El presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España, Óscar López, acudió al Concilio Anual de la Conferencia General (CG), que tuvo lugar en Silver Spring, Maryland, del 5 al 11 de octubre de 2023. A su vuelta, le pedimos que nos contara sus impresiones personales y le hicimos una pequeña entrevista.
1. Has estado presente en el Concilio Anual de la Asociación (o Conferencia) General ¿En qué han consistido estas sesiones?
Cada año tenemos la oportunidad de encontrarnos en las instalaciones de la Conferencia General para participar del Concilio de fin de año de la Conferencia General.
El primer día se nos convoca a participar de la LEAD Conference que, con el objetivo de fomentar la misión en todo el mundo, este año ha propuesto reenfocar la misión hacia el proceso de discipulado. Erton Köhler, secretario de la Conferencia General, enfatizó la importancia de este proceso en tres temas: Llamado, viaje y misión.
Se nos animó a entender que la razón de ser de la Iglesia Adventista es precisamente terminar la misión, es decir, dar a conocer el Evangelio de Cristo y su justicia en todo el mundo.
A partir del segundo día, cada mañana comenzamos las reuniones con un Devocional orientado a la misión. Testimonios, lecturas bíblicas y llamados a la acción acompañados de música y mucha oración. A las 9.00 comenzamos la agenda de trabajo en una sesión diaria que nos lleva desde esa hora hasta las 17.30 cada día.
La agenda está salpicada de informes: Secretaría, Tesorería, desarrollo de las Divisiones y campos asociados a la CG, etc… Por otro lado, los puntos tratan desde temas de pólizas a nominaciones, calendarios, reuniones, informes y ajustes en las diversas comisiones de trabajo, plan estratégico, etc…
2. ¿Cómo ha sido el ambiente? ¿Qué destacarías de todas las sesiones de trabajo?
Si tuviera que destacar alguna cosa, sería la oración. Es interesante ver la cantidad de veces que se busca la dirección divina o se pide bendición para un tema, para un país, para una familia o para un proyecto misionero. Me han gustado mucho los temas espirituales que se han presentado. Fue especial el de Richard E McEdward, presidente de MENA (Middle East and North Africa Union Mission) en el que nos preguntaba: “¿Sigue ardiendo en ti el fuego?”, alentándonos a recuperar la pasión por la misión.
3. ¿Qué te traes a España, que sea útil para la misión en nuestro territorio?
Pues varias cosas. La primera es que tenemos que seguir comprometiendo a la iglesia a cumplir la misión. La iglesia no es un fin en sí mismo. Necesitamos reenfocar lo que hacemos para alcanzar a aquellos que Dios ha puesto en nuestro camino. En España tenemos un desafío particular con alcanzar a la mentalidad postcristiana y postmoderna. Es nuestra responsabilidad crear comunidades acogedoras y amables donde los que vengan o, incluso los que vuelvan, puedan sentirse en casa.
Nuestra razón de ser es la misión. Sin misión, no hay razón de ser. No van a faltar los enemigos o quienes pongan tropiezo a lo que intentemos, pero si Dios está al mando, hemos de confiar en que lo que hagamos tendrá fruto y no será en vano.
4. ¿Qué te gustaría añadir?
Poco más puedo añadir. Viajar a la Conferencia General nos da la oportunidad de ver lo diversos que somos. Es un milagro que el movimiento adventista haya seguido moviéndose hasta alcanzar las dimensiones que ahora tiene. De un puñado en Estados Unidos a un gran número en todo el mundo. Sin embargo, nadie se conforma con alcanzar cifras. Queremos más. Nos une la misión de dar a conocer el Evangelio en todo el mundo. Hay diversos desafíos, pero el Espíritu es el mismo. La vieja Europa se muere y deja de creer, pero lo que es imposible para los hombres es posible para Dios. No se nos ha pedido que convenzamos a nadie, sino que levantemos a Jesús. Lo de convencer lo dejamos en manos del Espíritu Santo.
Hoy se marcha de la iglesia un 40% del total de personas que entran a la misma. Algo estamos haciendo mal. Necesitamos parar para reflexionar. Necesitamos no estar tan ocupados en lo urgente para acometer lo necesario. Hay discusiones que no edifican, pero nos quitan mucho tiempo. Hay reflexiones que son necesarias, pero no estamos teniendo porque son incómodas.
Mi oración: que Dios nos despierte y que el Espíritu nos guíe para que la iglesia pueda ser mucho más que una simple denominación.
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