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locked inNoviembre ha llegado con el eco de un año que poco a poco se acerca a su fin. El verano y las vacaciones quedaron muy atrás, estamos plenamente acomodados en la rutina mientras soñamos con la Navidad. A estas alturas, muchos están plenamente enfocados en sus metas: aquellas que se cumplieron, las que se quedaron a medio camino y las que aún esperan su momento.

«Locked-in»

En este contexto surge un trend muy popular en redes sociales: el «locked-in», y su versión más amplia, «The Great Lock In». Un movimiento en redes que anima a las personas a enfocarse intensamente en sus metas personales, especialmente de septiembre a diciembre. Originado en la jerga de la «Generación Z», el término significa ‘estar completamente concentrado o comprometido con una meta o tarea’, y proviene de frases usadas en videojuegos, donde un jugador «se bloquea», «se enfoca», «se concentra», en algo específico.

El trend consiste en establecer y cumplir metas de superación personal, como mejorar la salud, las finanzas o el desempeño profesional. Los usuarios comparten su progreso y se comprometen a hacerlas realidad.

Algunos ejemplos de objetivos incluyen:

  • Fitness: comer más saludable, hacer ejercicio constante o alcanzar una meta física (por ejemplo, correr 5 km en menos de 20 minutos).
  • Finanzas: ahorrar dinero o pagar deudas.
  • Carrera o productividad: terminar cierto número de libros al mes o dedicar más tiempo a un proyecto laboral.
  • Estilo de vida: establecer una rutina matutina o desarrollar hábitos saludables.

En plataformas como TikTok e Instagram, los participantes publican sus avances, desafíos y aprendizajes usando etiquetas como #GreatLockIn. No se trata de transformar toda la vida de golpe, sino de elegir algunas metas realistas y sostenibles para concentrarse plenamente en ellas.

Dos caras de una misma moneda

No cabe duda de que el «locked-in» puede ser motivador. Ayuda a organizarse mejor, a ser disciplinados y a trabajar en la mejor versión de uno mismo. Sin embargo, también tiene un lado complejo: El aislamiento repentino, la presión de cumplir con los objetivos y el riesgo de compararnos con otros pueden terminar en agotamiento, frustración o incluso en un corazón vacío.

La Biblia lo expresa de manera clara:

«Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas no todas edifican» (1ª de Corintios 10:23).

No todo hábito, aunque parezca positivo, tiene verdadero valor si no nos edifica y, sobre todo, si no nos acerca más a Dios.

El verdadero «locked-in»

Así que ahí está la clave: El problema no son las metas, sino dejar a Dios fuera de ellas. Cuando nos encerramos únicamente en nuestros planes, el progreso suele sentirse forzado y pasajero. En cambio, cuando incluimos a Dios en nuestra agenda diaria, nuestras metas adquieren un nuevo propósito.

Así nos lo dice Proverbios 16:3:

«Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados».

Y también en Mateo 6:33:

«Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas».

El verdadero «locked-in» no es aislarse del mundo para producir más, sino enfocarnos en Dios, comprometernos con Él, para vivir mejor.

Enfocados, con propósito

El ser humano fue creado para vivir en conexión, no en aislamiento. Por eso, este trend puede convertirse en una oportunidad para apartarnos del ruido del mundo y fortalecer nuestra comunión con el Señor. Podría significar presentar nuestros planes en oración, cuidar nuestro cuerpo como templo del Espíritu Santo (1ª de Corintios 6:19-20) y aprender a descansar en sus promesas: «Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros» (1ª de Pedro 5:7).

De esta manera, el enfoque cambia por completo. Con Dios ya no se trata solo de productividad, sino de crecimiento integral: espiritual, académico, laboral y personal. Es un verdadero ganar-ganar.

La meta suprema

Al final, la meta más grande no se encuentra en nuestras listas de pendientes. Pablo lo expresó con claridad:

«Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús» (Filipenses 3:14).

Esa es la meta que realmente vale la pena: estar al lado de nuestro Creador por la eternidad.

Vivimos rodeados de tendencias que nos empujan a producir más, a compararnos o a perseguir logros temporales. Pero el éxito verdadero no se mide en cuántas metas cumplimos, sino en cuán cerca estamos de Dios.

En este mes previo al cierre de año, te invito a hacer tu propio «locked-in» con Dios. No te encierres solo en tus planes ni te desgastes confiando únicamente en tus fuerzas. Refúgiate en Él, busca su voluntad y descubrirás que con Él todo tiene sentido y es posible.

Autora: Wendy Canaza Mamani, estudiante de la UC3M y miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Moriah-Pinto en Madrid.
Imagen: Shutterstock

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