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Palabras de amor:

“…deben saber que en los últimos días vendrá gente burlona que, siguiendo sus malos deseos, se mofará” (2 Pedro 3:3, NVI).

“No te ves para nada bien”, dijo el papá de Carina cuando su hija apareció en la cocina. La adolescente estaba allí parada, en pijama, con un vaso de jugo de naranja medio lleno en una mano y un frasco de pastillas de vitamina C en la otra.

“Oh, estoy bien”, respondió Carina, “excepto por la tos, la nariz que chorrea, la garganta que me pica, la fiebre y el zumbido molesto en los oídos”.

El padre se rio. “Pobrecita, mi bebé”.

Carina frunció el ceño. “Papá, me dijiste ‘bebé’ ”. Tengo trece años y preferiría que me llamaran ‘jovencita’ o ‘adulta en proceso’ ”.

El papá sacudió lentamente la cabeza de lado a lado. “Sé exactamente qué es lo que te pasa”.

Carina pestañeo. “Bueno, Dr. Papá, ¿qué dice tu diagnóstico?”

El hombre lo señaló con el dedo. “Obviamente, tienes un caso grave de ‘tobillo torcido’ ”.

Carina miró a su padre por un momento largo. “¿El tobillo torcido?”

El padre levantó las cejas. “Y ¿qué crees tú que tienes?”

“Papá”, dijo la adolescente, “tengo gripe”.

“Bueno”, insistió el hombre, “basada en la evidencia, dices que tienes gripe, ¿no?”

Carina asintió. “Claro”.

“Y…”, continuó el padre, “deberíamos tomar decisiones basados en esta evidencia, ¿verdad?”

La jovencita vaciló. “Claro”.

“Entonces ¿por qué es tan difícil para ti creer que Jesús viene pronto?”

Carina suspiró. “¿Qué tiene que ver mi gripe con el regreso de Jesús?”

Pasado de moda

Los ojos del papá se enternecieron. “Anoche dijiste que no creías que Jesús vendría pronto. Dijiste que solo debíamos amarnos unos a otros, ser amables y disfrutar del perdón de Dios; pero que hablar de la Segunda Venida está pasado de moda”.

“Sí”, respondió Carina.

“Entonces, ¿qué hay de las evidencias?”, insistió un poco más el hombre.

“¿Evidencias?”, preguntó Carina. “¿Cuáles evidencias?”

“Jesús dijo a los discípulos que cerca del tiempo del fin habría hambrunas y pestes, y que la gente tendría tanto miedo que sus corazones dejarían de latir. Y ¿qué me dices de todas las enfermedades, como las epidemias, que están apareciendo de repente? Vemos personas que maltratan a otros, y que se enriquecen a costa del sufrimiento de los demás. Esa es la evidencia, Carina. Esas son las evidencias de que Jesús viene pronto, y debemos contárselo a las personas”.

“Si eso es verdad, ¿por qué aún Jesús no regresó?”, preguntó Carina.

“No lo sé”, respondió el padre. “Estoy seguro de que tendrá sus razones. Pero, si crees en las evidencias, debes creer y confiar en sus promesas. Creo que debemos contar a las personas sobre las evidencias y la promesa”.

Carina asintió tímidamente. “Muy bien. Tienes razón”, expresó, a pesar de la tos. “Creo que debo tomarme con más seriedad la Segunda Venida. Y creo que también debería contar a los demás sobre ese acontecimiento”. Se dio vuelta para irse, y se detuvo. “Y comenzaré a hacerlo ni bien me recupere del ‘tobillo torcido’ ”.

El padre sonrió con orgullo. “Esa es mi… señorita”.

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Dibuja tres actividades que puedes realizar en tu hogar, comunidad o iglesia, para recordar a las personas que Jesús regresará pronto. Incluye este versículo en los dibujos: “¡Miren que vengo pronto!” (Apoc. 22:12, NVI).

Revista Adventista de España