No existe la familia perfecta, pero, con ajustes, es posible convivir con paz y alegría y fortalecer los lazos. Aquí te ofrecemos 7 consejos.
En la vida tenemos muchas certezas, como tener a la familia como el mayor tesoro, ver las crisis como realidades que se viven en todas las casas y entender que los conflictos son parte de la vida. Ante estas afirmaciones, surge una pregunta intrigante: ¿cómo podemos juntar, bajo el mismo techo a la familia, las crisis constantes, los conflictos desafiantes y, aun así, construir nuestra tan deseada familia saludable?
Sabemos que la familia perfecta no existe, así como no existe una receta perfecta para eso. Sin embargo, quiero presentar siete consejos que, seguramente, serán de ayuda para fortalecer los lazos familiares y, como consecuencia, contribuirán a un hogar más armonioso y estable:
1. Resuelve los conflictos con paciencia, respeto y empatía
En la cercanía y convivencia con familiares, es inevitable que haya diferencias de ideas y opiniones que, en la mayoría de los casos, terminarán en conflictos. La sabiduría se encuentra en la forma en la que la familia lidiará con esos conflictos. Estos momentos pueden volverse herramientas poderosas para traer más conocimiento, madurez, aprendizaje y fortalecimiento a la estructura familiar. El secreto es siempre tener autocontrol y tratar a las personas involucradas con respeto, paciencia y empatía.
2. Invierte en el diálogo
Dice el dicho popular que «de una buena charla nadie se escapa». Hay mucha verdad en esta simple afirmación. Ante un conflicto o distanciamiento familiar, por ejemplo, si queremos volver al estado de calma y cercanía, debemos actuar con cautela y sabiduría al hablar. También es importante estar atento para escuchar, en un diálogo sin prisa, verdadero, objetivo y lleno de tolerancia, amor y buena voluntad.
3. Juntos es mejor
Pocas acciones crean un sentido de pertenencia, tan necesario para el ser humano, como hacer actividades juntos, de las más placenteras hasta aquellas que son ejecutadas por el deber de la responsabilidad. En este caso, lo que fortalece nuestro vínculo no es necesariamente el objetivo alcanzado, sino lo aprendido y el tiempo invertido en el camino. Recordemos celebrar las victorias juntos, pues eso fortalece los lazos y crea intimidad.
4. Dedica tiempo de calidad
En el correr de la vida, parece que el tiempo vuela y, en todo momento, tenemos que decidir a qué dedicar las pocas horas disponibles. Al elegir algo como prioritario, le dedicamos nuestra total atención, demostrando el valor que le atribuimos a esta persona o actividad. Por eso, cuando elegimos invertir este precioso tiempo con la familia, les gritamos a ellos y al mundo cuánto los amamos.
5. Con buen humor todo es mejor
En medio de tantas luchas de la vida, disfrutar de un ambiente alegre en familia es como llegar a un oasis después de un día cansador en el desierto. Aprender a reír de los hechos y golpes de la vida, especialmente cuando aprendemos a reírnos de nosotros mismos, nos deja más livianos y el fardo de las responsabilidades de lo cotidiano es más suave. La sonrisa nos acerca y nos hace pasar por sabios cuando nos faltan palabras.
6. Los momentos particulares crean intimidad
Es una delicia conversar con nuestros familiares de forma física o virtual, pero casi siempre en estos momentos hablamos de asuntos generales, que no tienen gran relevancia para la vida. Los lazos más profundos, capaces realmente de fortalecer los vínculos familiares, tienen lugar en conversaciones reservadas. En estos momentos, tenemos más libertad para abrir el corazón y el alma, y colocarnos en una sintonía más fina.
7. Culto en familia
En el culto familiar creamos una atmósfera diferente. ¡Presentamos nuestra familia delante del Señor! Es allí donde abrimos el corazón al hacer nuestros pedidos y agradecimientos, expresando nuestras necesidades, problemas y sueños. De esta forma, creamos un ambiente de confianza, fortaleciendo el vínculo familiar y espiritual.
¡Oro para que Dios lo inspire con sabiduría para desarrollar fuertes lazos familiares!
Autor: Alacy Barbosa, teólogo y educador. Actualmente, lidera el Ministerio de la Familia de la Iglesia Adventista en Sudamérica.