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Ohio, Estados Unidos…[ASN] Una de las muchas familias que se unieron a la Iglesia Adventista del Séptimo Día en 2014 es la de Andy y Naomi Weaver de West Salem, Ohio. Los Weaver vienen de muchas generaciones de amish de Antiguo Orden del grupo Swartzendruber, y recientemente fueron entrevistados por Gerry Wagoner. Su historia es fascinante.

Cuéntennos un poco de ustedes.

Andy Weaver (AW): Vengo de una familia de ocho hermanos. Soy nacido y criado en el norte de Ohio (EE.UU). Soy el más chico de seis varones. Mi esposa Naomi viene de una familia de diez hermanos. Ambos fuimos criados como amish. Era una buena vida, con muchos recuerdos agradables.

¿Cómo se conocieron ustedes?

AW: Aunque Naomi viene de un distrito eclesiástico diferente del mío, ambos asistimos a la misma escuela amish. Nos casamos en el 2004. Fuimos bendecidos con siete hijos. Estamos felices juntos.

¿Cómo es un día normal en su familia?

AW: Hago trabajos manuales y de carpintería. Tenemos una granja de verduras de buen tamaño y también fabrico muebles.

Naomi Weaver (NW): Yo cuido a nuestros hijos y de una gran huerta, con la ayuda de los niños más grandes.

Cuéntennos de la vida amish.

AW: Hay muchas cosas que aprecio de haber sido criado como amish. Me alegra que no sepamos todo lo que está sucediendo en el mundo. Algunas personas están tan consumidas por quién es presidente y la política y la televisión. Me gustan las familias unidas y la sencillez con la que fuimos criados. Me encantan los caballos. No tengo nada en contra de los autos, pero si me dieran a elegir entre un auto y mi caballo, preferiría el caballo [ríe]. También me gusta el hecho de que nos ayudábamos unos a otros en la comunidad. Teníamos mucha camaradería.

NW: Me gustaba el estilo de vida amish. Me gustaba la comunidad familiar. Con todos los problemas en el mundo, nosotros creamos nuestro propio mundo.

¿Cómo conocieron del mensaje adventista?

AW: Teníamos un vecino que era ateo. Un día vendió su propiedad y yo le estaba ayudando a limpiar su granero. Él nos dijo que un adventista del séptimo día había comprado la granja. Yo no sabía qué era eso. Tenía curiosidad de conocerlos. Un día mi hermano mayor se encontró con esta gente adventista. Se alegró de saber que esta gente cree en los Diez Mandamientos y en la comunión del Nuevo Testamento. Ellos le dieron un folleto sobre Daniel y Apocalipsis de Amazing Facts.

Mi hermano y yo leímos el tratado y nos gustó. Lo comparamos con la Biblia; no había dudas de que era cierto. Después ellos nos dieron una copia de El Deseado de todas las gentes. Me encanta leer y me costó mucho dejarlo al principio, pero comenzó a preocuparme. Leía el libro y después lo dejaba y salía y caminaba por la casa. Estaba pensando.

¿Qué estaba pensando?

AW: Estaba pensando: “Esto me va a costar mucho si lo acepto. Esto es tan poderoso que exige un cambio en mi vida”. Me enseñaron los Diez Mandamientos cuando era niño y después descubrí que estaba violando uno de ellos. Me di cuenta de que este libro nos llevaría a alguna parte. Así que, evité el libro por un tiempo. Temía que el cambio trajera conflictos a mi familia.
NW: Yo estaba aquí a su lado. Leíamos el libro juntos, a veces. Andy me lo leía. Yo estaba de acuerdo con que era la verdad, pero también temía lo que podría significar para nosotros.

¿Cuánto tiempo lucharon con Dios por el mensaje adventista?

AW: Alrededor de un año. Hubo ocasiones cuando quise dar la vuelta. Gracias a Dios, él no nos dejó volver. Llegué al punto en que me sentía atrapado. Comenzó a afectar mi vida también. Perdí bastante peso. No tenía paz y estaba estresado. Naomi era parte de mi carga; me preocupaba cómo podría afectarle esto a ella y a nuestro matrimonio.

NW: La gente pensaba que Andy estaba enfermo. Yo temía por él y por nuestra familia.

¿Entonces qué sucedió?

AW: Un año después de leer El Deseado de todas las gentes llegué a un punto de inflexión. Yo era amish por afuera, pero mi corazón era adventista. Mi padre y un hermano vinieron a visitarme. Me habían observado cuidadosamente durante un año. Ellos cuestionaron mi lealtad esa noche. Mi padre trató de convencerme de no salir de la comunidad amish. Yo tomé mi decisión. Decidí que iba a dejar la iglesia amish. Fui bautizado en la iglesia adventista del séptimo día. La paz llenó mi vida.

¿Hubo algún versículo que se convirtiera en especial para usted durante este tiempo?

AW: Sí. Marcos 7:7. “Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres”. Y Juan 12:35: “Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va”. Estos versículos todavía significan mucho para mí.

¿Cómo se están adaptando sus hijos al cambio de vida?

AW: Tengo una historia graciosa. Nuestros hijos iban a la escuela amish el año pasado. Un día mientras los estudiantes recitaban los Diez Mandamientos, después de recitar el cuarto mandamiento, el maestro se dio vuelta y miró a nuestros hijos. Estaban pensando de una manera nueva sobre el mandamiento.

¿Cómo afectó el cambio a su matrimonio?

AW: Dios nos protegió. Lo que pasamos fortaleció nuestro aprecio por el otro. Mejoró nuestra familia, la hizo mejor. La oración se volvió real para nosotros. Hacemos un círculo y oramos juntos. Estudiamos la Biblia juntos.

NW: Siempre tuve esperanza. Tuve que confiar en Dios y creer que él lo arreglaría. Mi fe fue débil a veces, pero Dios nos ayudó a superarlo.

¿Han perdido algún amigo por su cambio?

AW: Muchas personas que pensábamos que eran amigos se convirtieron en enemigos. Sé que las circunstancias cambiaron, ellos tienen que darnos la espalda. Ganamos nuevos amigos, muchos. Aprendí que la gente con la que puedes entenderte espiritualmente se convierte en mejores amigos.

¿Qué harán ahora?

AW: Tenemos la responsabilidad de alcanzar almas con el mensaje adventista. También tenemos la carga por el pueblo anabaptista. Algunos amish desconfían de sus líderes. Queremos ayudarlos a encontrar esperanza y paz en la Biblia. Vivimos en un mundo cambiante y Jesús vendrá otra vez. Creo que el mundo está comenzando a zarandear. Creo que está sucediendo en la iglesia adventista también. Algunos quieren la sangre de Cristo, pero no su justicia. Dos grupos están surgiendo en el mundo. Para alcanzar a la gente estamos comenzando un ministerio llamado Misión West Salem en el norte de Ohio.

¿Qué necesidades tienen?

AW: Número uno: oración para que Dios dirija. Además, para que él abra las puertas para que nosotros compartamos el evangelio eterno a la gente. Parte de esto requerirá transporte. Nos gustaría comprar un furgón para quince pasajeros para esto.

(Se estableció un fondo especial para los que deseen contribuir a la Misión West Salem.)

Los amish necesitan muchas cosas que nosotros tenemos, ¿qué pueden aprender los adventistas de la historia de su vida?

AW: Todos podemos beneficiarnos con un estilo de vida más simple, sano. Algunos adventistas también podrían beneficiarse de la ética del trabajo de los amish, la camaradería espiritual y la familia. También de ayudar más a los demás. Un proverbio amish dice: “No conoces a una persona hasta que sudas con ella”.

Fue un verdadero placer conocerlos a ambos. ¿Tienen algo más que decir?

AW: Sí. Debemos predicar y vivir el evangelio eterno. La humanidad está llegando a un muro: tendrá que tomar la decisión de cómo cruzar el muro. La pregunta es: ¿Seguiré los mandamientos de Dios o las tradiciones de los hombres? Queremos poner nuestras coronas a los pies de Jesús.

Que Dios nos ayude a aprender de nuestros errores y de los de otras personas. Mi experiencia me enseñó mucho sobre la paciencia de Dios. A veces yo me apartaba y Dios me atraía de nuevo a él con misericordia y verdad. No soy una persona especial, el Señor lo es. El tiempo es corto y la gente estará segura si su corazón es justo.

Autor de la entrevista: Gerry Wagoner (Noticias Adventistas)
Imagen: Photo by Annie Spratt on Unsplash

 

Revista Adventista de España