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Nuestra iglesia de Denia (Alicante), celebró, el pasado 10 de junio, el Día de énfasis en el Ministerio de la mujer (M.M.) de la Asociación General. Programa desarrollado por la dirección y subdirección del Ministerio de la mujer. 

El sermón de la mañana estuvo a cargo de la dirección con el tema «Un amor que precede a nuestras elecciones».
Hablar del amor de Dios para con cada una de sus hijas, y cada uno de sus hijos, es un verdadero gusto que nos lleva a reconocer su inmensa misericordia y su gracia anticipada.

Amor incondicional

Nuestro Creador envió a su Hijo a la tierra para revelar su amor incondicional por la humanidad. No existirá mayor demostración de Amor verdadero que esa. El ministerio de Jesús estuvo enmarcado por el amor y el servicio. Él nunca se fijó en los antecedentes de los hombres y las mujeres que acudían y participaban de sus enseñanzas, como tampoco lo hizo con aquellas personas que gozaron de sus milagros.

Un ejemplo de la gracia anticipada de Dios la podemos observar en el comportamiento de Rahab, una mujer pagana acostumbrada a adorar ídolos. A Dios no le interesó que estilo de vida llevaba, a Él solo le interesaba salvarla porque era su creación.

«Dios nos llama a una vida de amor que es más profunda que los sentimientos o emociones humanas. El amor es un compromiso, una decisión meditada, para servir a Dios y a nuestro prójimo. Este tipo de amor nos obliga a trabajar por el bienestar de todas las personas, de aquellos a quienes nos resulta fácil amar y de aquellos a quienes nos resulta difícil amar». (M.M.)

«En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados. Queridas hermanas y hermanos, ya que Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros». (1 Juan 4:10-11) NVI

«Quien nos invita a amarnos las unas a las otras, es quien nos capacita para hacerlo!» (M.M.)

Un amor que transforma

Dándole continuidad al tema de la mañana, por la tarde nuestra hermana Mihaela presentó el seminario titulado «Un amor que transforma»

Continuamos conociendo el amor de Dios, invocamos su enseñanza según el libro de Marcos:

«El más importante», respondió Jesús, «es este: “Escucha, oh Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con todas tus fuerzas”. El segundo es este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.
No hay mandamiento mayor que estos». (Marcos 12:25-35)

Amarlo de corazón, evitando crear ídolos que nos separen de Él.
Amarlo con el alma, sentir la necesidad de estar siempre en conexión con Él.
Sí, Amarlo con la mente, tener pensamientos humildes y benévolos harán que la mente siempre se ocupe en Él.
Amarlo con fuerza, utilizar toda la esencia que nos ha dado para unir el corazón, el alma y la mente en su divinidad.

La humanidad no puede dar de lo que no tiene. Para poder amar al otro debemos amarnos a nosotras mismas y nosotros mismos, reconociéndonos, viviendo en verdad y emocionalmente saludables. Solo así podremos llegar a amar a nuestro prójimo. Y ese amor debe ser un amor «a pesar de…». Debemos comenzar por eliminar de nuestro vivir el amor condicional al comprender que el amor de Dios es un amor ágape. Solo así podremos reflejar su carácter.

Y no olvidemos que ¡quien nos invita a amar a Dios y a nuestro prójimo como a nosotras mismas y nosotros mismos, es quien nos capacita para hacerlo!.

Que la bendición de Dios sea con vosotras y vosotros.

«…Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús». (Filipenses 4:7)

Autora: María Piedad Martínez González, de la iglesia de Denia (Alicante)
Imágenes: Edgar Fortea Lorente

Revista Adventista de España