En la mayoría de los museos de historia natural de todo el mundo, gigantescos esqueletos de dinosaurios dan la bienvenida a los visitantes. Los documentales de televisión nos muestran vívidas reconstrucciones de su comportamiento e interacciones, y varias películas recientes los han convertido en famosas estrellas de cine.
Estudios de investigación recientes, nos han llevado a una mayor comprensión de los dinosaurios y han revelado aspectos interesantes de estos gigantes del pasado que parecen vivir en la imaginación de las personas. Sin embargo, aún queda mucho por aprender sobre ellos y en este artículo repasaremos las principales preguntas que los estudiantes y profesores suelen plantear sobre estas criaturas.
¿Hubo realmente dinosaurios?
Los científicos han identificado casi mil géneros (tipos) diferentes de dinosaurios, aunque algunos están representados por tan pocos huesos que algunas personas consideran su identificación cuestionable. No hay duda de que los dinosaurios alguna vez vivieron en la Tierra y en ciertos lugares parecen haber sido numerosos. Los paleontólogos han encontrado evidencia de su existencia en sedimentos de todos los continentes, incluida la Antártida, y han encontrado evidencia que incluye huesos, huevos, nidos y huellas. Los huesos de dinosaurio, las huellas y otros rastros de fósiles han sido identificados por miles y son especialmente frecuentes en los EEUU, Canadá, Argentina, España, Francia, Rusia, China, Mongolia y países del norte de África.
Los esqueletos que se exhiben en los museos rara vez son los hallazgos originales, sino réplicas. Los huesos originales son demasiado valiosos y delicados para exponerlos al público y, por lo general, se almacenan en cámaras especiales a las que solo pueden acceder científicos profesionales. Además, los esqueletos de los museos suelen ser una combinación ensamblada de réplicas de huesos de varios especímenes, que a veces provienen de lugares distantes. A pesar de ello, estas réplicas pueden considerarse razonablemente fiables y, de hecho, algunas son ejemplares completos, como el Tirannosaurus rex “Sue” del Chicago Field Museum (foto 1). Las animaciones en televisión, sin embargo, son mucho más especulativas, especialmente en lo que respecta al color de la piel, la fisiología y el comportamiento.
¿Todos los dinosaurios eran grandes?
El estudio de huesos, huevos y huellas de dinosaurios proporciona información valiosa sobre su tamaño, fisiología, comportamiento social y hábitat. Si bien se sabe que los dinosaurios son los animales terrestres más grandes que habitaron el planeta, el Diplodocus promedio mide 35 m (115 pies) de largo de la cabeza a la cola (foto 2), no todos los dinosaurios eran gigantes. Algunas especies eran pequeñas, de tamaño similar a una oveja o un perro.
Por ejemplo, Struthiomimus (foto 3) era del tamaño de un avestruz y Compsognathus (foto 4) no era más grande que un gallo. A menudo, las especies que se exhiben en los museos son las más grandes y generalmente se los representa con posturas amenazantes destinadas a impresionar a los visitantes. Esto ha distorsionado la imagen de los dinosaurios en la mente de muchas personas.
¿Dónde vivían los dinosaurios?
Los dinosaurios parecen haber estado bien adaptados a sus hábitats que se extendían por todo el mundo, desde ríos hasta bosques y desiertos. ¿Cómo lo sabemos? Los dinosaurios fueron enterrados en sedimentos (arena, barro), que luego se convirtieron en rocas sedimentarias. Algunas características de estas rocas sedimentarias se utilizan para identificar ambientes específicos como playas, ríos, pantanos, lagos y desiertos áridos.
Otros fósiles asociados a estos depósitos (plantas fósiles, conchas, microfósiles, etc.) también proporcionan información valiosa sobre las condiciones ambientales. Así, al estudiar los sedimentos en los que fueron enterrados los dinosaurios, los paleontólogos pueden aprender sobre los ambientes (paleoambientes) en los que vivieron.
¿Qué comían los dinosaurios?
Sabemos lo que comían los dinosaurios al estudiar sus dientes. La mayoría de los dinosaurios eran herbívoros, mientras que algunos eran carnívoros y se alimentaban de pequeños animales, peces, reptiles y otros dinosaurios. El tamaño no siempre determinaba lo que comía un animal. Por ejemplo, el dinosaurio más grande conocido es el Argentinosaurus (foto 5), un saurópodo que probablemente pesaba 100 toneladas.El Argentinosaurus era herbívoro, como otros grandes saurópodos. Por otro lado, el Spinosaurus (foto 6) y el Tyrannosaurus rex, tenían un peso aproximado de 7-8 toneladas cada uno y eran los carnívoros más grandes que deambulaban por el planeta.
Otras dos fuentes de información sobre lo que comían los dinosaurios son el contenido del estómago fósil y los coprolitos (excrementos fosilizados). Se han encontrado huesos y dientes de animales fosilizados en los restos fosilizados del estómago de algunos dinosaurios, lo que demuestra que otros animales formaban parte de su dieta.
Dentro de los supuestos coprolitos de saurópodos titanosaurios los científicos han encontrado hojas de coníferas, hojas de palmera y, sorprendentemente, hierba. La presencia de pasto es desconcertante porque se supone que estas plantas no evolucionaron hasta después de la extinción de los dinosaurios.
¿Cuál fue el origen de los dinosaurios?
Según la teoría de la evolución, los dinosaurios se originaron a partir de animales antepasados llamados arcosaurios (foto 7), mediante un proceso gradual de acumulación de mutaciones y selección natural. Sus restos en la columna geológica aparecen en las capas de roca que los paleontólogos denominan Mesozoico (Triásico, Jurásico y Cretácico), que, según la escala de tiempo geológico convencional, fue de hace 65 a 250 millones de años de antigüedad.
Si el darwinismo fuera cierto, deberíamos encontrar organismos de menor complejidad y diversidad en las rocas del
Triásico temprano, y formas de mayor complejidad y diversidad en las capas del Cretácico. Esto encajaría en el modelo evolutivo de complejidad y diversidad crecientes a lo largo del tiempo.
Sin embargo, la realidad que se encuentra en el registro fósil es completamente diferente. Aunque los dinosaurios se han estudiado durante casi doscientos años, sus orígenes siguen siendo inciertos. Los fósiles de dinosaurios aparecen de repente, sin conexión con ningún antepasado conocido, y desaparecen con la misma brusquedad en el registro fósil.
Si el proceso de macroevolución fuera cierto, esperaríamos encontrar una aparición gradual, pero en realidad se observa lo contrario. En el registro fósil los dinosaurios aparecen completamente formados, bien adaptados a su entorno y muy diversificados. Por tanto, la teoría de la evolución no parece explicar adecuadamente el origen de estos animales.
Los creacionistas no aceptan la interpretación evolutiva. En cambio, la mayoría de los científicos de la creación sugieren que los dinosaurios fueron parte de la creación original de Dios, que más tarde, como en el caso de otros animales, sufrió variaciones genéticas que condujeron a formas carnívoras.
¿Por qué se extinguieron los dinosaurios?
Aunque todavía existe debate entre los científicos, la creencia convencional es que los dinosaurios se extinguieron como resultado del impacto de un meteorito y los desastres ambientales resultantes que esto causó. Se cree que grandes erupciones volcánicas y terremotos acompañaron al impacto. Las erupciones volcánicas habrían arrojado enormes cantidades de gases y polvo al aire. Esto, junto con el polvo del impacto en sí, habría bloqueado la luz solar y provocado un cambio en las temperaturas globales, lo que habría hecho difícil que los animales de sangre fría sobrevivieran, llevándolos a su declive final.
La mayoría de los cristianos, sin embargo, creen que los dinosaurios fueron destruidos durante el diluvio. Otros creen que este grupo particular de animales habría sido alterado tan drásticamente por el pecado que no se les permitió entrar en el arca y por eso los de su especie se perdieron por completo.
Autor: Raúl Esperante, PhD Instituto de Investigación de Geociencia. Traducido del inglés por Glendy Noemí Catari
Publicación original: Existencia y extinción de los dinosaurios