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«Mirad, pues, que hagáis como Jehová, vuestro Dios, os ha mandado. No os apartéis a la derecha ni a la izquierda» (Deuteronomio 5: 32).

Abril y yo llegamos a Lacombe, Alberta, un jueves por la noche. Dios proveyó dos habitaciones en la casa de un amigo, donde podíamos quedarnos por algunos días. La siguiente mañana, Dios me llamó a estudiar su Palabra escrita y orar. Le pregunté a Dios qué tenía preparado para mi primer día en la nueva ciudad. Dios me pidió que visitara una iglesia grande, en la ciudad, me presentara como un recién llegado en el área, y les comunicara que había recibido el urgente pedido de Dios de convocar a la congregación, y a la comunidad, a un reavivamiento.

Respondí explayando todas las razones por las que eso no sería bien recibido por los líderes de la iglesia.

–Dios, los líderes pensarán: «¿Quién es este? ¿Un extraño llamándonos a un reavivamiento?» Se sentirán ofendidos cuando sugiera que tienen una gran necesidad espiritual. Dios, ¿no sería mejor hacerme amigo de ellos primero, y luego sugerirles que organicemos un reavivamiento juntos?

Convócales a un reavivamiento

«Tienes que convocar a esta iglesia a un reavivamiento. Es urgente. ¡Ve esta mañana!», me desafió Dios.

Después del desayuno, conduje hasta la iglesia y, al ingresar, pedí ver el pastor. Este se presentó, junto a su equipo. Yo también me presenté, y les conté que acababa de mudarme a la ciudad y que, esa mañana, había recibido el llamado de Dios para visitar esa iglesia con una invitación. El pastor y su equipo me miraron con curiosidad. Temblé por dentro; pero antes de verme más tentado a ceder a mis dudas y huir de ese lugar, solté:

–Dios me llamó para hacer un reavivamiento de la fe en esta iglesia.

–¿Y cuándo sucederá eso? –preguntó el pastor, con cautela.

Era un viernes por la mañana. Les expliqué que Dios tenía urgencia de presentar un reavivamiento antes de que los estudiantes iniciaran el año escolar.

–El reavivamiento debería comenzar el próximo domingo –concluí.

–¿Domingo? ¿Este domingo?

El equipo se quedó sin palabras.

–Esta es una iglesia grande y solemos planificar en detalle tales eventos. Necesitamos muchos, muchos meses para organizar un reavivamiento y comunicarlo a toda la congregación.

Orando por la dirección de Dios

El pastor levantó la mano para pedir la palabra.

–No quisiera que perdamos la oportunidad de recibir aquello que Dios tiene preparado para nosotros. Propongo que nos arrodillemos ahora mismo y pidamos la dirección de Dios en este asunto.

Me uní al pastor y su equipo en oración. Después de orar, nos pusimos de pie y formamos un círculo. Cada uno expresó la necesidad de un reavivamiento, pero también mostraron preocupación por la concurrencia a un evento anunciado con tan escasa antelación.

–No podemos ofrecerte mucho. No tenemos disponibilidad por la tarde. Solo podemos ofrecerte una sala a las 6:00 a.m., a partir de este domingo y durante una semana completa. Pero debemos advertirte que probablemente te sientas muy decepcionado dada la escasa concurrencia. Deberás conformarte si logras reunir a tres o cuatro personas. ¡Esta es una comunidad muy ocupada!

–¡Acepto la sala disponible a las 6:00 a.m. a partir de este domingo! – respondí con alegría.

Me retiré de la iglesia, aun preguntándome si alguien vendría a las reuniones.

Dios mueve los corazones

Aquel domingo, a las 6:00 a.m., un grupo de más de treinta personas llegó a la iglesia en busca de un reavivamiento. Los concurrentes habían salido de sus hogares, sus granjas o sus empresas para asistir. Algunos tuvieron que salir sin desayunar, pero no les importó. Tenían hambre de Dios.

Cada día, Dios traía a más personas. Juntos leímos la Palabra de Dios, lo alabamos, confesamos nuestros pecados y nos arrepentimos. Las personas se disculparon unas con otras, pusieron sus asuntos en orden y se volvieron a Dios, y solo a Dios. En la última reunión, había más de cien personas a primera hora de la mañana. Dios tiene un tiempo para cada llamado. ¡Cuando Dios te envía, comparte el mensaje!

Convoca sin miedo a tu familia y a tu comunidad a seguir a Dios.

Medita

«En la edificación de su obra, el Señor no allana siempre el camino delante de sus siervos. A veces prueba la confianza de su pueblo, haciéndole avanzar por fe» (Elena de White, Consejos sobre mayordomía cristiana, página 291).

En la práctica

  1. ¿Necesita tu iglesia un reavivamiento? ¿Con quiénes puedes conversar para organizar un movimiento de reavivamiento y reforma?
  2. Esta semana, ora pidiéndole a Dios que transforme tu corazón como nunca antes.

Participa en las reuniones por Zoom

Cada miércoles de estos 40 días, tendremos un encuentro por Zoom (6:30 AM).

Tema: Vive como Elías – 40 Días de Oración 2025
Cada semana, el miércoles.
Únete a la reunión de Zoom:
https://us02web.zoom.us/j/87603273658?pwd=WqRTlihGm778cuKW8GbCvOqGVYzk5J.1

ID de reunión: 876 0327 3658
Código de acceso: 223988

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