«Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús». (1ª de Tesalonicenses 5:17, 18).
«Orad sin cesar» significa orar con persistencia y constancia. Cuando la Biblia dice que debemos orar sin cesar, eso no significa que debemos estar siempre susurrando oraciones repetidamente* (Mateo 6:7). En realidad, la expresión “orad sin cesar” simplemente enseña que debemos mantener la regularidad en nuestra vida de oración (Lucas 18:1-8). No debemos permitir que nuestra actitud y disposición para la oración sean vacilantes.
*Aunque, por supuesto, una vida de oración es una vida de continua dependencia de Dios. Vivir en oración, orar sin cesar, también implica una actitud de conexión constante con Él. Así, podemos hablarle y «escucharle» mientras caminamos, conducimos, desayunamos o nos vestimos.
Como en cualquier amistad, tu relación con Jesús se fortalecerá si te comunicas con Él con honestidad y frecuencia. Esta es la esencia de la oración: comunicarse corazón a corazón con el Señor.
Cómo desarrollar una vida de oración
- Prepara el ambiente: organiza todo de tal forma que el lugar sea agradable para pasar algún tiempo de oración.
- Establece, todos los días, un horario específico (además de poder ir hablando con tu mejor amigo durante todo el día).
- Lee la Biblia: reserva un momento para la lectura de la Palabra de Dios.
- Confesión y gracias: «Mientras no confesé mi pecado, mi cuerpo iba decayendo por mi gemir de todo el día» (Salmo 32:3, DHH). Y no te olvides de dar gracias. La gratitud es muy importante para una vida positiva en el Señor.
- Cuéntale a Dios todas tus preocupaciones y sueños, confía en Él y en sus tiempos, e intercede por alguien. A veces solamente pedimos por nosotros, pero tu oración puede ayudar a restaurar a alguien para Dios. Por lo tanto, preocúpate por las personas que conoces, con amor, y ora por ellas.
Textos de Elena de White
«¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho» (Santiago 5:13-16).
«Las mayores victorias de la iglesia de Cristo o del cristiano no son las que se ganan mediante el talento o la educación, la riqueza o el favor de los hombres. Son las victorias que se alcanzan en la cámara de audiencia con Dios, cuando la fe fervorosa y agonizante se aferra del poderoso brazo de la omnipotencia» (Elena de White, Patriarcas y profetas, página 179).
«La oración es el medio ordenado por el cielo para tener éxito en el conflicto con el pecado y desarrollar el carácter cristiano. Las influencias divinas que vienen en respuesta a la oración de fe, efectuarán en el alma del suplicante todo lo que pide» (Elena de White, La maravillosa gracia de Dios, página 239).
Tú también puedes experimentar ese poder milagroso. Un poder que funciona en tu vida, y a través del cual Dios te da soluciones para tus problemas, valentía y fuerza para enfrentar la adversidad. Y sobre todo: paz de espíritu, la sanación interior, el perdón, el amor y la motivación para seguir adelante, con positividad, de Su mano.
Referencias:
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Ellen G. White, Atos dos apóstolos, 9ª ed. Tatuí, SP: Casa Publicadora Brasileira, 2013.
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Ellen G. White, Patriarcas y profetas, 16ª ed. Tatuí, SP: Casa Publicadora Brasileira, 2013
Autora: Cristiane Caxeta es diretora del Ministerio de la Mujer, del Ministerio de la Recepción y del Área Femenina de la Asociación Ministerial (AFAM) de la Unión Noroeste Brasileña (UNoB) de la Iglesia Adventista, sede que administra las actividades de la denominación en los estados de Acre, Rondônia, Amazonas y Roraima.
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Publicación original: Cinco pasos para crear el hábito de orar