Testimonio de Juan Antonio López de la Torre, delegado de la UAE al 60º Congreso Mundial de la Iglesia Adventista.
Aunque era la tercera vez que asistía a una asamblea mundial de la Asociación General, las otras dos veces (San Louis, 2005 y Atlanta, 2010) lo había hecho para trabajar en el stand del Colegio Adventista de Sagunto y en el de Adventist Colleges Abroad (ACA) respectivamente, así que no tuve la experiencia de poder disfrutar de las sesiones de trabajo de los delegados. En las tres ocasiones, me ha impresionado la diversidad cultural de nuestra iglesia, la gran cantidad de instituciones que hay en el mundo, cuyo número suele ir a la par con el número de miembros ya que una iglesia sin instituciones, sin espacios de servicio a la comunidad, es una iglesia que solo piensa en sí misma y en retroalimentarse. Afortunadamente, un paseo por los pabellones de stands permite al visitante tener una idea de la diversidad de ministerios, de instituciones educativas, de salud, de editoriales o casas editoras, etcétera, que la iglesia tiene alrededor del mundo.
En cualquier caso, asistir como delegado ha sido un privilegio que agradezco a la Iglesia Adventista en España.
Lo que más me ha gustado ha sido comprobar el espíritu misionero de nuestra iglesia que nos permite estar presentes en la mayor parte de países del mundo.
Asimismo me ha gustado la capacidad organizativa de la iglesia mundial, y su preocupación por mejorar y por actualizar el mensaje para la sociedad en la que vivimos.
Sin duda alguna, lo más frustrante fue comprobar que unos 1.300 delegados no estuvieron a favor de la ordenación de la mujer para el ministerio pastoral, y que nos queda un rayo de esperanza al constatar que fuimos 977 los que afirmamos por medio de nuestro voto que nuestra iglesia tiene la obligación de caminar hacia la igualdad de derechos entre los diferentes sexos. Confío que los números cambien pronto para evitar una ruptura en este sentido porque me parece una pena que un sector de la iglesia se imponga sobre otro… Mis compañeros delegados saben que soy optimista y que confío que, a través de una educación adventista de calidad y de mucho esfuerzo por parte de todos y de todas, se pueda transformar esta situación.
Respecto a los resultados de las comisiones de nombramientos de la División Inter Europea y de la Asociación General, es verdad que obtenemos una sensación de continuismo bastante alta. Como en todos los sistemas, el nuestro también es susceptible de ser mejorado.
Aquí van algunas sugerencias que yo aportaría a la hora de elegir a los delegados de la UAE en la próxima ocasión:
– Se podría intentar que hubiera al menos un 50% de mujeres.
– Asimismo sería muy recomendable que al menos un tercio de los delegados fueran menores de 40 años.
– Finalmente, creo que la mitad de los delegados deberían tener una cierta fluidez en inglés para ser susceptibles de ser elegidos miembros de la Comisión de Nombramientos de nuestra División.
Por último, me gustaría opinar sobre el coste económico de un evento como el que acabamos de vivir. Hay algunas personas que han expresado que se trata de un despilfarro económico. Mi opinión es muy contraria: creo que la democracia tiene un precio, que necesitamos vernos y compartir espacios físicos para progresar y que este tipo de eventos nos acercan como iglesia, nos hacen conscientes de nuestros desafíos y nos permiten corregir y avanzar unidos a pesar de nuestras diferencias porque sabemos que lo esencial, nuestra esperanza en la segunda venida, es el motor que nos ha de hacer avanzar hasta que Cristo venga.
El testimonio de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en la ciudad de San Antonio durante el mes de julio a través de la presencia de más de 60.000 adventistas que han llenado los hoteles, las plazas, las tiendas y los restaurantes con un comportamiento cívico incomparable ha sido muy positivo y me siento orgulloso y agradecido de haber podido formar parte de este evento.