3] Los textos acreditados a la NKJV son de la New King James Version. Copyright ã 1979, 1980, 1982 por Thomas Nelson, Inc. Usado con autorización. Reservados todos los derechos.