En una época en la que el reconocimiento de las neurodivergencias está ganando cada vez más atención, es fundamental explorar cómo esta diversidad cognitiva no solo enriquece nuestras comunidades, sino también fortalece nuestras instituciones religiosas. En particular, la Iglesia Adventista del Séptimo Día, con su enfoque en la salud integral y el bienestar espiritual, tiene mucho que ganar al reconocer y valorar las aportaciones de las personas neurodivergentes.
¿Qué es la neurodivergencia?
La neurodivergencia reconoce y celebra la diversidad cognitiva. Es un término amplio que se refiere a variaciones en el funcionamiento neurológico que se desvían de lo que se considera típico o neurotípico. Estas variaciones pueden incluir, entre otras, el autismo (y el asperger, conocido como autismo leve o de alto funcionamiento), las altas capacidades, el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) o la dislexia. A menudo, estas condiciones se han entendido y tratado como desventajas, por su manera diferente de ver y entender el mundo, pero las neurodivergencias también aportan fortalezas únicas y perspectivas valiosas.
La neurodivergencia en el contexto de la Iglesia Adventista
La Iglesia Adventista del Séptimo Día, conocida por su enfoque en la salud integral, el bienestar y el servicio comunitario, ofrece un contexto particularmente fértil para explorar y valorar la neurodiversidad. Nuestra iglesia enfatiza la importancia del equilibrio entre el cuerpo y la mente, lo que crea una base sólida para abrazar la diversidad cognitiva.
Tipos de neurodivergencia y sus aportes
Aunque no podemos encasillar a las personas neurodivergentes, porque cada persona es un mundo y cada una tiene unos rasgos y no otros, además de su propia personalidad y carácter (igual que no podemos encasillar a los neurotípicos por lo mismo), sí podemos dar algunas pinceladas sobre algunas características potencialmente positivas para nuestra iglesia de algunas de las neurodivergencias más comunes:
Autismo (y asperger, autismo leve o de alta funcionalidad)
Las personas en el espectro autista pueden tener habilidades excepcionales en áreas como la atención al detalle, la memoria y el pensamiento lógico. En un entorno eclesiástico, estas habilidades pueden traducirse en roles importantes, como la organización de eventos, la administración de recursos o la resolución de problemas complejos. Además, la capacidad de ver el mundo desde una perspectiva única puede enriquecer la comprensión teológica y la manera en que se aborda el ministerio.
TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad)
El TDAH puede estar asociado con niveles altos de creatividad, energía y capacidad para pensar «fuera de la caja». En la iglesia, estas cualidades pueden manifestarse en enfoques innovadores para el ministerio, la enseñanza y el liderazgo. La energía y el entusiasmo que a menudo acompañan al TDAH pueden inspirar y motivar a otros miembros de la congregación.
Dislexia
La dislexia, que afecta la capacidad de leer y procesar texto escrito, a menudo está acompañada por habilidades sobresalientes en el pensamiento visual y la resolución de problemas. Las personas con dislexia pueden aportar una perspectiva valiosa en la planificación de actividades visuales, la creación de material educativo y la adaptación de recursos para hacerlos más accesibles para todos los miembros.
Altas capacidades
Las personas con altas capacidades presentan alguna capacidad significativa en alguna área específica del funcionamiento cognitivo, como el pensamiento abstracto, o la resolución de problemas complejos, la creatividad… Estas habilidades pueden ser valiosas en el desarrollo de programas educativos avanzados, en la elaboración de estrategias para la expansión de la misión de la iglesia y en la promoción de la innovación dentro de la congregación.
Cormobilidad y doble excepcionalidad
Debemos tener en cuenta, además, que las personas pueden tener varias neurodivergencias al mismo tiempo, una condición conocida como «comorbilidad». Estas personas pueden presentar una combinación de diferentes neurodivergencias, lo que puede variar significativamente de un individuo a otro. La cantidad de neurodivergencias que una persona puede tener simultáneamente no está limitada por un número específico; más bien, depende de la combinación de condiciones que cada individuo pueda experimentar.
Aunque la comorbilidad puede presentar desafíos, también puede conllevar fortalezas únicas. Las habilidades y perspectivas resultantes de la combinación de neurodivergencias pueden ofrecer ventajas valiosas en diversos contextos.
También existen personas con «doble excepcionalidad», o la presencia simultánea de altas capacidades intelectuales junto con una o más neurodivergencias.
Beneficios de valorar la neurodivergencia en la Iglesia Adventista
Diversidad de perspectivas
La inclusión de personas neurodivergentes en la iglesia enriquece el diálogo y la toma de decisiones al aportar una variedad de perspectivas. Esto puede llevar a enfoques más creativos e inclusivos en el ministerio y en el servicio comunitario.
Innovación y creatividad
Las habilidades únicas asociadas con muchas formas de neurodivergencia pueden estimular la innovación y la creatividad dentro de la iglesia. Las personas neurodivergentes pueden ofrecer nuevas ideas para programas, eventos y formas de involucrar a la comunidad.
Empatía y apoyo
La presencia de personas neurodivergentes puede fomentar una mayor empatía y comprensión dentro de la congregación. Esto ayuda a crear un ambiente de apoyo y aceptación que beneficia a todos los miembros, no solo a aquellos que son neurodivergentes.
Fortalecimiento de la comunidad
La inclusión de personas con diferentes tipos de neurodivergencia puede fortalecer la cohesión y la solidaridad dentro de la comunidad de fe. Al valorar las aportaciones de cada individuo, la iglesia se convierte en un lugar donde todos se sienten valorados y aceptados.
Cómo la Iglesia Adventista puede promover la inclusión de la neurodivergencia
Cada iglesia puede colaborar con la inclusión a través de:
Educación y sensibilización
Organizar talleres y seminarios para educar a los miembros de la congregación sobre la neurodivergencia puede fomentar una mayor comprensión y aceptación. Esto puede incluir información sobre cómo apoyar a los individuos neurodivergentes y cómo adaptar actividades para que sean inclusivas.
Adaptaciones y apoyos
Crear un entorno accesible y adaptativo para los miembros neurodivergentes. Esto puede implicar la adaptación de materiales educativos, la flexibilización de roles y responsabilidades, y la oferta de apoyo emocional y práctico.
Promoción de liderazgo inclusivo
Fomentar el liderazgo inclusivo dentro de la iglesia significa reconocer y valorar las habilidades únicas de las personas neurodivergentes. Esto puede incluir la creación de oportunidades de liderazgo en función de las fortalezas individuales y el apoyo a la participación activa en el ministerio.
Creación de redes de apoyo
Establecer grupos de apoyo para personas neurodivergentes y sus familias dentro de la iglesia puede proporcionar una red de comprensión y apoyo. Estos grupos pueden ofrecer un espacio para compartir experiencias, recibir orientación y construir relaciones significativas.
Conclusión
La neurodivergencia es una faceta de la diversidad humana que ofrece una riqueza de habilidades y perspectivas valiosas. En la Iglesia Adventista del Séptimo Día, reconocer esta diversidad no solo está en línea con los principios de salud integral y bienestar espiritual, sino que también fortalece la comunidad en su conjunto.
Al valorar las aportaciones únicas de las personas neurodivergentes, la iglesia no solo enriquece su vida interna, sino que también da un testimonio poderoso. En última instancia, abrazar la neurodivergencia es una forma de cumplir con el llamado a amar a todos y respetar y valorar a cada individuo.
Autora: Esther Azón Fernández, teóloga y comunicadora. Redactora y coeditora de revista.adventista.es
Revisado por Maryan Sánchez, miembro de APASM – Asociación de Profesionales Adventistas de la Salud Mental.
Imagen: Shutterstock
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