Para el sábado 24 de febrero de 2018.
Esta lección está basada en Lucas 6:27-36 y “El discurso maestro de Jesucristo”, pp. 64-65.
- El comportamiento del Rey
- Dios es el Rey. Su señal de realeza es el amor, y esto se demuestra en cómo se comporta con nosotros.
- Ama a sus enemigos y hace bien a quienes le odian. Sanó la oreja del soldado que le iba a arrestar (Lucas 22:50-51).
- Bendice a quienes le maldicen y ora por quienes le maltratan. Oró por los que le estaban crucificando (Lucas 23:33-34).
- Si alguien le pega en una mejilla, le vuelve también la otra. No devolvió el golpe cuando le abofetearon (Juan 18:22-23).
- Da a todo el que le pide, y si alguien se lleva lo que es suyo, no se lo reclama (Mateo 7:7-8).
- Trata a los demás tal y como quiere que ellos le traten a Él. No destruyó a Caín cuando pecó, sino que le perdonó la vida (Génesis 4:14-15).
- Presta sin esperar nada a cambio (Juan 14:13-14).
- Es bondadoso con los ingratos y malvados. Hace salir el sol y llover sobre buenos y malos (Mateo 5:45).
- Es compasivo. Siente pena, se enternece, y se identifica con nuestros males (Salmo 103:13).
- La señal de realeza
- La señal de realeza es amar de la misma forma que ama el Rey. Así demuestro que soy hijo/hija de Dios.
- Como hijo del Rey, me comporto como se comporta Él.
- Amo a mis enemigos y hago bien a quienes me odian (Lucas 6:27).
- Bendigo a quienes me maldicen y oro por quienes me maltratan (Lucas 6:28).
- Si alguien me pega en una mejilla, le vuelvo también la otra. Si alguien me quita la camisa, le dejo que se lleve también el abrigo (Lucas 6:29).
- Doy a todo el que me pide, y si alguien se lleva lo que es mío, no se lo reclamo (Lucas 6:30).
- Trato a los demás tal y como quiero que ellos me traten a mí (Lucas 6:31).
- Presto sin esperar nada a cambio (Lucas 6:35).
- Soy bondadoso con los ingratos y malvados (Lucas 6:35).
- Soy compasivo, así como mi Padre es compasivo (Lucas 6:36).
- Practica tu realeza
- Pide a Dios que te ayude a hacer el bien a alguien que no te caiga bien, o que te haya hecho daño.
- Agradece a Dios por ser miembro de la realeza y poder comportarte como lo hace el Rey.
- Demuestra a los demás que los amas igual que Dios te ama a ti.
- Mira a las personas de la misma manera que Dios lo hace: con amor y compasión, resaltando las cualidades buenas de la persona.
- Sigue el ejemplo de Jesús. Ora por tus “enemigos” y hazles siempre el bien.
- Dios es el Rey. Su señal de realeza es el amor, y esto se demuestra en cómo se comporta con nosotros.
Resumen: Como hijos e hijas de Dios, podemos decidir que amaremos a todos.
Resumen, y selección de materiales, de Eunice Laveda, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposo Sergio Fustero, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Foto: Daniel Apodaca en Unsplash