Queridos padres: ¿Cambiaríais a vuestro hijo por otro?
Vosotros, mejor que nadie, que lo habéis bañado, le habéis dado de comer, habéis sufrido sus pataletas y le habéis visto dormir, sabéis cuáles son todas sus virtudes y también sabéis cuáles son sus defectos. Y aun así, no lo cambiaríais por nada ni por nadie en este mundo.
Reforzad su autoestima
Pero, ¿se lo habéis dicho? ¿Sabe vuestro hijo lo orgullosos que estáis de él? ¿Sabe vuestro hijo que aunque volviera a repetir los mismos errores, las mismas noches sin dormir, los mismos disgustos y las mismas pataletas, volveríais a tenerlo?
Decídselo, por favor. Y decidle también algo de mi parte: Decidle que Yo también estoy orgulloso de él. Que Yo lo creé con unas características que le hacen único e insustituible. Decidle que Yo he puesto mi confianza en él y que algún día necesitaré de sus dones para un gran trabajo.
Ayudarle a descubrir sus dones
Vosotros, mientras tanto, ayudadle a descubrir esos talentos especiales que he puesto en él. No los que a vosotros os gustaría que tuviera, sino los que Yo quiero que él tenga. Tomad tiempo para escuchar a vuestro hijo, observadlo y descubrid su singularidad, porque vuestro hijo es único. No perdáis el tiempo comparándolo con otros niños, con sus hermanos o con sus amigos y mucho menos con vosotros mismos, porque Yo tengo planes para vuestro hijo que son solo para él, y para nadie más.
No exijáis «perfección», enseñadle a valorarse y a soñar
Y tened en cuenta que aunque no es perfecto, recordad que vosotros tampoco lo sois. Yo lo amo tanto, que me hice ser humano para que, algún día, pueda disfrutar de su compañía durante toda la eternidad. Decidle, de mi parte, que aunque a veces sea un poco desobediente, aunque sea algo torpe haciendo deporte, o aunque no le resulte fácil hacer amigos, Yo lo volvería a crear una y mil veces porque solo me importan sus logros. No le veo como es ahora, sino como va a llegar a ser de mi mano.
Enseñadle a respetarse a sí mismo, a valorarse como persona y a soñar, porque Yo lo respeto, lo valoro y sueño con una eternidad de proyectos y vivencias juntos, él y Yo.
Los niños «ven» a Dios a través de sus padres
Él no me puede ver, pero os puede ver a vosotros. Vosotros sois el espejo en el que él me ve a mí. Si vosotros le aceptáis tal y como es, sabrá que Yo lo acepto sin condiciones; si vosotros lo respetáis y lo valoráis, sabrá que Yo lo respeto y lo valoro.
En vuestras manos he dejado mi tesoro más querido porque confío en vosotros. Cuidadle bien. Y cuando crezca, ya hablaré yo con él.
Autora: Esther Villanueva. Maestra de educación infantil y primaria. Coordinadora de la sección infantil de Aula7activa y del proyecto Mi Biblia, mi tesoro.
Imagen: Shutterstock