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La receta de hoy no es leche, y tampoco queso, puesto que están hechos de almendra. Sin embargo, las llamaremos así… leche y queso de almendras.

Las almendras son uno de los frutos secos más nutritivos, tienen un sabor delicado y contienen infinidad de propiedades beneficiosas para nuestro organismo. Entre sus bondades tenemos un aporte de calcio, que ayuda a fortalecer los huesos. Aunque el sésamo es el alimento que más calcio tiene (mucho más que leche, queso, etc.), las almendras también lo contienen.

Además, son ricas en fibras, proteínas, vitaminas B y E, grasas saludables, hierro, calcio, fósforo, etc. Un puñadito de almendras a media mañana puede ayudarnos a mantener unos niveles saludables de colesterol.

¡Ah! y lo de que engordan, no es del todo así… unas 20 almendras nos aportan 100 calorías llenas de propiedades nutritivas y saludables. Además, gracias a su efecto saciante las almendras te ayudarán a controlar el apetito.

Las almendras fortalecen y protegen las paredes de las arterias gracias a los aminoácidos y ácidos grasos que contienen. Por su alto contenido de fósforo y magnesio, las almendras nos ayudan a tener unos dientes y huesos fuertes. También cuidan nuestros músculos, combaten la ansiedad, la irritabilidad y favorecen un buen descanso, evitando el insomnio. Además, por su contenido en calcio las almendras previenen la osteoporosis..

Y en estos tiempos de COVID-19, el zinc que contienen las almendras mejora el funcionamiento del sistema inmunitario, favorece el crecimiento y combate los estados de fatiga o cansancio. La vitamina A, además, te ayudará a desintoxicar el organismo.

Finalmente su contenido en selenio y vitamina E combate los radicales libres, y ayuda a prevenir enfermedades degenerativas.

Así que… ¡a comer almendras! ¿y como hacerlo? En batidos, añadiéndolas a las cremas o purés, acompañando a la fruta como merienda, o como postre. Además hoy te propongo tomar leche de almendra casera y disfrutar de un delicioso queso que haremos con lo sólido que nos queda al hacerla. ¡Aquí lo aprovechamos todo! je,je,je

Receta de Leche de Almendras:

Ingredientes:

  • 1 taza de almendras crudas (puedes pelarlas o usar marconas y ahorrarte lo de pelar)
  • 2  litros de agua

Elaboración:

  1. Pon a remojar toda la noche en un litro de agua 1 taza de almendras y guárdalo en el refrigerador. Pasado el tiempo quita el agua y lava las almendras para que queden limpias.
  2. Agrega, sobre las almendras, agua hervida y espera unos 15 minutos, luego una a una le quitas la piel. Es un gran trabajo, pero merece la pena, porque la “leche” te quedará blanca.
  3. Seguidamente las lavas un poco y las pones en la licuadora, a estas se le agrega un litro de agua. Si no vas a hacer queso y le quieres dar un poco de aroma goloso, puedes poner una ramita de canela o esencia de vainilla. Si vas a hacer queso, no lo hagas (lo puedes hacer después, dejando en la misma botella de la leche una ramita de canela o una vaina de vainilla).
  4. Licuas a la velocidad máxima y cuando quede homogénea traspasas el líquido a una jarra o botella filtrando con una bolsa de tela muy delgada. La puedes hacer tú con una tela de algodón o comprarla, es mejor que el colador ya que le quita todo lo sólido de almendras licuadas y es más pura.
  5. Ya con esos simples pasos ¡voilá! tienes un litro de leche de almendras. Dura aproximadamente 4 días en la nevera.
  6. Los restos de almendra no se tiran, ese resto de colador se llama okara y es la base de nuestra siguiente receta.

Receta de Queso de Almendras:

Ingredientes:

  • 1 taza de okara (resto) de almendras
  • 1 cucharadita de sal marina
  • 200 ml de leche de almendra
  • 1 cucharada de agar-agar
  • 1 cucharada de levadura nutricional (opcional)

Elaboración:

  1. Agrega todos los ingredientes en la licuadora. Puedes añadir lo que tu imaginación y gusto te diga. Yo no suelo poner las especias o sabores dentro, sino por fuera. Pero para gustos… colores. La levadura le da un sabor a queso muy rico, pero puedes prescindir de ella si no te gusta.
  2. Cuando veas que no tiene grumos, lo poner en un cazo y lo calientas a fuego medio ya que el agar – agar se activa sobre los 85 grados centígrados. Revuelve para que no se pegue, y cuando haga unas burbujitas ya lo puedes retirar y poner en un molde previamente engrasado.
  3. Llévalo a l refrigerador entre una y dos hora y desmoldalo. Manténlo frío y decóralo. Lo he hecho con cobertura de pimentón rojo, con comino, con curcuma, con cebollino… ¡hay mil sabores!. En esta ocasión lo hice con cobertura de ajo y perejil (molidos), y como toque final unos trocitos de brocoli romanesco que tenía a mano.

Si no te gusta, o no tienes a mano agar-agar, no te preocupes. Aquí tienes otra forma de elaborar queso de almendras:

Receta de Queso de Almendras (sin agar-agar)

Ingredientes:

  • 1 taza de almendras peladas (también puedes usar marconas y ahorrarte lo de pelar)
  • Una taza de de agua
  • 2 cucharadas de jugo de limón
  • ½ cucharadita de sal marina
  • 2 cucharadas de aceite de coco o de oliva
  • 2 cucharaditas de levadura nutricional en polvo

Elaboración:

  1. Si has elegido pelar las almendras, colocalas en un bol con agua caliente durante unos minutos. Presiona cada una con los dedos y la piel saldrá fácilmente.
  2. Una vez peladas déjalas en remojo durante toda la noche. Así las almendras se hidratan, aumentan su volumen y las podrás procesar mejor.
  3. Escurre las almendras y colocalas en el vaso de la licuadora o en la procesadora. Agrega los demás ingredientes.
  4. Tritura o procesa durante unos minutos hasta que quede una crema espesa y sin grumos.
  5. Dispón un colador grande sobre un recipiente y sobre el colador una capa de gasa o lienzo. Echa la crema de almendras sobre este y presiona con una cuchara para que suelte todo el líquido excedente. (También puedes hacer leche de almendra con ese líquido concentrado y agua).
  6. Ata las puntas de la gasa o lienzo formando una bola y lleva de esa forma al refrigerador toda una noche.
  7. Al día siguiente, quitarla gasa y coloca el queso sobre una placa para horno apenas untada con aceite de oliva o coco. Pon el horno a temperatura moderada durante 30 minutos. Si deseas un queso más cremoso déjalo a una temperatura más baja durante 20 minutos.
  8. Retira del horno, dejar enfriar y ¡listo!
  9. Como opción puedes sazonar el queso con hierbas aromáticas como orégano, tomillo, pimentón dulce, romero, etc. del mismo modo que en la elaboración anterior.

¡A disfrutar!

NOTA: El de la foto es el que hice con agar-agar.

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Autora: Esther Azón, teóloga y comunicadora. Coeditora y redactora de Revista.adventista.es y QueCurso.es, gestora de las redes sociales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España y asistente de dirección y producción en HopeMedia España. Esther tiene la titulación de técnico en nutrición y dietética, impartido por Aula 10 Centro de Formación. Entidad autorizada para Formación Profesional Ocupacional por el SERVEF.

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