Sigue los 10 días de oración con nosotros. Descarga aquí el pdf.: Dia 3 Victoria por medio del Espíritu Santo
«Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne» (Gál. 5: 16).
Testimonio
«No había en él [Jesús] nada que respondiera a los sofismas de Satanás. El no consintió en pecar. Ni siquiera por un pensamiento cedió a la tentación. Así también podemos hacer nosotros. La humanidad de Cristo estaba unida con la divinidad. Fue hecho idóneo para el conflicto mediante la permanencia del Espíritu Santo en él. Y él vino para hacernos participantes de la naturaleza divina. Mientras estemos unidos con él por la fe, el pecado no tendrá dominio sobre nosotros. Dios extiende su mano para alcanzar la mano de nuestra fe y dirigirla a asirse de la divinidad de Cristo, a fin de que nuestro carácter pueda alcanzar la perfección» (Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes, p. 98).
Jerry trabajaba mucho. Dedicó la mayor parte de su vida adulta a construir puentes y rascacielos de hierro. Era el típico hombre que caminaba por una estrecha viga de hierro, a cientos de metros sobre el suelo, para soldarla con otra viga del mismo metal. Pero, aunque Jerry era talentoso y trabajador, también maltrataba su organismo con el alcohol, el trabajo, las drogas, la promiscuidad sexual y una vida desenfrenada. Cada vez que un cristiano entraba a trabajar con él, Jerry le acosaba verbal y emocionalmente, con la esperanza de expulsarlo del trabajo. Odiaba al cristianismo y a los cristianos.
Cuando Jerry se aproximó a los cincuenta años de edad, empezó a caer en depresión. Un día decidió acabar con su vida. Mientras conducía a casa para suicidarse, vio un letrero de la Iglesia Adventista del Séptimo Día por la autopista. El Espíritu Santo puso un pensamiento en su mente: «Tal vez ahí puedan ayudarme». Así que Jerry estacionó el coche en el aparcamiento justo cuando la escuela de la iglesia se cerraba por ese día, se encaminó hacia el director, y murmuró algo acerca de que necesitaba ayuda. El director le dio mi número de teléfono y le dijo: «Este es el número de nuestro pastor. Por favor, llámele». Cuando Jerry me llamó aquella tarde, me dijo que tenía problemas y me preguntó si podía ayudarle. Telefoneé a un anciano y fuimos juntos enseguida a casa de Jerry.
Él nos contó todo y añadió:
–No puedo creer que haya caído tan bajo como para tener a un pastor en mi casa.
Dijo que había probado todo lo que el mundo puede ofrecer sin encontrar satisfacción, así que había decidido quitarse la vida. Yo le dije:
–Jerry, usted lo ha probado todo porque no ha probado a Jesús.
–Tiene razón –sonrió–, no he probado a Jesús. Así pues, ¿qué tengo que hacer para probarlo?
Le expuse el sencillo mensaje del evangelio y le pregunté:
–¿Existe alguna razón por la que no le gustaría recibir a Jesús en su vida?
Jerry contestó:
–No, porque a menos que él haga algo por mí esta noche, me voy a suicidar.
Invité a Jerry a arrodillarse con nosotros y le pedí que repitiera una oración después de mí. Nada más terminar, dijimos: «Amén». Él me agarró del brazo y dijo:
–¿Ha visto usted eso?
–¿El qué?– le pregunté.
–Justo tras decir «Amén», abrí los ojos y vi a un hombre que se cernía sobre mi cabeza con un aire muy perverso en el rostro, y entonces desapareció por el techo. ¡Tiene que creerme!
–Le creo, Jerry –dije–. ¿Cómo se siente ahora?
Tras un momento de reflexión, respondió:
–Me siento bien, realmente bien. No me he sentido tan bien en mucho tiempo. ¿Qué me ha pasado?
Le expliqué:
–Jerry, sencillamente usted le ha pedido a Jesús que entrase en su vida y le perdonase los pecados. Ahora él mora en su corazón. El espíritu perverso que usted vio trataba de llevarle a que se quitara la vida, pero Jesús le expulsó.
Una gran alegría llenó el hogar de Jerry aquella noche, tanta que este hombre no pudo dormir. Se dedicó a registrar su casa para eliminar todo su alcohol, drogas, revistas y cualquier otra cosa que pudiera parecerle pecaminosa. Metió todo ese material en una bolsa de plástico y la enterró a más de dos metros de profundidad en su jardín. Al siguiente día se dirigió en su coche a un vivero y compró un árbol para plantarlo encima de toda la basura que había enterrado. Cuando fui a visitarle, me mostró el árbol diciéndome: «Pastor, ese agujero en el terreno y este nuevo árbol representan mi vida. El viejo Jerry está enterrado ahí, y el árbol frutal simboliza al nuevo Jerry porque ya estoy viviendo una nueva vida.
Textos bíblicos para orar
- Juan 16: 8-11: La obra del Espíritu Santo consiste en convencernos de nuestros pecados y llevarnos a Jesús.
- Ezequiel 36: 25-26: Se nos promete un nuevo corazón, una nueva mente, una nueva vida.
- 2 Corintios 5: 17: «Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron».
- Juan 8: 36: Puedes ser ciertamente libre por medio de Jesucristo.
- 1 Tesalonicenses 4: 3: La voluntad de Dios es que camines venciendo al pecado.
- Romanos 6: 14: El pecado ya no tendrá dominio sobre ti.
- Mateo 5: 29-30: Sepárate de cualquier persona y cualquier cosa que te tienten hacia el pecado.
- Gálatas 5: 19-26: Los malos deseos de la carne pueden ser sometidos por el fruto del Espíritu.
Cada día, cuando nos dirigimos a Jesús para orar, recibimos su perdón y su gracia. Al igual que los hijos de Israel salían diariamente a recoger el maná del cielo, así renovamos nosotros diariamente nuestra relación con Jesús, el Pan de vida (Juan 6: 58). Por medio de la presencia del Espíritu Santo actuando en nuestras vidas, confesamos nuestros pecados a Dios, aceptamos la justicia de Cristo en nuestro favor, y somos capacitados para resistir las tentaciones del diablo (ver Gál. 5: 16).
Oraciones sugeridas
- Gratitud por el poder de Dios para restaurar nuestras vidas, familias e iglesias.
- Alabamos su sabiduría y por que es Rey de reyes y Señor de señores.
- Confesamos nuestra falta de coherencia y nuestra falta de humildad para con el Señor y nuestros hermanos.
- Pedimos la bendición por nuestros niños y jóvenes y por quiénes son sus líderes.
- Rogamos para que nos ayude a vivir la misión como un estilo de vida.
- Pedimos por las 5 personas que deseamos llevar a Jesús.
Materiales y mucho más en: https://revista.adventista.es/este-10-de-enero-del-2020-comenzamos-los-10-dias-de-oracion-buscando-el-espiritu-de-dios/
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