Hoy os proponemos una deliciosa crema, rica en vitamina C, para estos fríos. Además tiene mucha fibra y es especialmente suave para ancianos y niños. La acompañaremos con unas nutritivas pipas de girasol por encima, en lugar de costrones de pan, porque éstas contienen mucha vitamina E, una vitamina liposoluble que, además de antioxidante, es estimulante del sistema inmunitario.
El calabacín
El calabacín es una verdura antioxidante (como todas), rica en agua y con muy pocos hidratos de carbono. Por supuesto, no contiene grasas y es rico en Vitamina C, B3 y provitamina A. Contiene minerales y oligoelementos como el fósforo, el potasio, el magnesio y el calcio, y es un 95% agua. además, tiene mucha fibra.
La patata
La patata también es rica en vitamina C, y aporta hidratos de carbono, fibra, potasio y otros minerales como el hierro, el magnesio, el fósforo o el zinc.
El puerro
El puerro es rico en fibra, tiene pocos hidratos, y entre sus minerales destacan el potasio, el calcio, el fósforo y el magnesio. En menor cantidad, aparte del azufre, se encuentran el hierro y oligoelementos como el selenio, el manganeso o el silicio. Respecto a sus vitaminas, sobresalen la vitamina C y la E, así como vitaminas del grupo B, importantes para los sistemas nervioso e inmunitario.
Los compuestos azufrados, que están detrás de las virtudes del ajo y de la cebolla para mejorar la circulación, resistir las infecciones y prevenir el cáncer, también se encuentran en este bulbo, aunque en menor cantidad.
Como véis la de hoy es una receta especialmente saludable para luchar en la prevención de las infecciones que suele traer el invierno.
Vamos con la receta.
Ingredientes para 4 personas:
- 2 patatas grandes
- 1 cebolla grande
- 2 puerros
- 2 calabacines grandes
- 1 bolsa pequeña de pipas de girasol
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- 750ml de agua
Elaboración:
En una olla grande colocamos todos los ingredientes (excepto las pipas y la cebolla) limpios, pelados y cortados, añadimos el agua y cocemos a fuego medio con una cucharadita pequeña de sal. Mientras cuecen, pelamos, troceamos pequeño y freímos la cebolla en dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra. Una vez dorada la añadimos a la olla. Cuando las verduras estén cocidas, batimos y ¡lista! Rectificamos de sal y servimos con las pipas de girasol por encima. Podemos añadir un hilito de el aceite de oliva virgen extra, especialmente si en lugar de freír la cebolla, hemos optado por cocerla con el resto de verduras.
La cebolla frita es una licencia culinaria que nos damos. Es más saludable cocida con el resto de las verduras, (los fritos no son demasiado buenos para la salud) pero la cebolla frita confiere un sabor especialmente bueno a la crema.
¡A disfrutar cuidándose!
Autora: Esther Azón, teóloga y comunicadora. Coeditora y redactora de Revista.adventista.es y QueCurso.es, gestora de las redes sociales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España y asistente de dirección y producción en HopeMedia España. Esther tiene la titulación de técnico en nutrición y dietética, impartido por Aula 10 Centro de Formación. Entidad autorizada para Formación Profesional Ocupacional por el SERVEF.
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