«“Levántate, vete a Sarepta de Sidón y vive allí; ahí le he orden a una mujer viuda que te sustente”» (1ª de Reyes 17: 9).
¡Dios cumplió su promesa! Cuando el arroyo se secó y hubo una necesidad desesperada de que algo sucediera rápido, la Palabra del Señor se hizo presente.
¡Dios habló justo a tiempo! Elías recibió indicaciones sobre qué hacer y quién cuidaría de él. Solo había un problema: Sarepta, el lugar que Dios le indicaba, estaba lleno de adoradores de Baal. ¿Por qué lo enviaría Dios a un lugar conocido por la adoración a un dios falso? ¿Y por qué una viuda, en tierra extranjera, desearía cuidar de él, un profeta fugitivo de un Dios que su pueblo no adoraba?
Pero, nuevamente, Elías obedeció. Inmediatamente después de recibir la indicación de Dios, las Escrituras testifican: «Entonces él se levantó y se fue a Sarepta» (vers. 10). Allí, se encontró con una viuda que estaba recogiendo leña. Cuando le pidió un poco de pan: «Ella respondió: ¡Vive Jehová, tu Dios, que no tengo pan cocido!; solamente tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en una vasija. Ahora recogía dos leños para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo. Lo comeremos y luego moriremos» (vers. 12).
«¿Cómo es que esta mujer me será de ayuda?», puede haber reflexionado Elías, mientras recordaba el mensaje recibido. «Dios dijo que ella me ayudaría».
Por su fe en la Palabra de Dios, Elías le pidió a la viuda un pedazo de pan. Luego, profetizó: «No tengas temor: ve y haz como has dicho; pero hazme con ello primero una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela. Después la harás para ti y para tu hijo. Porque Jehová, Dios de Israel, ha dicho así: “La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra» (1 Rey. 17: 13-14).
La fe en el cuidado de Dios es como arrojar una piedra en un estanque. Allí, en el lugar donde la pequeña piedra golpea el agua, las ondas se expanden por toda la superficie del estanque. La fe de Elías impactó la fe de la viuda.
Hablando de la viuda, la Escritura dice: «La viuda fue e hizo como le había dicho Elías. Y comieron él, ella y su casa, durante muchos días. No escaseó la harina de la tinaja, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por medio de Elías» (vers. 15-16).
Medita
«Dios nos ha dado en las Santas Escrituras pruebas suficientes de su carácter divino, y no debemos dudar de su Palabra, porque no podamos entender los misterios de su providencia» (El camino a Cristo, p. 106).
En la práctica
1. ¿Cómo podemos tener la certeza de que el plan de Dios es realmente de Dios, cuando no tiene sentido para nosotros?
2. ¿Alguna vez la fe de otra persona tuvo un impacto positivo en tu propia fe? Si es posible, contacta a esa persona y agradécele por su fidelidad a Dios.
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Cada miércoles de estos 40 días, tendremos un encuentro por Zoom (6:30 AM).
Tema: Vive como Elías – 40 Días de Oración 2025
Cada semana, el miércoles.
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