Testimonio de Iñaki Arbiza, delegado de la UAE al 60º Congreso Mundial de la Iglesia Adventista
Mis primeras palabras son para expresar mi profundo agradecimiento a nuestro maravilloso Dios y a todas las hermanas y hermanos que me han brindado esta oportunidad, realmente única, de asistir a la Asamblea Mundial de nuestra iglesia. Ha sido una experiencia inolvidable tanto en el plano espiritual como en el personal.
La presencia del Espíritu Santo se notó de una forma muy clara en todas y cada una de las reuniones. Nunca olvidaré aquellos momentos donde muchos miles de hermanas y hermanos decíamos con todo nuestro corazón: “Jesús viene” (Jesus is coming again).
He vuelto con un compromiso renovado de comunicar el mensaje de los tres ángeles a una sociedad que está experimentando unos cambios socioculturales sin precedentes. El mensaje de Jesús es claro. Debemos actuar como Él actuó, “se mezclaba con las personas como alguien que deseaba de corazón su bien. Les manifestaba cariño y simpatía, atendía sus necesidades y luego les decía: sígueme” (Obreros Evangélicos p. 376).
Tenemos que pedir sabiduría del cielo para ser capaces de transmitir consuelo y esperanza a los problemas y sufrimientos que están acuciando a gran parte de nuestros semejantes. Cuanto más parecidos seamos a Jesús, más eficaz será nuestra predicación y antes se hará realidad nuestro máximo sueño: ver al Señor en las nubes de los cielos. Esta transformación de la que Pablo habla en 2ª Corintios 3:18 sólo ocurrirá a través de la comunión con Dios, la oración, el estudio cuidadoso de la Biblia y una vida de servicio y testificación. Jesús viene. Ésta es nuestra esperanza, nuestra motivación, nuestra máxima ilusión…
Mi oración es que los casi 19 millones de hermanas y hermanos repartidos por prácticamente todos los países del planeta pongamos todos nuestros talentos en que nuestra iglesia esté cada día más unida y más comprometida con nuestra sagrada misión.
Permitidme terminar con las últimas palabras de Jesús registradas en las Sagradas Escrituras: “El que da testimonio de estas cosas dice: “Sí, vengo pronto”. ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!