Alfabetización y dignidad, un regalo para Porgo Salamata.
“No conocía una sola letra, tampoco un solo número. Eso significaba que no podía ni siquiera marcar el número de teléfono para llamar a mis hijos. Solía pedir ayuda a una vecina que no siempre estaba disponible”, dice Porga Salamata, que vive en Ouagadougou, la capital de la ciudad.
“También me sentía muy mal cuando iba a la ciudad y veía las señales y los carteles en las calles. Me habrá gustado entender lo que ponían. Sin embargo, lo que más me frustraba era no ser capaz de leer la Biblia por mi misma. Me encantaba escuchar al pastor predicar pero deseaba poder leer el pasaje de la Biblia sobre el que él predicaba y tomar notas por mi misma de lo que decía”.
“Las clases de alfabetización produjeron un cambio importante en mí. Estas clases han marcado un antes y un después en mi vida. Ahora puedo llamar a mis hijos por teléfono yo misma. Puedo leer las señales y los carteles en la ciudad y en la iglesia también. Y lo que es más importante, ¡puedo leer la Biblia a solas!”.
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Burkina Faso tiene uno de los ratios de analfabetismo más altos del mundo, más del 70%. La Sociedad Bíbica ha abierto casi 40 centros de alfabetización, ofreciendo clases en cuatro lenguas locales, beneficiando a más de 1000 personas.