«Vino a Él un leproso que, de rodillas, le dijo: -Si quieres, puedes limpiarme. Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano, lo tocó y le dijo: -Quiero, sé limpio. Tan pronto terminó de hablar, la lepra desapareció del hombre, y quedó limpio». Marcos 1: 40-42 (RVR1995)
«Los que llegan a ser nuevas personas en Cristo Jesús producen los frutos de su Espíritu: “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza”. (Gálatas 5: 22, 23). Los seguidores de Jesús ya no actúan como antes, sino que por la fe siguen las pisadas de Jesús, reflejan su carácter y se purifican a sí mismos como Él es puro». Ellen G. White en El Camino a Cristo
Algunos tips:
- Cada acto del ministerio de Cristo tenía un propósito de largo alcance. Abarcaba más de lo que el acto mismo revelaba. Así fue en el caso del leproso. Mientras Jesús ministraba a todos los que venían a él, anhelaba bendecir a los que no venían.” Ellen G. White, El Deseado de todas las gentes, p. 230.
- Da la impresión de que quisiera aproximarse a los que se consideran más alejados de Dios: los rotos, los marginados, los abandonados, los malditos.
- Jesús toca sin miedo al intocable.
- Todos necesitamos sentirnos aceptados, sabernos queridos, amados y hasta abrazados. Es muy difícil desarrollar una personalidad equilibrada, serena, sólida sin un mínimo de autoestima, que solo se comunica bien a través del contacto.
- Jesús enseña con su ejemplo, a darlo todo, a no limosnear. A luchar por la justicia, a no contentarse con un poco de caridad, a dignificar y reinsertar a los marginados.
- Por fin vuelve a ser él mismo. Tocado por la gracia, entiende que ya es otro, más libre que nunca, porque Dios lo quiere libre.
Desafío personal:
- Piensa en una persona que pueda sentirse desplazada, marginada o sola. Escríbele un mensaje positivo esta semana, ora por ella e invítala a hacer alguna actividad especial contigo o con tu grupo de amigos.
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