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Día 7 de los Diez días de oración 2025: Pero tú cuando ores… HÁGASE TU VOLUNTAD EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO.

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DÍA 7 – HÁGASE TU VOLUNTAD EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO

Dia 7 10DO2025«Porque yo sé los planes que tengo acerca de ustedes, dice el SEÑOR, planes de bienestar y no de mal, para darles porvenir y esperanza» (Jeremías 29:11, RVA-2015).

Él es el Maestro

Todos tenemos planes, planes a largo plazo y planes diarios. Al orar, solemos buscar la ayuda y la bendición de Dios para nuestros planes, en lugar de buscar los planes de Dios. Dios dice: «Yo sé los planes que tengo para ti» (Jer. 29:11). Para tener las bendiciones y los recursos de Dios, debes seguir Su plan.

Al orar, le decimos a Dios lo que debe hacer como si nosotros fuéramos el amo y Él el siervo. Recuerda, Él es Dios, Él es el Amo. Él debe decirnos qué hacer.
«Cada mañana, conságrate a Dios por ese día. Somete todos tus planes a Él, para ponerlos en práctica o abandonarlos, según te lo indicare Su providencia. Podrás así poner cada día tu vida en las manos de Dios» (El Camino a Cristo, p. 70).

Recuerda esta frase del Padre Nuestro: «Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo».
En el cielo, los ángeles sirven a Dios. Él les da una misión, y ellos la cumplen. Su respuesta es: «Sí, Señor», y se van. Ninguno negocia o dice: «Estoy ocupado» o «Lo haré más tarde». Ninguno discute diciendo: «No tengo recursos» o «Tengo una idea mejor». Cuando Él le dice a un ángel que haga algo, ellos actúan, sabiendo que Él pone a su disposición todos los recursos necesarios.

Un día, mi esposa y yo estábamos en un viaje de once horas. Como de costumbre, habíamos buscado el plan de Dios para ese día y le habíamos pedido que nos mostrara oportunidades para servir. Cuando llevábamos unas cinco horas de viaje, nos llamó un buen pastor amigo. «Oren por mí», dijo. «Se supone que debo ir a Cuba para evangelizar, pero mi auto se descompuso y el autobús no llegó».

Sabía que vivía en la zona por la que estábamos pasando en ese momento, así que le pregunté: «¿Dónde vives exactamente?». Me dio el número de la salida. Mientras me lo decía, nos acercamos a esa salida exacta. «¡Estamos en tu salida!», exclamé. «¿Cómo es posible?», respondió. «¡Vives a cinco horas al norte de mí!».
Tomamos la salida, fuimos a su casa, lo recogimos y lo llevamos al aeropuerto. ¡Cogió el avión y se fue a Cuba!

Con demasiada frecuencia nos estresamos continuamente y fracasamos en nuestros empeños porque actuamos según nuestros propios planes. Sin embargo, no conocemos el panorama general. No conocemos el futuro. Dios sí, y nos ama.
«Son muchos los que, al idear planes para un brillante porvenir, fracasan completamente. Dejad que Dios haga planes para vosotros… Dios no guía jamás a sus hijos de otro modo que el que ellos mismos escogerían, si pudieran ver el fin desde el principio y discernir la gloria del designio que cumplen como colaboradores con Dios» (El Ministerio de Curación, p. 380,3).

Para hacer la voluntad de Dios debes conocerla, por lo que también debes escuchar en la oración. Lo que Él te dice es mucho más importante que lo que tú le dices a Él. «Necesitan, pues, experiencia personal para adquirir el conocimiento de la voluntad de Dios. Cada uno de nosotros ha de oír la voz de Dios hablar a su corazón. Cuando toda otra voz calla, y tranquilos en Su presencia esperamos, el silencio del alma hace más perceptible la voz de Dios» (Elena de White, El ministerio de curación, página 37,1).

A través de la oración hablamos con Dios, y a través de la Palabra Él nos habla. Orar y estudiar la Palabra van siempre juntos; nunca deben separarse. «La Biblia es la voz de Dios hablándonos tan ciertamente como si pudiéramos oírlo con nuestros oídos» (Elena de White, En los lugares celestiales, página 136,2).

Podemos contarle nuestras necesidades. Se nos dice que echemos todas nuestras necesidades sobre Él (1 Pedro 5:7). No hay nada malo en pedirle ayuda. Sin embargo, no estás informando a Dios de algo que Él no sepa ya; más bien, le estás dando tu consentimiento para que te ayude. Dios nos dio libertad de elección, y Él respeta nuestra elección. Nunca intervendrá imponiéndonos Su voluntad. Él espera a que le pidamos, a que elijamos Su ayuda, y entonces puede intervenir.

Ora, estudia la Palabra, reflexiona. Presenta tus necesidades y planes, y pide la dirección y guía de Dios. Haz de los planes de Dios tu prioridad. Busca a Dios en primer lugar, y luego confía en que Él se ocupará de todas tus necesidades como prometió (Mateo 6:33). Ponte a su disposición para servirle y seguir Su voluntad. Di: «Aquí estoy, Señor. Úsame hoy. Que hoy se haga Tu voluntad en mi vida».

Oremos juntos

Tiempo de oración (30 – 45 Minutos)

Todos los grupos de oración tienen diferentes maneras de orar juntos. Le animamos a que dedique los próximos 30-45 minutos a orar unidos, de la manera que el Espíritu Santo les guíe. Animamos a orar en frases cortas (1-3 frases). Esto permite que más personas oren varias veces. A continuación, se ofrecen algunos ejemplos de oraciones a través de las Escrituras basadas en el tema. También puede orar por otros pasajes e incluir otros temas en su tiempo de oración. Vea la Guía del Líder y las Peticiones de Oración de la Iglesia Mundial para ideas para orar.

Oración a través de la Palabra de Dios – Jeremías 29:11

«Porque yo sé los planes que tengo acerca de ustedes, dice el SEÑOR, planes de bienestar y no de mal, para darles porvenir y esperanza».

«Porque yo sé los planes que tengo»
Señor, estamos tan ocupados con nuestros propios objetivos. Perdónanos por la ambición, la codicia y el egocentrismo. En lugar de eso, muéstranos Tus planes. Dirige nuestros ojos para que veamos las necesidades que nos rodean. Haz que nuestras manos y nuestros pies estén dispuestos a servir.

«Planes de bienestar y no de mal»
Dios, nuestros planes terrenales se desmoronarán y quedarán en nada, pero Tus planes se extienden hasta la eternidad. Gracias porque nuestros fracasos no son permanentes. Danos fe para vislumbrar Tu reino hoy. Vive Tu vida en nosotros.

Más sugerencias de oración

Agradecimiento y alabanza: Dar gracias por bendiciones específicas y alabar a Dios por Su bondad.
Confesión: Tómate unos minutos para confesarte en privado y dar gracias a Dios por Su perdón.
Guía: Pide a Dios que te conceda sabiduría para los retos y decisiones actuales.
Nuestra Iglesia: Orar por las necesidades regionales y mundiales de la Iglesia (véase la hoja separada con los pedidos).
Pedidos locales: Orar por las necesidades actuales de los miembros de la iglesia, familiares y vecinos.
Escucha y responde: Dedicar tiempo a escuchar la voz de Dios y responder con alabanzas o cantos.

Sugerencias de alabanzas

Himnario Adventista: Salvador, a ti me rindo (#261); Oh, Maestro y Salvador (#442); Dame a Cristo (#462).
Otras alabanzas: Yo temprano busco a Cristo; Jesús me guía; Cómo ser cuál Cristo.

Autor: Pavel Goia, pastor ordenado, orador público, editor y autor de numerosos artículos y del  libro «En Espíritu y Poder» que fue el libro texto de los 40 Días del crecimiento espiritual del año 2023 en nuestra Unión Española. En la actualidad, Pavel es asociado de la Secretaría Ministerial de la Asociación General y redactor jefe de la revista Ministerio.

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