¿Debería un cristiano adventista celebrar la Navidad? La Biblia no dice ni que sí, ni que no, pero Elena G. White afirma que puede ser un momento estupendo para llevar a las personas a Cristo. Tal vez el problema no está en celebrarla o no (cada uno es libre), sino en el cómo celebrarla, para que sea realmente de bendición y nos acerque a Cristo, ¿no crees?
Puede ser una ocasión de honrar y glorificar a Dios
Solamente diremos, con Elena G. White… “El mundo dedica las fiestas a la frivolidad, el despilfarro, la glotonería y la ostentación… En ocasión de las próximas fiestas de Navidad y Año Nuevo se desperdiciarán miles de dólares en placeres inútiles; pero es privilegio nuestro apartarnos de las costumbres y prácticas de esta época de degeneración; y en vez de gastar recursos simplemente para satisfacer el apetito y comprar inútiles adornos o prendas de vestir, podemos hacer de las próximas fiestas una ocasión de honrar y glorificar a Dios” (El hogar cristiano, págs. 437, 438).
Podemos celebrar el nacimiento de Cristo (da igual que no naciera en esta época) alejándonos de los «papás noeles»… y acercándonos al nacimiento de Jesús. Es un momento especialmente bueno para recordar que vino a este mundo, y aprovechando que el mundo entero celebra que nació, hablarles del regalo de la Salvación. ¿Cómo? Eso… se lo dejamos a tu imaginación 😉
¿Debemos los cristianos celebrar la Navidad?
Como no podemos determinar la fecha exacta del nacimiento de Jesús, y sabemos que seguramente no fue un 25 de diciembre, sino más bien en primavera, hay quien dice que no debemos celebrar la Navidad.
Pensamos que sería en primavera, porque sabemos que los pastores estaban pernoctando en el campo (Lucas 2:8), algo que no se hacía en invierno. Además, como dice el pastor Carlos Hein, las autoridades nunca habrían ordenado un censo en esa estación (Lucas 2:1).
Sabemos, además, que la fecha del 25 de diciembre correspondía en el calendario juliano al solsticio de invierno, y que los romanos celebraran el día del nacimiento del Sol invicto en ese día.
¿Pero debemos, o no, celebrar la Navidad? La Biblia no se pronuncia… Veamos qué dice la profeta inspirada, Elena de White.
Elena G. White habla sobre la celebración de la Navidad
En los Escritos de la Hna. Elena de White encontramos unas 26 alusiones directas acerca de la Navidad. Por algunas, podríamos interpretar que no… como:
«Dios ocultó el día preciso en que nació Cristo, a fin de que ese día no recibiese el honor que debía darse a Cristo como Redentor del mundo y el único que debía ser recibido y en quien se debía confiar por ser el único capaz de salvar hasta lo sumo a todos los que se allegaron a él. La adoración del alma debe tributarse a Jesús como Hijo del Dios infinito» (Review and Herald, 9 de diciembre de 1884).
«Que no haya una preocupación ambiciosa y desmedida por comprar regalos para Navidad y Año Nuevo. Los pequeños regalos para los niños pueden no estar fuera de lugar, pero el pueblo del Señor no debiera gastar su dinero en comprar regalos costosos» (Alza tus ojos, pág. 366).
Sin embargo, no podemos basarnos en un par de citas, dejando de lado el resto. Si leemos todas las citas que hablan de la Navidad en sus libros, podemos percibir una orientación clara en cuanto a la posibilidad de la celebración, aunque con ciertas condiciones.
Ellen White escribe lo siguiente:
Árbol de Navidad con donativos para beneficencia
«Agradaría mucho a Dios que cada iglesia tuviese un árbol de Navidad, del cual colgasen ofrendas, grandes y pequeñas, para esas casas de culto. Nos han llegado cartas en las cuales se preguntaba: ¿Tendremos un árbol de Navidad? ¿No seremos en tal caso como el mundo? Contestamos: Podéis obrar como lo hace el mundo, si estáis dispuestos a ello, o actuar en forma tan diferente como sea posible de la seguida por el mundo. El elegir un árbol fragante y colocarlo en nuestras iglesias no entraña pecado, sino que éste estriba en el motivo que hace obrar y en el uso que se dé a los regalos puestos en el árbol.
»El árbol puede ser tan alto y sus ramas tan extensas como convenga a la ocasión, con tal que sus ramas estén cargadas con los frutos de oro y plata de vuestra beneficencia y los ofrezcáis a Dios como regalo de Navidad. Sean vuestros donativos santificados por la oración». Hogar Cristiano, p. 438
Fiestas a favor de los desamparados
«Las fiestas de Navidad y Año Nuevo pueden y deben celebrarse en favor de los desamparados. Dios es glorificado cuando damos para ayudar a los que han de sustentar familias numerosas.
»No adopten los padres la conclusión de que un árbol de Navidad puesto en la iglesia para distraer a los alumnos de la escuela sabática es un pecado, porque es posible hacer de él una gran bendición. Dirigid la atención de esos alumnos hacia fines benévolos. […]
»Los más ricos también debieran manifestar interés y dar regalos y ofrendas proporcionales a los recursos que Dios les confió. ¡Ojalá que en los libros del cielo se hagan acerca de la Navidad anotaciones cual nunca se las vio, por causa de los donativos que se ofrezcan para sostener la obra de Dios y el fortalecimiento de su reino!» (El hogar cristiano, pags. 439, 440).
«Al terminar el largo viaje que me trajo del este, llegué a casa a tiempo para pasar la víspera de Año Nuevo en Healdsburg. El salón de actos del colegio había sido preparado para una reunión de la escuela sabática. Se habían ordenado con buen gusto guirnaldas de ciprés, hojas otoñales, ramas de coníferos y flores. Una gran campana formada con ramas de pino colgaba del arco de entrada al salón. El árbol estaba bien cargado de donativos, que iban a emplearse para beneficio de los pobres y para contribuir a la compra de una campana… En esa ocasión nada se dijo ni se hizo que hubiese de cargar la conciencia de nadie. Algunos me dijeron: “Hermana White, ¿qué piensa Vd. de esto? ¿Concuerda con nuestra fe?” Les contesto: “Concuerda con mi fe”». (El hogar cristiano, pág. 458).
Valerse de la Navidad para un buen propósito
«En vista de que el 25 de diciembre se observa para conmemorar el nacimiento de Cristo, y en vista de que por el precepto y por el ejemplo se ha enseñado a los niños que es en verdad un día de alegría y regocijo, os resultará difícil pasar por alto esa fecha sin dedicarle cierta atención. Es posible valerse de ella con un buen propósito. […] En vez de ser ahogado y prohibido arbitrariamente, el deseo de divertirse debe ser controlado y dirigido por esfuerzos esmerados de parte de los padres. Su deseo de hacer regalos puede ser desviado por cauces puros y santos a fin de que beneficie a nuestros semejantes al suplir la tesorería con recursos para la grandiosa obra que Cristo vino a hacer en este mundo». […]
Regalos de cariño, no costosos, que sean de beneficio
»Se acerca la época de las fiestas con su intercambio de regalos, y tanto los jóvenes como los adultos consideran atentamente que pueden dar a sus amigos en señal de afectuoso recuerdo. Por insignificantes que sean los regalos, es agradable recibirlos de aquellos a quienes amamos. Constituyen una demostración de que no nos han olvidado, y parecen estrechar un poco más los lazos que nos unen con ellos… Está bien que nos otorguemos unos a otros pruebas de cariño y aprecio, con tal que no olvidemos a Dios, nuestro mejor Amigo. Debemos hacer regalos que sean de verdadero beneficio para quienes los reciban. Yo recomendaría libros que ayuden a comprender la Palabra de Dios o que acrecienten nuestro amor por sus preceptos. Proveamos algo que leer para las largas veladas del invierno» (El hogar cristiano, págs. 436, 437).
Conclusión
¿Y entonces? ¿Podemos los cristianos adventistas, celebrar la Navidad? En resumen, podríamos decir que cada persona es libre para hacerlo o no, que la Biblia no dice nada al respecto y que Elena G. de White no lo condena en absoluto, más bien nos anima a hacerlo PERO centrando la festividad en Cristo y en ayudar a los demás.
Da igual cuando nació Jesús. Lo importante es que el Señor Jesús nació en este mundo y que lo hizo para enseñarnos a vivir y para morir por cada uno de nosotros, para que podamos elegir reconciliarnos con Dios y tener vida eterna.
El espíritu de la Navidad es hermoso, si lo despojamos de consumismo y «papás noeles» y lo centramos en ese niñito que un día nació en este mundo para darnos el mayor regalo de todos: La Salvación.
Además, no cabe duda de que la Navidad es un momento maravilloso para ayudar a los demás y para acercar a las personas a Cristo. El llamado «espíritu navideño» se basa en la bondad, las ganas de ayudar, de amar, de ser solidarios, de perdonar, etc. ¿Le gustaría eso a Jesús? No sé tú, pero yo estoy segura de que sí.
Al final tú eliges si celebrar la Navidad, y el cómo. Pero, sobre todo, que la celebración de esta fecha no sea una excusa para pelearnos por este motivo (ni por ningún otro). El respeto es la base del amor cristiano, y un verdadero cristiano debe, siempre, reflejar el carácter de Cristo. Al fin y al cabo, la salvación es una relación personal con Cristo, y cada persona tiene más o menos luz conforme avanza por esta vida de Su mano.
Autora: Esther Azón, teóloga y comunicadora. Coeditora y redactora de la Revista Adventista en España y QueCurso.es, gestora de las redes sociales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España y asistente de dirección y producción en HopeMedia España.
Fuente: La Navidad, ¿es una fiesta cristiana?
Foto: Aaron Burden en Unsplash