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La habilidad de un imán de atraer y retener ciertos objetos metálicos nos recuerda a las tareas de la iglesia de atraer y retener a las personas en el cuerpo de Cristo. Jesús claramente tenía esta tarea en mente cuando dijo “[…] yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure […]” (Juan 15:16, NVI). Atraer y retener nuevos miembros es esencial para la supervivencia de la iglesia. Sin un constante flujo de recién llegados, la iglesia local se estancará y eventualmente, morirá.

Las propiedades de atracción de los imanes dependen de la fuerza magnética que irradian. Cuanto más cerca están los objetos del imán, con más fuerza serán atraídos hacia la fuerza de atracción. Los objetos que se adhieren al imán se magnetizan y pueden atraer a otros objetos al cuerpo.

En cuestiones espirituales, Jesús es la fuerza magnética que atrae a las personas a su cuerpo, la iglesia. Jesús explicó esto con las siguientes palabras: “Nadie puede venir a mí, si el Padre, que me envió, no lo atrae” y “[…] y al que a mí viene, no lo echo fuera” (Juan 6:44, 37, RVR 1995). Cuánto más cerca están las personas de Jesús, con mayor fuerza serán atraídas a su cuerpo y será mayor el poder magnético que ejercerán al atraer a otras personas a la iglesia de Cristo.

Jesús, como un imán, en su época atrajo personas “de todas partes” (Mar. 1:40-45). Fundó la iglesia para que sea una fuerza de atracción. Espera que su iglesia atraiga a las personas de todas partes y que sea “casa de oración para todos los pueblos” (Isaías 56:7). Para convertirse en un agente de atracción efectivo, cada miembro de iglesia y cada actividad tienen que ser magnetizados y convertirse en una fuerza de atracción. Aquí hay cinco fuerzas magnéticas de iglesias en crecimiento.

  1. PREDICACIÓN MAGNÉTICA

La predicación ha sido uno de los imanes cristianos más efectivos usados a lo largo de la historia para llevar a las personas a la iglesia de Cristo. El libro de Hechos describe un solo sermón de evangelismo dado por Pedro que fue clave en la conversión y bautismo de cerca de tres mil personas (2:14-41). Sin embargo, no toda predicación es magnética. Por el contrario, existe la predicación que es repulsiva, la predicación que es más soportada que disfrutada.

La predicación magnética requiere predicadores magnéticos. Sin embargo, ser un predicador magnético en la misma congregación cincuenta y dos semanas al año es muy desafiante. Esto es especialmente cierto en pastoreos de larga duración, donde las congregaciones han escuchado al pastor predicar semana tras semana durante años. La preparación de sermones inspiradores lleva tiempo y, en la mayoría de los casos, los pastores tienen un número limitado de horas dedicado a la preparación de sermones. Hay mucho más para realizar en el ministerio que solo preparar sermones.

El púlpito es el centro nervioso de los ministerios de la iglesia. Es la mesa sobre la cual la congregación se alimenta, inspira y motiva espiritualmente. Es el podio de la clase donde los miembros son instruidos y desafiados. Mientras las ovejas bajo su cuidado reciban alimento espiritual nutritivo y saludable, los pastores de las iglesias locales no necesitan ser el proveedor de alimento espiritual semanal. Los ministros pueden invitar oradores para proporcionar la calidad adecuada de alimento espiritual. Invitar oradores bien elegidos una vez al mes le permitirá al pastor local más tiempo para otras responsabilidades ministeriales y para la preparación de sermones de calidad.

La predicación magnética tiene su raíz en Cristo y está impulsada por el Espíritu Santo. Jesús y el Espíritu forman un dúo dinámico y transformador. La predicación magnética es cristocéntrica. Cristo derrite corazones y el Espíritu los convence y los transforma.

  1. PERSONAS MAGNÉTICAS

Las iglesias magnéticas tienen personas magnéticas en sus congregaciones. Los miembros amistosos y amorosos, que reflejan el amor de Dios en sus palabras y hechos, constituyen imanes humanos invaluables. Una de las razones por la cual los que no asisten a una iglesia no se sienten atraídos a las iglesias es porque sus miembros no suelen ser amigables.

Los empleados de restaurantes frecuentemente son más corteses y amigables hacia sus clientes que algunas iglesias hacia los visitantes. Las personas vuelven a los restaurantes porque disfrutan su atención y la buena comida. La iglesia de Dios no debería ser menos llamativa que un lugar de comercio. Debería proporcionar el mejor alimento espiritual y la mejor atención a las visitas.

Aunque los ministros no son la principal razón por la que las personas vienen a la iglesia, normalmente son una de las razones principales por las que se quedan en la congregación. Los pastores pueden afectar profundamente el poder magnético de la iglesia. “Y será el pueblo como el sacerdote” (Oseas 4:9). Las congregaciones tienden a asimilar la personalidad, actitud y enfoque de sus líderes y reflejan esa identidad como un espejo. Es raro que haya un impresionante crecimiento de iglesia sin un líder magnético fuerte.

Las personas magnéticas no necesariamente son personas sofisticadas o refinadas; sino personas humildes y dedicadas que aman a las personas y desean su salvación. Nuestra sociedad sufre de una seria falta de amor. Las personas están hambrientas de amor.

Jesús dijo: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:35). Las visitas están más interesadas en saber cuánto se preocupan los miembros de iglesia por ellos, que en cuánto saben acerca de la Biblia. Una disposición amorosa y actitudes que muestran sincera preocupación son imanes poderosos que atraerán visitas a la iglesia.

  1. PROGRAMAS MAGNÉTICOS

Vivimos en un mundo donde la bondad ha sido reemplazada por la indiferencia, y donde los contaminantes sociales corroen a la sociedad y apartan a las personas del verdadero gozo y la felicidad. La ansiedad, el estrés y el miedo eclipsan a la sociedad de hoy. Las personas deben ser atraídas a programas donde puedan aprender a lidiar con los problemas que encuentran en su vida diaria.

Los programas deberían estar intencionalmente orientados hacia las personas. Deberían apuntar a atraer, educar, y ayudarlas a crecer. Los programas magnéticos abordan una variedad de preocupaciones para satisfacer las varias necesidades espirituales y emocionales de la comunidad. Deberían alimentar la mente, estimular el espíritu y mejorar las relaciones. Los programas sobre adicción a las drogas, estrés, condición física, felicidad y esperanza se encuentran entre los muchos programas que las iglesias pueden ofrecer para atraer a las personas.

Las iglesias magnéticas contextualizan programas orientados a grupos de edad y necesidades específicas. Las iglesias deben crear estructuras de participación donde todos los grupos de edad de la congregación puedan usar los dones que Dios les dio. Los niños y los ancianos son dos grupos frecuentemente ignorados por los programas de la iglesia.

Para ser relevantes, los programas deben ser constantemente evaluados y adaptados a las cambiantes necesidades de la comunidad. Los mismos programas viejos y estereotipados deberían ser mejorados para ser relevantes, frescos y atractivos. Los programas deberían ser de calidad superior si deseamos que las personas continúen viniendo a la iglesia.

Muchos buenos programas y actividades de la iglesia tienen poca asistencia debido a la poca publicidad. La buena publicidad llama la atención de las personas. La creación de banners, correos electrónicos, un sitio web bien diseñado, invitaciones personalizadas, volantes, e incluso anuncios dramatizados unas semanas antes de los eventos de la iglesia ayudarán a garantizar la buena asistencia.

  1. INSTALACIONES MAGNÉTICAS

Los edificios de las iglesias no eran muy importantes para los primeros cristianos. Las primeras iglesias crecían y diseminaban el evangelio reuniéndose en casas e incluso al aire libre. Las cosas han cambiado considerablemente hoy. Los cristianos están alcanzando a una sociedad que coloca mucho énfasis en la apariencia y la comodidad.

La iglesia no puede alcanzar a una sociedad del siglo XXI con métodos del siglo I. Estamos alcanzando a una generación para quienes la palabra “iglesia” ha cambiado su significado. Para muchas personas, esta palabra ya no denota un grupo de personas sino una estructura física. Antes de poder educarlas acerca del verdadero significado de la palabra “iglesia”, tienen que ser atraídas a un edificio en el que se sientan cómodas.

Las iglesias magnéticas tienen edificios magnéticos; edificios con bancos acogedores, buena iluminación, baños limpios, y suficiente espacio de estacionamiento. Los edificios que se ven bien por fuera y por dentro ofrecen buena calefacción en invierno y aire acondicionado durante el verano. La sociedad se ha acostumbrado a centros comerciales, cines, y otros lugares de entretenimiento hermosos y no es atraída a cómodos edificios dilapidados. Las iglesias deterioradas con el césped descuidado son un signo de muerte.

Las instalaciones apropiadas para niños son muy importantes para una iglesia atractiva. Los padres prefieren llevar a sus hijos a iglesias bien equipadas que a una iglesia con aulas incómodas. Al mismo tiempo, los niños prefieren ir a un lugar que es arquitectónica y pedagógicamente diseñado para su edad y necesidades, y se resistirán a ir a una clase de Escuela Sabática donde no se sientan a gusto.

  1. CRISTO, EL MEJOR IMÁN

El santuario es donde la criatura se encuentra con el Creador. Es el lugar de reposo donde Dios revela su presencia de forma especial: “Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos” (Éxo. 25:8). La atmósfera y apariencia de su lugar de reposo debería ser diseñado para honrarlo. Debería ser un pequeño cielo en la Tierra.

La iglesia atrae a las personas para ser salvas en Cristo. Finalmente, la predicación, los miembros de iglesia, los programas y los edificios cómodos sin el poder magnético de Cristo se convierten en un fin en sí mismos y no llevarán a las personas al poder magnético y salvador de Jesús. La iglesia es cristiana debido a Cristo. El momento en el que la iglesia deja de ser cristocéntrica, deja de ser cristiana.

Autor: Ricardo Norton. Este artículo fue extraído de la Revista Ministry.
Imagen: Photo by Jamez Picard on Unsplash

 

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