Testimonio de Lourdes Estalayo, delegada de la UAE al 60º Congreso Mundial de la Iglesia Adventista
Hay experiencias en la vida que se recuerdan como únicas, y el simple hecho de traerlas a la memoria, instantáneamente se esboza una sonrisa. Eso es lo que me produce al recordar la vivencia como delegada de la Asamblea General.
Cuando te ves como parte activa de una asamblea mundial de tu iglesia, se convive con sentimientos muy diversos. Por un lado el grado de responsabilidad al comprender que las decisiones que allí se tomen contribuirá para la marcha, crecimiento, y funcionamiento de un movimiento con una gran misión. Esta responsabilidad me impelía cada día a orar intensamente para que fuera Dios a través de su Santo Espíritu el que influyera en todo lo que se votara.
Por otro lado, se vive una continua emoción al ver que nuestra iglesia no se limita a nuestra geografía, ni cultura, ni idiosincrasia. La Iglesia Adventista está representada en todos los continentes de la tierra. Esta es la parte de mi vivencia que más me impresionó y emocionó. Ver hermanos de una reserva de indios de Canadá, hermanas de la India, o del África profunda, aborígenes de Australia….
Verdaderamente esta experiencia me hizo ver que Apocalipsis 14:6 es casi una realidad. Hay muy pocos países del mundo donde no hay presencia Adventista. La profecía de Mateo 24:14 está casi cumplida.
Cien días antes de la asamblea mundial se nos invitó a orar por este evento. Y a lo largo de toda la sesión de la asamblea hubo una sala de oración donde se reunían hermanos y hermanas para orar desde las 8:00 hasta las 20:00h. El Espíritu de Dios se sintió, no sólo por la manera como transcurrió la asamblea, sino porque cuando se trataron temas en los que la iglesia mundial estaba dividida, se aceptó la votación con la actitud adecuada.
Sólo puedo decir, gracias Dios mío, por haberme dado este privilegio. Animo a cada uno de mis hermanos y hermanas a que lo viva, lo experimente dentro de cinco años en Indianápolis; aunque ojalá no hubiera otra asamblea mundial porque la estemos celebrando en la presencia de nuestro Salvador.