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Durante estas últimas semanas, hemos presenciado situaciones ciertamente inusuales en todo el mundo. La pandemia de COVID-19 ha destruido muchas vidas e interrumpido la vida cotidiana tal como la conocemos en todo el mundo. La violencia y el odio continúan exhibiéndose en los corazones inconversos tal y como lo demuestran los devastadores bombardeos en lugares como Afganistán. La opresión y la falta de libertad religiosa se evidencian en muchos lugares, incluido Burundi. El terrorismo muestra su fea presencia y afecta vidas inocentes en lugares aleatorios en todo el planeta. La migración y el desplazamiento masivos de seres humanos han sido el resultado de inestabilidad política, y de inseguridad económica. Los incendios, las erupciones volcánicas, los ciclones y las inundaciones devastadoras en lugares por todas partes causan estragos periódicamente en una intensidad cada vez mayor.

A nivel mundial, las relaciones humanas se han desgastado y la intolerancia, la ira y la frustración amenazan con romper la comprensión interpersonal. Recientemente, se produjo la muerte horrible, sin sentido y brutal de un afroamericano esposado y desarmado por un oficial de policía provocando la ira de multitudes por todo el país. Quienes perpetran un trato tan reprobable a otros seres humanos deben ser responsables de acuerdo con las leyes establecidas. El ciclo de odio y brutalidad debe cesar. Sin embargo, esto sucederá solo cuando las personas presenten sus vidas y acciones a Dios. Se insta a todos los adventistas del séptimo día en todo el mundo a orar fervientemente por las familias que han perdido a sus seres queridos en asesinatos maliciosos, así como por desastres naturales, el COVID-19 y demás. Procuremos traer paz y sanación a los corazones rotos y a las comunidades fragmentadas.

En nosotros y de nosotros, hay una tendencia a la reacción y la retribución exigente. Es solo cuando nos humillamos ante el Señor que Él puede tomar el control de nuestras vidas y llevarnos a vivir vidas de acuerdo con Su Santa Palabra. Como Pablo indica en Filipenses 2: 12-13, “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no solamente cuando estoy presente, sino mucho más ahora que estoy ausente, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad“.

Pablo nos dice que nos enfoquemos en nuestra relación con Dios porque solo Él puede trabajar en nosotros a través de Su justicia para justificarnos y santificarnos, haciéndonos más y más como Él. Esta es la obra de Dios y es vital a medida que nos acercamos al final de los tiempos y la pronta venida de Cristo.

Los últimos tiempos

Todos los desastres que están sucediendo a nuestro alrededor nos recuerdan que estamos viviendo en los últimos días de la historia de la tierra justo antes de la segunda venida de Jesús. Él predijo que los desastres y los grandes problemas ocurrirían al final de los tiempos. En Mateo 24:4-14: “Mirad que nadie os engañe, porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: “Yo soy el Cristo”, y a muchos engañarán. Oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca, pero aún no es el fin. Se levantará nación contra nación y reino contra reino; y habrá pestes, hambres y terremotos en diferentes lugares. Pero todo esto es sólo principio de dolores.

Entonces os entregarán a tribulación, os matarán y seréis odiados por todos por causa de mi nombre.  Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se odiarán. Muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Pero el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin“.

Romanos 1: 29-32 enumera muchas características de aquellos que no permiten que el poder de Dios los controle. Estas son personas que están “atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y perversidades. Son murmuradores, calumniadores, enemigos de Dios, injuriosos, soberbios, vanidosos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia. Esos, aunque conocen el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican”.

La respuesta cristiana

¿Cómo deberíamos responder al pecado y a tanta actividad maligna a nuestro alrededor y a los horribles actos de violencia contra los seres humanos en nuestras áreas locales y a nivel mundial? Dios da consejos muy directos sobre cómo contrarrestar estos despreciables actos de odio y animosidad. Como cristianos, seguidores de Jesús, se nos dan instrucciones cuidadosas y directas a través de Pablo en Romanos 12: 9-21, “El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo y seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza, sufridos en la tribulación, constantes en la oración.

Compartid las necesidades de los santos y practicad la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen; bendecid y no maldigáis. Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. Unánimes entre vosotros; no seáis altivos, sino asociaos con los humildes. Tampoco seáis sabios en vuestra propia opinión. No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: «Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor» Así que, si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber, pues haciendo esto, harás que le arda la cara de vergüenza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal“.

Defendamos la verdad, seamos sensibles

Como adventistas del séptimo día, defendamos la verdad bíblica, los principios eternos. Estemos a favor de lo que es correcto, sensibles con los que tienen el corazón roto, los cautivos, los ciegos y los oprimidos. Al hacerlo, seguiremos el ministerio de Cristo tal y como lo leemos en Lucas 4:18 con el objetivo espiritual de señalar a las personas al Cordero de Dios que puede salvarlos y convertirlos en nuevas criaturas como se indica en 2ª Corintios 5:17 como preparación para Su pronta venida.

Recordemos que en el futuro cercano, la opresión religiosa llegará a todos los verdaderos creyentes de la Biblia que se identifiquen con las características del pueblo de Dios en los últimos días tal y como leemos en Apocalipsis 12:17, “… el dragón [Satanás] se llenó de ira contra la mujer [iglesia de Dios], y fue a hacer la guerra con el resto [remanente] de su descendencia [pueblo de Dios en los últimos días], que (1) guardan los mandamientos de Dios y (2) tienen el testimonio de Jesucristo”, que en Apocalipsis 19: 10 nos explica que es “el espíritu de profecía“. Dios alimentará a su pueblo a través del poder de su justicia al mostrar las dos características anteriores, que incluyen el cumplimiento de todos los mandamientos de Dios, incluido el cuarto mandamiento para santificar el sábado del séptimo día … todo a través del poder de Dios y no de nosotros mismos.

Fidelidad y persecución

Sabemos que esta adhesión firme a los mandamientos de Dios provocará una reacción terrible por parte de aquellos que se oponen a la ley de Dios y al cuarto mandamiento, lo que resultará en persecución, violencia e ira contra aquellos que siguen a Dios en lugar de venerar los días creados por el hombre. Esta persecución será inflexible y severa. En El Conflicto de los Siglos, Elena White declara: “A los que obedezcan con toda conciencia a la Palabra de Dios se les tratará como rebeldes. Cegados por Satanás, padres y madres habrá que serán duros y severos para con sus hijos creyentes; los patrones o patronas oprimirán a los criados que observen los mandamientos. Los lazos del cariño se aflojarán; se desheredará y se expulsará de la casa a los hijos.

Se cumplirán a la letra las palabras de San Pablo: “Todos los que quieren vivir píamente en Cristo Jesús, padecerán persecución” (2ª Timoteo 3:12). Cuando los defensores de la verdad se nieguen a honrar el domingo, unos serán echados en la cárcel, otros serán desterrados y otros aún tratados como esclavos. Ante la razón humana todo esto parece ahora imposible; pero a medida que el espíritu refrenador de Dios se retire de los hombres y estos sean dominados por Satanás, que aborrece los principios divinos, se verán cosas muy extrañas. 

Muy cruel puede ser el corazón humano cuando no está animado del temor y del amor de Dios“(p. 593).

Conclusión

Mis queridos hermanos, miembros de la iglesia en todo el mundo, mientras proclamamos el Mensaje de los Tres Ángeles de Apocalipsis 14: 6-12 con la participación total de todos los miembros (TMI), llamando a la gente a la verdadera adoración a Dios mediante un reavivamiento y una reforma y el recibimiento del sello de Dios. Al guardar el sábado como séptimo día en lugar de la marca de la bestia que se recibe por guardar un falso día de adoración, atraeremos una gran oposición. Dios protegerá y cuidará a su pueblo, que también proclama el mensaje del cuarto ángel en Apocalipsis 18: 1-4, llamando a las personas a salir de Babilonia, de la confusión a la verdadera adoración a Dios y a la lealtad a Él en lugar de la lealtad a las religiones humanas con sus tradiciones por encima de la Biblia.

Mientras consideramos la reacción adversa a la completa presentación de la verdad bíblica, defendamos a aquellos que hoy están siendo difamados y tratados con falta de respeto, mostrándoles el amor de Cristo. Recordemos que nuestra libertad y derechos religiosos se verán reducidos y seremos nosotros quienes enfrentemos grandes dificultades. Muchos de nosotros enfrentaremos el mismo trato injusto y despectivo que muchos experimentan hoy en día, pero confiaremos completamente en Cristo para todas nuestras necesidades y mostraremos el amor de Cristo a nuestros opresores, todo mediante el poder del Espíritu Santo. Dios nos guiará.

Por la gracia de Dios, permanezcamos fieles a Él y a Su verdad mientras ayudamos a aquellos que enfrentan diversas dificultades, para que podamos señalarles el camino a Cristo, Su Palabra, Su justicia, Su servicio en el santuario, Su poder salvador en el gran conflicto, el mensaje de los tres ángeles, el mensaje de salud, su misión para el día final de este mundo, y la necesidad de clamar por la lluvia tardía del Espíritu Santo y la pronta segunda venida de Cristo.

Autor: Ted N.C. Wilson, presidente de la Conferencia General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Traducción: Óscar López, presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España. Noticia original: Only connection with God can overcome global rise in evil. Adventist News Network.
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Revista Adventista de España