Sigue los 10 días de oración con nosotros. Descarga aquí el pdf.: Dia 1 Nuestra Necesidad del Espíritu
«Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra» (Hech. 1: 8).
Testimonio
«Puesto que este es el medio por el cual hemos de recibir poder, ¿por qué no tener más hambre y sed del don del Espíritu? ¿Por qué no hablamos de él, oramos por él y predicamos respecto a él? El Señor está más dispuesto a dar el Espíritu Santo a los que le sirven, que los padres a dar buenas dádivas a sus hijos. Cada obrero debiera elevar su petición a Dios por el bautismo diario del Espíritu» (Elena G. de White, Hechos de los apóstoles, p, 41)
Justo antes de titularme en la universidad con un grado de teología, leí el libro Descubrieron el secreto, de V. Raymond Edman. El autor habla de veinte hombres y mujeres cristianos que tuvieron una crisis espiritual en sus vidas, la cual los condujo a una auténtica experiencia de conversión. A esta le siguió finalmente el derramamiento del Espíritu Santo en sus vidas. Llegaron a ser las personas en las que se convirtieron porque estaban llenas del Espíritu, y también gracias a ello condujeron a millones de otras personas a Cristo.
Cuando consideré mi propia vida como marido, padre reciente y pastor en ciernes, anoté un comentario en ese libro: «Yo también necesito al Espíritu Santo». Desde entonces he convertido en mi suprema prioridad preservar mi experiencia de conversión y buscar el bautismo bíblico del Espíritu Santo por medio del estudio de la Biblia, la obediencia, compartir y orar. En mi primer año de ministerio pastoral, me llamaron para que visitase al tesorero de nuestra iglesia, a quien le habían diagnosticado cáncer. Oramos y le ungimos con aceite como dice la Biblia que se haga. A los pocos días, él nos contó lleno de alegría que estaba completamente curado del cáncer. Justo entonces supe que Dios escuchaba mis oraciones y aceptaba mis esfuerzos por vivir mi vida para él. ¿Y tú? ¿Necesitas al Espíritu Santo en tu vida?
Textos bíblicos para orar
En cierta ocasión. Pablo preguntó a doce hombres de Éfeso: «¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?» (Hech. 19: 12). ¿Cuál sería tu respuesta? Los efesios dijeron: «Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo».
- Romanos 8: 16: Cuando el Espíritu Santo venga entre nosotros, confesaremos nuestros pecados y recibiremos el don de la salvación a través de Jesús. Estaremos seguros de nuestra salvación porque somos hijos de Dios.
- Ezequiel 36: 25-27: La presencia del Espíritu Santo nos dará una nueva mente y un nuevo corazón. Alcanzaremos la victoria sobre nuestros pecados y presenciaremos el auténtico crecimiento del carácter.
- Juan 7: 38-39 y Gálatas 5: 22-23: Cuando estemos llenos del Espíritu Santo, el fruto del Espíritu –el carácter de Dios– fluirá de nosotros como ríos de agua viva.
- Hechos 4: 13, 31: La presencia permanente del Espíritu Santo nos motivará y dará poder para compartir el evangelio con tantas personas como sea posible.
- Juan 16: 13: Cuando el Espíritu more en nosotros, sentiremos hambre y amor de la Palabra, y él nos guiará a toda la verdad. Esta verdad no es solo el conocimiento técnico de unos datos, sino el propio carácter de Cristo, quien es la Verdad.
- Romanos 8: 26-27: Cuando oremos en el Espíritu Santo, nuestras oraciones tendrán poder y veremos respuestas milagrosas a ellas.
Jesús dijo que habría dos grupos de cristianos justo antes de su regreso (ver Mat. 25). «Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo» (Mat. 25: 1). Cinco vírgenes fueron insensatas y no tenían aceite (la presencia del Espíritu Santo; ver Zac. 4: 1-6) de reserva. Estas representan a quienes aparentan ser seguidores de Jesús pero no lo son. Son religiosos pero no espirituales. Por eso dijo de ellos Jesús: «¡No os conozco!». Las cinco vírgenes prudentes tenían aceite en abundancia. Estaban llenas del Espíritu Santo y mantenían una genuina relación con Jesús.
Los discípulos, en obediencia al mandato de Cristo, se quedaron en Jerusalén después de su ascensión. «Estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios» (Luc. 24: 53). Y cuando no se hallaban en el templo, se reunían en el aposento alto. «Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos» (Hech. 1: 14). Diez días más tarde, todos se bautizaron en el poder del Espíritu Santo (ver Hech. 2) y se convirtieron tres mil personas en un día en aquel lugar.
Oraciones sugeridas
- Agradecemos por la promesa del Espíritu Santo, un poder descuidado en nuestro medio.
- Alabamos su bondad y misericordia.
- Confesamos nuestra falta de fe y confianza en sus promesas y por nuestra falta de amor fraterno.
- Pedimos nos ayude a sentir la necesidad del Espíritu Santo.
- Rogamos por nuestros pastores y sus familias que sean llenos del Poder del Espíritu Santo.
- Pedimos por las 5 personas que deseamos llevar a Jesús.
Materiales y mucho más en: https://revista.adventista.es/este-10-de-enero-del-2020-comenzamos-los-10-dias-de-oracion-buscando-el-espiritu-de-dios/
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