«Entonces Elías, acercándose a todo el pueblo, dijo: “¿Hasta cuándo vacilaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; si Baal, id en pos de él”. Y el pueblo no respondió palabra» (1ª de Reyes 18: 21).
Pasaron muchos días en Sarepta. Dios proveyó para Elías a través de la generosidad de la viuda. Las semanas se convirtieron en meses y los meses en años. Entonces, cuando menos lo esperaba, Dios le llamó y le dio un mensaje: anunciarle que vendría la lluvia. Pero también para confrontarlo por su idolatría y su abandono del pacto con Dios.
«Pasó mucho tiempo, y tres años después, llegó palabra de Jehová a Elías, diciendo: “Ve, muéstrate a Acab, y yo haré llover sobre la faz de la tierra”» (1ª de Reyes 18: 1).
Ahora, el rey Acab era la última persona a la que Elías quería ver. Abdías, siervo de Acab, testificó: «¡Vive Jehová, tu Dios!, que no ha habido nación ni reino, adonde mi señor no haya enviado a buscarte, y cuando respondían: “No está aquí”, hacía jurar a reinos y a naciones que no te habían hallado» (versículo 10).
Elías era un hombre perseguido; el criminal más buscado en la nación de Israel. Acab odiaba a Elías porque lo había desafiado y lo veía como el responsable por la sequía que había traído sufrimiento y muerte a su reino.
Entonces, Dios llamó a Elías para que visitara a Acab y le diera un mensaje, ¡el hombre que lo quería muerto! Pero Elías obedeció inmediatamente. «Fue, pues, Elías a mostrarse a Acab. En Samaria el hambre era grave» (versículo 2). Por el camino, Elías se encontró con Abdías y lo envió a buscar a Acab.
¿En qué estaba pensando Elías? No tenía un céntimo. Su única posesión era lo que vestía. La nación lo odiaba. Era un fugitivo que convocaba al rey a un encuentro. ¿Por qué?
Una vez más se nos recuerda que, antes de presentarse ante los reyes terrenales, Elías estuvo en la corte del Rey de reyes. Elías no se intimidaba ante el poder o la posición humana. Si Dios mismo lo había enviado a encontrarse con Acab, y darle un mensaje, ¡se enfrentaría al rey sin miedo!
Medita
«Dios no puede usar hombres que, en tiempo de peligro, cuando se necesita la fortaleza, el valor y la influencia de todos, temen decidirse firmemente por lo recto. Llama a hombres que pelearán fielmente contra lo malo, contra principados y potestades, contra los gobernantes de las tinieblas de este mundo, contra la impiedad espiritual de los encumbrados» (Elena de White, Profetas y reyes, página 105).
En la práctica
- ¿De qué manera podemos ser de bendición para los líderes y gobernantes de nuestra región?
- Dios odia el pecado, pero ama al pecador. ¿Por qué es importante separar el pecado del pecador?
Participa en las reuniones por Zoom
Cada miércoles de estos 40 días, tendremos un encuentro por Zoom (6:30 AM).
Tema: Vive como Elías – 40 Días de Oración 2025
Cada semana, el miércoles.
Únete a la reunión de Zoom:
https://us02web.zoom.us/j/87603273658?pwd=WqRTlihGm778cuKW8GbCvOqGVYzk5J.1
ID de reunión: 876 0327 3658
Código de acceso: 223988