Los miembros de nuestro equipo en Beirut se despertaron el pasado 6 de febrero de 2023, con la sacudida del terremoto de 7.8 que ha devastado partes de Siria y Turquía en nuestra región. Beirut experimentó varias réplicas a lo largo del día.
No tenemos daños visibles en Beirut, pero lamentablemente la situación en el sur de Turquía y el norte de Siria es muy grave, con más de 21.000 vidas perdidas, según los informes de hoy. Muchos que conocemos están cerca de las personas gravemente afectadas.
ADRA Siria comenzó su respuesta a las pocas horas del terremoto. ADRA Internacional está apoyando fielmente los esfuerzos tanto en Siria como en Turquía. Nuestros miembros en Turquía se han movilizado para colaborar.
Estos son días difíciles para las personas que han perdido tanto. Gracias por orar por las familias afectadas por esta enorme tragedia. Gracias por orar para que nuestros hermanos en Turquía y nuestra presencia humanitaria en Siria puedan traer esperanza y luz en medio de esta tragedia.
Autor: Rick McEdward, pastor presidente de la Misión de la Unión de Oriente Medio y África del Norte, de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Experimentando la tragedia
Extractos del mensaje a la Familia Universitaria de Medio Oriente
Muchos de nosotros nos despertamos a principios de esta semana a causa de un gran estremecimiento, una sacudida y luego un extraño movimiento de balanceo que duró lo suficiente como para sacarnos de nuestros sueños y desafiar lo que creíamos que era producto de nuestra imaginación. Hemos sido afectados por el terremoto aquí en el Líbano, pero estamos a salvo.
No ha sido así para muchas personas en Turquía y Siria. Nos duele el corazón al ver que el número de muertes aumenta en miles cada día.
Una historia del terremoto en Siria
Uno de nuestros estudiantes del Instituto de Inglés llegó a Beirut con su familia, hace nueve años, desde Alepo, Siria. Allí tienen al resto de sus familiares. Anoche nos envió un mensaje y confirmó nuestros temores. «Muchos de nuestros familiares han muerto. Muchas casas están en el suelo. Nos acostumbramos a esta vida. Dios esté con nosotros». Eso es lo que uno acaba diciendo después de que numerosos familiares hayan muerto ya en la guerra.
Sobre el terremoto en Turquía
Otro estudiante cuenta la experiencia de su hermana en Adana, Turquía.
La noche del terremoto, a medida que se intensificaba, ella y su familia lucharon repetidamente para salir de su apartamento. Cada vez que se acercaban a la puerta principal, el balanceo del edificio los hacía retroceder, lejos de la puerta. De ida y vuelta. De ida y vuelta.
Cuando finalmente terminó el movimiento, su edificio aún estaba en pie, pero vieron con horror cómo el edificio de apartamentos vecino, justo al otro lado de su ventana, se hundía ante sus ojos. Su hermana solo puede llorar y llorar.
Enfrentando la tragedia
Sabemos que hay otros a nuestro alrededor cuyas historias son igual de desgarradoras, igual de trágicas. La tragedia llega muy cerca de casa.
Según los estándares humanos, somos incapaces de hacer mucho para aliviar tanto sufrimiento. Pero podemos ser sensibles al dolor de quienes están cerca de nosotros. Puede que no hayan estado en el epicentro del terremoto ni hayan perdido cosas materiales, pero de todos modos están sufriendo una pérdida tremenda.
Te invito a que te tomes un momento para mirar a tu alrededor. Fíjate en aquellos que tienen raíces en estos países, cuyo corazón está sufriendo con sus familias, su gente. Pídele a Dios que te ayude a orar por ellos, a orar con ellos, a compartir palabras de esperanza. Acércate a ellos cuando Él los traiga a tu mente, o cuando tu camino se cruce con el suyo.
Nuestra redención está cerca
Sin duda nuestro mundo está envejeciendo como una prenda de vestir. Para muchos, solo hay «una terrible expectativa» de lo que vendrá (Hebreos 10: 27). Pero Jesús nos invita a mirar hacia arriba. Él viene pronto. Nuestra redención está cerca. Tenemos buenas noticias para compartir.
En medio de las realidades de nuestro planeta moribundo, únete a mí para elevar juntos la oración de Habacuc en su segundo capítulo: «Señor, en medio de toda la violencia, el caos y la destrucción “recuerda la misericordia”. Con la confianza que tenemos de que el amor misericordioso de Dios sigue fluyendo, únete a mí para compartir con los demás la noticia consoladora y esperanzadora de ese Amor». -Dr. Lichtenwalter-
La crisis en Turquía
El día después de que el terremoto azotara la región, miembros adventistas de 24 lugares de toda la República de Turquía se reunieron en línea para discutir cómo ayudar en la crisis.
En un entorno donde es logísticamente difícil brindar asistencia oficialmente, se alentaron mutuamente para tomar la iniciativa personal de ayudar en lo que pudieran. Algunos han recaudado fondos para comprar mantas. Otros han donado comida, ropa y mantas de sus propios estantes y armarios.
Un miembro, que es empleado de una universidad local, ha organizado donaciones de ropa para 16 personas del área afectada que se alojarán en el internado de la universidad, y está previsto que lleguen más.
Otros combinaron sus recursos y compraron una gran cantidad de cajas de agua potable y las cargaron en un semirremolque para transportarla a la zona devastada. Y otros se comprometieron a reubicar y abastecer a los ocho miembros supervivientes de una gran familia, de la que muchos de sus miembros murieron en el terremoto.
La crisis en Siria
En Siria, donde ADRA tiene una presencia reconocida y un sistema establecido para hacer frente a las crisis y brindar ayuda continua, los primeros informes brindaron una imagen del compromiso inmediato de la organización, así como de los esfuerzos de colaboración con otros grupos de ayuda.
El segundo día después del terremoto, ADRA Siria distribuyó 2469 comidas en cinco albergues diferentes en Alepo y Latakia. En colaboración con otras organizaciones de ayuda, proporcionaron un generador comprado por ACNUR para reparar las redes de agua de Latakia y Jabla. Comenzaron la distribución de personas en un nuevo refugio en Alepo y continuaron acogiendo a los recién llegados.
En una crisis de este tipo, sin embargo, se hace hueco para más de los que caben, ya que cada día aumenta la demanda.
Informes más recientes describen una tragedia cada vez mayor. Pero también hablan de la amplia participación de ADRA Siria en la satisfacción de las necesidades básicas de un número creciente de personas desplazadas en la región.
La necesidad es abrumadora, pero el apoyo más efectivo que puede brindar a la región es unirse en oración. Oramos por los millones cuyas vidas han sido alteradas para siempre por un solo momento. Pero también oramos para que Dios nos use aún más efectivamente para hablar de su amor y consuelo a los corazones que lloran de dolor.
«Ten piedad de mí, oh Dios, ten piedad de mí,
porque en Ti se refugia mi alma.
Me refugiaré a la sombra de Tus alas
hasta que el desastre haya pasado».
(Salmo 57: 1)
Autor: Larry Lichtenwalter, presidente de la MEU (Universidad de Oriente Medio, de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España)