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La iglesia de Urgell en Barcelona quiere agradecer al pastor y profesor Hanz Gutiérrez y a su esposa, Francesca Ferretti, por visitarnos el viernes 22 y el sábado 23 de marzo de 2024 con la finalidad de dar un ciclo de conferencias titulado: «Comunidad de fe, ¿crecimiento o desarrollo?».

Hanz es un teólogo, filósofo y médico peruano afincado en Italia. Actualmente, es catedrático de Teología Sistemática del Departamento de la Facultad Adventista de Villa Aurora y director de CECSUR (Centro Cultural de Humanidades y Ciencias Religiosas) en Florencia, Italia. Según él, «el hecho de ser padre de cuatro hijos, Daniel, Bryan, Linda y Melody, es un inmenso privilegio a la hora de aprender y enseñar el amor de Dios».

«Comunidad de fe: ¿crecimiento o desarrollo?»

El programa titulado: «Comunidad de fe: ¿crecimiento o desarrollo?», consistió en abordar la situación actual de la iglesia de manera genérica con las diferentes mentalidades que coexisten, debido a la pluralidad cultural, y al hecho de la globalización.

Es más, la poesía bíblica, a través de los salmos 1, 23, y 80, entre otros, nos muestra diferentes metáforas de Dios en el trato con su pueblo en el Antiguo Testamento, y por extensión, con el creyente cristiano a lo largo de su devenir histórico.

Con la predicación del viernes, Hanz, nos presentó la introducción a los conceptos básicos mediante el salmo 1 con sus dos metáforas contrapuestas de la vida del creyente bienaventurado.

La primera es la del caminante que se dirige a un objetivo. Es el modelo de la iglesia que se focaliza en bautizar como señal de crecimiento, pero no necesariamente de buen desarrollo orgánico. Tanto en el argot económico como en el de la medicina, crecer no equivale a desarrollo. Se necesitan otros elementos explicativos.

La segunda metáfora es la del árbol. Esta indica pararse a pensar la iglesia en cuanto a la resolución de diferentes complejidades, profundizar en los vínculos y entender a la feligresía. Contextualizar las diferencias, y resolver sus tensiones. Ambas metáforas se complementan, y son necesarias. Bajo ese símil podemos entender la convivencia de la iglesia con mentalidad europea que acoge a la iglesia con su propia cosmovisión de la otra parte del Atlántico.

Historia de los niños

Francesca enseñó a nuestra infancia, a través de la fábula del león y del ratón, la importancia de los valores cristianos de la amistad, la solidaridad, la ayuda mutua, y el aprecio de las propias habilidades que Dios nos ha dado para utilizarlas en el momento, y el contexto adecuado. Todos somos diferentes, pero nadie se debe creer tan fuerte como para menospreciar al débil. Ni tan débil como para no socorrer al fuerte cuando es atrapado en una mala circunstancia. Todo depende de la situación que se necesite resolver. Todos somos necesarios. Así se desarrolla el amor al prójimo y se construye la iglesia con una buena y sana autoestima.

El servicio de culto

El salmo 23, escrito por David, nos ofrece dos metáforas en torno a la imagen de Dios. En este salmo se encuentran representados dos oficios. El pastoreo se ejerce en el espacio público. Las ovejas obedecen. Solo el pastor sabe el camino y el destino final. Solo él conoce la verdad objetiva. La función de la oveja es dejarse guiar en arras de su propio beneficio.

Ahora bien, esta metáfora tiene tanta fuerza que diluye la segunda metáfora, y se corre el riesgo de no percibirla. El segundo oficio que el salmo presenta es de ámbito femenino. No se trata ya del pastor, sino del ama de casa que cocina y prepara un banquete. Las ovejas dejan la pasividad de la mera obediencia para convertirse en comensales. Tienen opinión sobre la comida y la atmósfera que se recrea en torno a esta. Es más, se genera diálogo, conversaciones, intercambio, y el lugar preferido es la intimidad del hogar.

La iglesia es un espacio de dimensión pública y, al mismo tiempo, un lugar en el que sentirse como en casa. Es decir, cabe resaltar el refugio del vínculo de la familiaridad ante las posibles tensiones que se puedan presentar. El comensal interioriza la propuesta de Dios, y este le da espacio para que hable con plena confianza y se desarrolle equilibradamente.

Comida fraternal, física, y espiritual

Agradecer la amabilidad y la generosidad de todas las personas que prepararon una gran variedad de comida en cantidad y calidad. Fue degustada deliciosamente mientras confraternizábamos unos con otros, y de manera especial con Hanz y Francesca.

A las 17.00h Hanz nos presentó su última reflexión sobre el salmo 80 de Asaf, que tiene una sensibilidad poética muy diferente al salmo 23 de David. Esto nos enseña que la verdad objetiva viene mediada por la verdad psicológica del receptor. Dios es la verdad objetiva, pero acepta nuestras limitaciones humanas condicionadas por nuestros a priori culturales a la hora de interpretar su Palabra.

En el Pentateuco Dios habla a su pueblo. En los Salmos, el pueblo invoca a Dios y se comunica con él. Por ejemplo, durante siglos el cristianismo no se cuestionó la esclavitud porque lo leían en la Biblia, pero hubo cristianos que afortunadamente sí lo hicieron, y entendieron que era contrario a la dignidad que Jesucristo nos enseña como humanidad. Al igual que la circuncisión, en la iglesia apostólica dependía de la cultura del cristiano.

El pastor y el agricultor

No era una verdad objetiva monolítica para un griego cristianizado, pero sí para un hebreo cristiano. El concilio de Jerusalén así lo decidió. Lucas así lo recoge en el libro de Hechos de los apóstoles, bajo la inspiración del Espíritu Santo. De igual manera, Dios acepta esa complejidad y la expresa en dos metáforas en el salmo 80. El pastor y el agricultor que cuida su vid.

Asaf entiende ante la presencia del mal que tras la aparente ausencia divina, el Señor siempre se hace presente pese a las circunstancias de su pueblo. Es como el agricultor que cuida con sus propias manos sus cultivos, su tierra. Debido a ello, llega a la conclusión de no desear nada ya ni en la tierra ni en el cielo, sino a Dios mismo como solución ante cualquier situación injusta provocada por la maldad en cualquiera de sus múltiples formas descritas en el salmo.

Finalmente, al igual que sucedió el viernes después de la exposición del salmo 1, tuvimos el turno correspondiente de preguntas y respuestas. Este intercambio fue posible debido al interés suscitado. Hanz derrochó amabilidad, sabiduría, paciencia durante la casi hora y media que estuvo respondiendo.

El acto concluyó con la entrega de unos libros que el pastor Francisco José Camacho, y el primer anciano, Ferran Sabater, en representación de la iglesia de Urgell, les regalaron a Hanz y Francesca como recuerdo de nuestro cariño por un fin de semana de crecimiento y desarrollo espiritual entrañable.

Autor: José Manuel López Yuste, corresponsal de revista.adventista.es en la iglesia de Barcelona-Urgell. 

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Revista Adventista de España