Sigue los 10 días de oración con nosotros. Descarga aquí el pdf.: Dia 9 La obra del Espíritu Santo
«Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. […] Y oí otra voz del cielo, que decía: “Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas”» (Apoc. 18:1,4).
Testimonio
«El ministerio del Espíritu Santo que obra en el alma es nuestra gran necesidad. El Espíritu es completamente divino en los elementos que utiliza y en su demostración. Dios desea que tengáis dotes espirituales llenas de gracia; entonces trabajaréis con un poder que nunca conocisteis. El amor, la fe y la esperanza se harán presentes en forma permanente. Podéis avanzar con fe, creyendo que el Espíritu Santo os acompaña” (Elena G. de White, El evangelismo, p. 220).
Un día habrá un gran reavivamiento entre el verdadero pueblo de Dios por toda la tierra. El Espíritu Santo descenderá con gran poder. Esta intervención del Espíritu se comparaba en los tiempos bíblicos con las lluvias tardías que caían en Oriente Próximo, y que hacían madurar las cosechas (ver Zac. 10: 1). Un día el pueblo de Dios saldrá a compartir su fe de todas las formas posibles. Se realizarán milagros por el poder de Cristo. Millares de personas, quizá millones, serán salvas. La obra del Espíritu Santo ha de salvar a los perdidos, y no hay mayor gozo que participar en esa obra.
Un sábado, Lance y su esposa, Renae, asistieron por primera vez a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Alguien había dejado el libro Enseñanzas bíblicas para el hogar en la puerta de su casa. Debido a ciertas situaciones en sus vidas, Lance y Renae decidieron averiguar lo que aquellas páginas tenían que decir. Mientras las examinaban, se fijaron en el asunto del sábado, el cual despertó vivamente su interés. Estudiaron cuidadosamente esa sección y se convencieron de que necesitaban encontrar la iglesia que había impreso el libro. Tras averiguar que lo habían hecho los adventistas del séptimo día, localizaron nuestra iglesia y la visitaron el sábado siguiente. Lance alzó el ejemplar de Enseñanzas bíblicas para el hogar y preguntó:
–¿Imprime vuestra iglesia este libro?
–¡Así es!– contesté.
–Estupendo –siguió Lance–, tenemos muchas preguntas. ¿Existe la posibilidad de que usted nos visite en nuestra casa para darnos estudios bíblicos?
Como es natural, les aseguré de que estaría encantado de hacerlo.
Cuando los visité, me di cuenta de que Lance, Renae y sus dos hijos varones llevaban tiempo deseando que se produjeran grandes cambios en sus vidas. Se habían convertido en víctimas del abuso de alcohol y otras sustancias, y su matrimonio se estaba resintiendo gravemente por ello. Comprendí que necesitaban el poder liberador de Jesús. Mientras compartía el evangelio con ellos, orando constantemente en mi corazón por la ayuda de Dios, podía comprobar cómo el Espíritu Santo los convencía profundamente. Terminé la presentación del evangelio y pregunté:
–¿Hay alguna razón por la que ustedes no querrían entregar sus vidas a Jesús?
Respondieron que serían muy felices de recibir el perdón y la salvación de Cristo. En ese momento, nos arrodillamos para orar y los conduje por medio de una oración de confesión y aceptación de Jesús como Salvador y Señor. Con lágrimas, repitieron la oración después de mí y nos pusimos de pie con gozo. El poder milagroso del Espíritu Santo se había manifestado claramente. Ahora ambos eran hijos de Dios.
Al llegar para nuestra siguiente cita semanal, apenas había dado tres pasos tras entrar en el salón cuando Lance me preguntó:
–Pastor, ¿qué piensa usted acerca de fumar cigarrillos? ¿Cree que es algo que un cristiano puede hacer?
Sugerí que estudiáramos el tema de la vida saludable esa noche, y lo hicimos. Como resultado de ese estudio bíblico y de posteriores visitas, Lance y Renae se liberaron de todas las cadenas con que Satanás los había esclavizado. Pronto fueron bautizados y ambos llegaron a ser poderosos colaboradores en la causa de Cristo, compartiendo sus testimonios e impartiendo estudios bíblicos a familiares y amigos. También empezaron a participar en la obra del Espíritu Santo esparciendo el evangelio a todas las personas de su entorno. ¡Qué milagro!
Textos bíblicos para orar
- Mateo 28: 19-20: Todo discípulo de Jesús debe hacer lo que pueda por difundir el evangelio de salvación.
- Juan 16: 13: Cuando actúe el Espíritu Santo, las personas se sentirán atraídas hacia la verdad de la Palabra de Dios.
- Hechos 4: 29-31: La iglesia primitiva pidió a Dios que los llenara del Espíritu Santo para poder anunciar la Palabra de Dios con valentía.
- Efesios 4: 11-12: Los dones del Espíritu Santo son para preparar a los cristianos para la obra de ministerio y edificación de la iglesia.
- Hechos 9: 36-42: El propósito de los milagros es que las personas tengan evidencia por la cual creer en Jesús.
- Marcos 16: 15-18: Id al mundo, sanad a los enfermos, predicad el mensaje, mostrad el carácter de Dios a todo el mundo.
- Isaías 6: 8: «Heme aquí, envíame a mí».
Oraciones sugeridas
- Agradecemos su compasión activa hacia nuestras vidas, familias e iglesia.
- Alabamos su amor al prometer enviarnos su Espíritu Santo que nos convencerá de pecado y nos guiará a toda la verdad.
- Confesamos nuestra falta de sed y hambre por el Espíritu Santo.
- Pedimos su dirección para todos los responsables de Ministerios en la Unión Adventista Española, que sean bautizados por el Espíritu Santo.
- Rogamos nos use como instrumentos llenos del Espíritu Santo para proclamar su evangelio al mundo entero.
- Pedimos por las 5 personas que deseamos llevar a Jesús
Materiales y mucho más en: https://revista.adventista.es/este-10-de-enero-del-2020-comenzamos-los-10-dias-de-oracion-buscando-el-espiritu-de-dios/
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